Los productores agropecuarios del Sur en desarrollo tienen dificultades para introducirse en los mercados de agricultura orgánica de las naciones industrializadas, advirtió hoy la FAO.
A los agricultores del Sur se les niega el acceso a esos mercados hasta dos o tres años después de iniciado el tratamiento orgánico de los cultivos, ya que los países industrializados aducen que, antes de ese lapso, las tierras y el ganado aún no se han depurado de residuos químicos.
En la mayor parte de los casos, para vender sus productos en los países del Norte, los agricultores tienen que contratar a empresas de certificación que inspeccionen y confirmen anualmente que los cultivos responden a criterios de gestión orgánica.
A veces ese servicio puede resultar demasiado costoso, expresa el documento de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), que tiene su sede central en Roma.
Según el estudio, pocos países en desarrollo cuentan con organizaciones propias para la certificación orgánica, y muchos carecen de los recursos y la capacitación para participar en la implementación de las normas internacionales aceptadas en materia de producción orgánica.
La FAO destaca la importancia que revisten las nuevas oportunidades de los mercados internos de alimentos orgánicos en los propios países en desarrollo.
En China, por ejemplo, existe un mercado en aumento para los "alimentos verdes", producidos sin determinados pesticidas y fertilizantes, y con métodos biológicos.
El carácter único de la agricultura orgánica, dice la FAO, está determinado por la prohibición de casi todos los compuestos sintéticos y la obligatoriedad de rotación de cultivos para fortalecer el suelo.
Los métodos orgánicos, correctamente gestionados, reducen o eliminan la contaminación de las aguas y ayudan a conservar la humedad y la calidad de los suelos.
La reducción del uso de plaguicidas sintéticos tóxicos, sustancias que, según la Organización Mundial de la Salud, provocan cada año el envenenamiento de tres millones de personas, mejoraría también las condiciones de salud de las familias que viven de la agricultura.
La demanda de alimentos producidos orgánicamente crece permanentemente y brinda nuevas oportunidades a los agricultores y a las empresas de todo el mundo.
El informe fue elaborado por el Comité de Agricultura de la FAO, que este lunes empezó en Roma una reunión de cinco días con participación de representantes de más de 100 países. Los capítulos centrales del debate son la biotecnología, la agricultura urbana y la supervisión de los recursos de tierra y agua potable.
Cuando las circunstancias son adecuadas, subraya el estudio, la rentabilidad de la agricultura orgánica puede mejorar la seguridad alimentaria, al aumentar los ingresos familiares. Así mismo, en algunos países industrializados ocupa ya una franja significativa del sistema alimentario.
Los productos orgánicos representan 10 por ciento del total de alimentos cultivados en Austria, y 7,8 en Suiza. En Estados Unidos, Francia, Japón y Singapur, el crecimiento anual de la agricultura orgániza es de 20 por ciento.
Varios países en desarrollo cuentan con pequeños mercados locales y han empezado a aprovechar las lucrativas oportunidades de exportación que presenta la agricultura orgánica.
Algunas naciones exportan frutas tropicales para la industria europea de la alimentación infantil, Zimbabwe coloca hierbas aromáticas en Africa del Sur y China exporta a Holanda té producido según las normas de cultivo orgánico de modo orgánico y habas de soja a Japón.
Los cultivos orgánicos puede contribuir a fomentar la sustentabilidad y la biodiversidad agrícola, pero no debe considerarse como un método exclusivo para la utilización sustentable del suelo, agrega la FAO.
Los agricultores que se transformen en productores orgánicos, advierte el informe, probablemente sufrirán pérdidas en el rendimiento.
Sobre todo "cuando la fertilidad del suelo es baja, y los procesos biológicos han sido profundamente alterados, pueden pasar años antes de que el ecosistema se restablezca".
En estos casos pueden ser más indicado, como punto de partida, la utilización de otros métodos que permitan un uso moderado de sustancias químicas sintéticas.
La FAO sostiene que el mejor sistema para los agricultores es el de la participación en las investigaciones aplicadas a la situación local.
La experiencia iniciada por la FAO de Lucha Integrada contra las Plagas, con escuelas de campo para los agricultores y proyectos forestales comunitarios, ha demostrado que los agricultores, tanto propietarios como arrendatarios, grandes o pequeños, pueden aplicar los métodos adecuados si se les proporciona orientación y apoyo técnico.
Los conocimientos que la agricultura orgánica ha generado en la búsqueda de estrategias de producción específica para cada lugar, pueden ser beneficiosos en la conquista del objetivo global de la sustentabilidad.
Para mantener la confianza de los consumidores en el carácter genuino de los productos orgánicos, las naciones tendrían que contar con empresas propias de certificación y reforzar las reglas en la materia, "castigando a quienes tomen parte en actividades fraudulentas y persiguiendo y evaluando sistemáticamente el fraude y sus efectos sobre el mercado", concluyó la FAO. (FIN/IPS/jp/nc- ff/dv/99