La ONU advirtió que el reinicio de la guerra civil en Angola y en Sierra Leona podría crear nuevos desastres humanitarios, ya que miles de personas quedaron aisladas y no reciben alimentos ni asistencia humanitaria.
La guerra ya obligó a las agencias de asistencia a reducir de forma drástica su presencia y actividades o a retirar a sus funcionarios, como sucedió en Sierra Leona, advirtió el vicesecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Sergio Vieira de Mello.
"Los civiles se ven forzados a huir de la batalla, pierden la vida y sus propiedades, a medida que aumenta la violencia", declaró.
Cientos de miles de personas se convirtieron en refugiados o fueron desplazados dentro de sus países durante 1998. "Esto debe terminarse", declaró Vieira de Mello.
La ONU y sus agencias de asistencia humanitaria brindaron desde comienzos de la década del 80 ayuda a cerca de un millón de víctimas de guerra en Angola, consistente en raciones de supervivencia para 387.000 desplazados internos que escapaban al conflicto, que persiste hace décadas.
Unas 5.000 toneladas de alimentos, del total de 7.000, llegaron por vía terrestre.
Alrededor de 40.000 desplazados quedaron atrapados en Huambo, unos 65.000 en Malanje y 30.000 en Luena, en el último choque armado.
En las tres localidades, los trabajadores del Programa Mundial de Alimentación (PMA) permanecieron en el campo de batalla para asistir a los necesitados, a pesar de la suspensión de la ayuda.
El PMA anunció que tiene alrededor de 20.000 toneladas de alimentos en Angola, lo cual es suficiente para dos meses más.
Vieira de Mello advirtió que la ONU no podrá suplir los alimentos necesarios si la lucha continúa. "Exhorto a los combatientes a considerar la seguridad de la población civil, en especial la de mujeres y niños, y a garantizar respeto al derecho internacional humanitario en las zonas de guerra", dijo.
Salim Ahmed Salim, secretario general de la Organización para la Unidad Africana (OUA), manifestó su "profundo compromiso con la grave situación humanitaria actual de Sierra Leona".
La rebelde Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) estuvo a punto de derrocar al presidente elegido en las urnas, Ahmed Tejan Kabbah, en acciones militares que causaron muertes, destrucción y desesperación en la población civil, que sufre hace mucho tiempo, dijo Salim.
"Compruebo con mucha pena que estos hechos ocurrieron al comenzar el nuevo año 1999, un momento que debería aprovecharse más bien para la paz y la reconciliación del continente africano", se lamentó Salim.
Salim reiteró "el apoyo incondicional de la OUA" a Tejan Kabbah y aseguró que la organización había manifestado claramente su repudio al derrocamiento de cualquier gobierno elegido de forma democrática en Africa.
El Consejo de Seguridad de la ONU ya exigió a los rebeldes que depusieran sus armas de inmediato y cesaran la violencia, recordó el embajador de Brasil y presidente de turno del órgano, Celso Amorin,.
El Consejo también condenó la sostenida campaña terrorista de los rebeldes, sobre todo por las atrocidades cometidas contra mujeres y niños.
La ONU debió suspender todos los vuelos de ayuda humanitaria por el accidente que sufrieron los dos aviones que envió a Angola, lo que canceló toda posibilidad de hacer llegar ayuda humanitaria a varias zonas del país, anunció el portavoz de la organización, Fred Eckhard.
El Consejo de Seguridad decidirá la semana próxima si las tropas de mantenimiento de paz permanecerán o se retirarán de Angola, donde estalló la guerra luego de los cuatro años de tregua que siguieron al acuerdo de paz firmado en 1994 en Lusaka, Zambia.
El Consejo de Seguridad espera un informe del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para el próximo viernes, en base al cual decidirá qué hacer con los 700 cascos azules de Angola.
El órgano presionó al gobierno de Angola y a la UNITA para que implementen el protocolo de paz de Lusaka. Ahora, "el Consejo tendría que determinar, más bien, si es que queda algo de paz para mantener", declaró Eckhard.
La situación los funcionarios de la ONU en Angola empeoró por la pérdida de los dos aviones, al parecer baleados, junto con unos 23 pasajeros y los miembros de la tripulación, entre los que había varios cascos azules.
El primero de estos aparatos fue hallado este sábado con toda la tripulación y pasajeros muertos, informó la agencia nacional de noticias (Angop).
Testigos del accidente dijeron que el primer avión cayó envuelto en llamas, declaró UNITA a funcionarios de la ONU en Angola. "No podemos confirmar nada hasta no llegar al sitio donde cayeron los aviones", repitió Eckhard. (FIN/IPS/td/kb/ceb/mj/ip hd/98