AMBIENTE: Canadá rechaza hormona de crecimiento para bovinos

El Ministerio de Salud de Canadá rehusó aprobar la venta de la hormona de crecimiento para bovinos rbST, resistiendo a presiones de la industria química y de sectores políticos.

La decisión se produjo tres meses antes del término de una prohibición temporal que la Unión Europea impuso a esta hormona cuyo empleo fue autorizado en Estados Unidos, Brasil y México.

Monsanto, la trasnacional basada en Estados Unidos que produce la hormona, anunció de inmediato que apelará la resolución del Ministerio de Salud de Canadá.

Ray Molling, vicepresidente de la firma, afirmó que Monsanto había sido tratada injustamente por las autoridades del país norteamericano.

"Vamos a seguir buscando la aprobación de este producto. Creemos que no existen factores vinculados con la seguridad de los animales", comentó.

"El Ministerio de Salud adoptó su decisión basándose en un informe de 400 páginas al cual no pudimos responder. Nos preocupan seriamente ciertos análisis y conclusiones del informe", dijo Molling.

La rbST, producto fabricado químicamente también conocido como BGH, estimula a las vacas a producir cerca de 15 por ciento más de leche y es aplicado al ganado por medio de inyecciones.

El Ministerio de Salud anunció su decisión tras nueve años de estudio de los efectos de la rbST sobre personas y animales y tomar en cuenta recientes hallazgos de dos comisiones externas independientes.

Esas comisiones fueron formadas para analizar si los datos científicos manejados eran adecuados y ampliar los interrogantes sobre el uso de la hormona en Canadá.

El gobierno canadiense buscó asesoramiento en el exterior luego que científicos nacionales prestaron testimonio ante una comisión senatorial y dijeron que eran objeto de presiones por parte de la industria química y sectores políticos para aprobar el uso de la rbST.

El toxicólogo Shiv Chokra expresó a la comisión que a pesar de esas presiones los científicos del Ministerio de Salud se opusieron al empleo de la hormona en Canadá.

"No estamos tratando animales ni personas enfermas, queremos inyectarla para obtener beneficios económicos. Las hormonas no son iguales a otras drogas. Son como interruptores quimicos que dan lugar a otra, y otra, y otra más", explicó.

Los científicos del Ministerio de salud fueron apoyados por agencias regionales del no gubernamental Grupo de Estudios de Interés Público y por el nacionalista Consejo de Canadienses.

El Consejo, que se opone al libre comercio y a la expansión de la influencia estadounidense en Canadá y el mundo en desarrollo, respaldó a los científicos cuando éstos se quejaron de que estaban siendo obligados a aprobar la rbST.

Los dos informes de las dos comisiones independientes fueron elevados al gobierno en diciembre y los primeros días de este mes y revisados por los científicos del Ministerio.

"Con toda la información científica disponible no vemos razón alguna para demorar aún más la decisión" de rechazo al empleo de la rbST, declaró Joel Weiner, subdirector de Política, Planificación y Coordinación del Departamento de Protección Sanitaria del gobierno canadiense.

Weiner señaló que un panel de expertos veterinarios comprobó que la hormona es peligrosa para el ganado.

"Según los expertos que nos aconsejaron hay un significativo aumento del riesgo de deformaciones, casi 50 por ciento, de mastitis (infección de la ubre), 25 por ciento, infertilidad, 18 por ciento, así como la posibilidad de marcado deterioro en el cuerpo de las vacas", indicó.

Un segundo panel, formado por el Real Colegio de Médicos y Cirujanos y encabezado por el epidemiólogo Stuart MacCleod, afirmó en cambio que no existían riesgos significativos para la seguridad humana a raíz de la ingestión de productos animales inyectados con rbST.

El grupo de estudio de MacLeod halló que la rbST no ofrece riesgos cancerígenos ni acrecienta la resistencia a los antibióticos y sólo podría causar potenciales reacciones alérgicas.

Kempton Matte, vocero del Consejo Nacional de Ganaderos de Canadá, expresó que la mayoría de los miembros de esa organización recibió con satisfacción la negativa del gobierno al empleo de la hormona.

"Los consumidores dijeron que si es permitida en nuestra leche no comprarán productos bovinos", agregó.

Ron Visser, un criador de ganado que vive fuera de Ottawa, declaró que no hubiera usado la rbST aunque el gobierno la aprobara.

La hormona forma parte de "una treta de los fabricantes para hacer creer a los granjeros que pueden obtener algo por nada. Todo tiene un costo", sentenció. (FIN/IPS/tra-en/mb/kb/ego-dg/en/99)

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