El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, agradeció hoy a la iglesia católica por haber contribuido a erradicar el colonialismo de Africa, pero también le recordó su "vergonzoso" apoyo a la tiranía de los blancos y al apartheid.
"El colonialismo fue introducido en Zimbabwe, como en muchos países africanos, por la iglesia, que recreó las relaciones coloniales dentro de sus propios 'asentamientos teocráticos"', explicó Mugabe a los 4.500 delegados que asisten a la octava asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Harare.
Mugabe sostuvo que la iglesia confundió a menudo evangelización con occidentalización. "En nuestra región, quizá más que en cualquier otra, la iglesia le 'cedió' voluntariamente nuestro dios al colonialismo y al apartheid".
"La iglesia santificó a una raza presuntamente superior (los blancos) y a sus estructuras de mal gobierno tiránicas y excluyentes", declaró Mugabe en la asamblea, que empezó el día 3 y terminará el próximo lunes.
Observadores esperaban que Mugabe condenase a gays y lesbianas, pero no trató el tema en su conferencia de más de una hora. Sin embargo, sí criticó a la comunidad homosexual al retirarse de la Universidad de Zimbabwe, sede de la asamblea del CMI.
La prensa le preguntó qué pensaba sobre la participación de homosexuales en la asamblea. "No se. Yo vine a hablar ante el CMI. Si ellos vinieron como individuos, a rezar para mejorar su moral y desistir de su homosexualidad, muy bien. Esto es la iglesia. Es el organismo que puede purgarlos (limpiarlos)", replicó.
La homosexualidad es ilegal en Zimbabwe. El presidente Mugabe condenó muchas veces a gays y lesbianas, acusándolos de ser "inferiores a los cerdos y los perros".
La orientación sexual está en discusión en la asamblea. Los miembros del CMI discrepan sobre la admisión de homosexuales en la iglesia. Un delegado opinó que los homosexuales cristianos tienen derecho a ir a la iglesia, ya que es un "lugar de pecadores", lo cual levantó objeciones respecto del concepto de pecado.
Gays y lesbianas no fueron oficialmente reconocidos como participantes de la asamblea, por lo que asistieron en calidad de miembros individuales del público.
El encuentro del CMI analiza la crisis africana debido a la deuda externa y la pandemia del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). También busca una solución a la guerra civil en República Democrática del Congo (ex Zaire) que ya lleva cinco meses.
Mugabe explicó que se había esforzado por dar a los delegados una síntesis de la historia de la iglesia en Africa. "Así podemos apreciar los verdaderos desafíos que se le plantean a un testigo ecuménico en un mundo injusto y dividido", precisó.
"Está claro que la iglesia no puede absolverse a sí misma de los problemas de la historia, el presente y el futuro. Sería correcto decir que nuestra experiencia con la iglesia en esta región es que se trata de una institución pecadora que a la vez, se ocupa de perdonar los pecados de los otros", declaró.
En su exposición, Mugabe pidió ayuda de la iglesia para cumplir con el programa de reforma agraria de Zimbabwe.
El presidente explicó que, si bien el triunfo independentista en 1980 significó la autonomía para la mayoría negra, la población aún enfrenta obstáculos que hacen peligrar su susbsistencia como nación libre e independiente. Uno de esos obstáculos es la desigual distribución de las tierras.
"Estamos hermanados por Cristo, pero seguimos luchando con el mismo problema y formulando la misma pregunta (sobre la tierra)", expresó.
"Zimbabwe vive todavía una situación peculiar, en la que 4.000 agricultores comerciales blancos son dueños de la mitad de la tierra cultivable, mientras 11 millones de africanos están apiñados en la otra mitad", declaró Mugabe.
"No es raro encontrarse con individuos que son dueños de cuatro, cinco, o seis haciendas de varios miles de hectáreas, mientras sus contrapartes de la comunidad negra tienen que arreglárselas en parcelas de no más de dos hectáreas por familia", agregó.
Mugabe explicó que en este país hay vastas extensiones de tierra cuyos propietarios están ausentes, en su mayoría británicos o sudafricanos, mientras "los legítimos propietarios de la tierra se quedaron sin nada, o con muy poco".
"Lores británicos, compañías británicas, acaudaladas familias y compañías sudafricanas, poseen enormes establecimientos por la fuerza de la historia colonial. Y nosotros parecemos injustos, más injustos que el terrateniente ausente o el dueño de múltiples tierras subexplotadas, porque exigimos una reforma agraria".
Mugabe devolvió los golpes de los medios británicos, que lo acusaron la semana pasada de "latrocinio, tiranía, brutalidad y racismo" debido al asunto de las tierras. "¿Pero quién debería acusar a quien en este problema de tierras?", repuso.
"¿Cómo es posible que la iglesia se mantenga unida en una sociedad tan dispar? ¿Qué sermón corresponde al terrateniente, cuál al desposeído? ¿Con cuáles de los tipos sociales se identifican la iglesia y sus predicadores?", preguntó Mugabe a sus delegados.
Se espera que la asamblea del CMI asuma una postura clara ante la carga de la deuda externa -calculada en cerca de 300.000 millones de dólares- que está destruyendo la vida social y económica de los países africanos. De 41 países calificados como Países Pobres Fuertemente Endeudados, 33 son africanos.
"El Consejo (CMI) debería hacer uso de su autoridad moral para pedir a las potencias industrializadas que cancelen las deudas de los países en desarrollo", exhortó Mugabe.
El líder socialista instó también al CMI a conminar al mundo a volver a los carriles sanos y humanos que edifican la imagen de dios.
"Tal vez nuestro mundo habría sido mucho mejor y más seguro si le hubiéramos dado al comunismo un dios espiritual y democrático, en lugar de aceptar al capitalismo desenfrenado como algo divino", concluyó.
El CMI, creado en 1948 en Amsterdam, es una organización integrada por 330 iglesias de aproximadamente 100 países. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/ceb-aq/ip-cr/98