VENEZUELA: Las ofertas económicas, ocultadas por la política

Diferentes en propósito pero asombrosamente parecidas en algunas medidas y ritmo, las propuestas económicas para Venezuela del favorito Hugo Chávez y su rival Henrique Salas, entre quienes se escogerá presidente este domingo, resultaron arropadas por el huracán de la diatriba política.

Los venezolanos fueron compelidos a escoger entre Chávez, un ex oficial golpista convertido en líder de los desposeídos para "barrer el sistema", y Salas, ex gobernador de un estado industrial preferido por las clases medias y sectores trabajadores que quien un cambio radical, pero sin incertidumbre.

"Democracia o dictadura", han dicho los partidarios de Salas, defensores de "un cambio radical pero en paz", mientras los de Chávez aseguran que "llegó la hora del pueblo para acabar con 40 años de corrupción y falsa democracia".

De entre los 14 aspirantes iniciales, fueron Chávez y Salas quienes se colocaron en la cresta de la ola que, quienquera gane, ya arrasó al liderazgo de los partidos políticos tradicionales y busca cambios profundos en la cuarentona democracia.

El sacerdote Arturo Sosa, jefe de los jesuitas en Venezuela, dijo que a ambos hay que agradecerles cuanto han hecho ya por remozar la lucha política, a la vez que criticarles la falta de concreción de sus propuestas y medidas para el cambio.

El país contiene el aliento ante lo que todos reconocen como la más trascendente de sus elecciones, y los rumores y miedos a golpes, fraudes y desórdenes -pese a las seguridades ofrecidas por el gobierno y las Fuerzas Atmadas- prevalecieron sobre la reflexión en la víspera del comicio, ya sin propaganda permitida.

Alberto Franceschi y Alí Rodríguez, asesores de primera línea de Salas y Chávez, respectivamente, ofrecieron a corresponsales extranjeros este sábado pinceladas del cambio económico que pondrían en marcha sus fuerzas apenas asuma el nuevo presidente el 2 de febrero de 1999.

Franceschi dijo que "lo primero que ofrecemos son reglas claras para los próximos cinco años. Que los inversionistas sepan que un gobierno se ha instalado para generar confianza. Eso sólo ya reactivaría la inversión, ahora represada, y el empleo".

Rodríguez aseguró que Chávez "efectuará pronunciamientos que generen confianza aún antes de febrero", mientras se lanzan operaciones para mejorar la recaudación fiscal y corregir gastos para disminuir el déficit del sector público.

Otras medidas inmediatas, en el ámbito monetario, financiero y petrolero, las guardaron bajo reserva uno y otro "para no dar margen a que se aprovechen los especuladores".

"No esperen medidas económicas drásticas, no habrá tratamiento de shock", advirtió Franceschi, en tanto Rodríguez aseveró que "buscaremos el equilibrio fiscal como medida clave para abatir la inflación, pero gradualmente. No habrá milagros".

El presupuesto gubernamental, unos 15.000 millones de dólares (15 puntos del producto interno bruto), presenta dificultades para cerrar en equilibrio este año y un d]eficit estimado en siete puntos del PIB para 1999.

Los tipos cambiario y de interés son una pesadilla para los ahorristas y usuarios del crédito, en tanto como consumidores los venezolanos soportan desde hace cinco años la tasa de inflación más alta de América Latina (37 por ciento en 1997).

Salas ha sido el preferido de los inversores, según registros en la Bolsa de Valores de Caracas, y Franceschi remarcó ese carácter: "?Quién en el exterior que tenga un millón de dólares para invertir los va a traer a Venezuela si el año próximo estaremos discutiendo una nueva Constitución?".

Rodríguez replicó que "el espinazo de la inversión extranjera del año próximo en Venezuela serán los 11.000 millones de dólares para el sector petrolero, y eso no se ba a mover, en tanto los demás inversores lo que primero reclaman en la seguridad jurídica que una nueva Constituicón puede asegurar".

Tanto Chávez como Salas lanzarían en gran escala programas de construcción, especialmente de infraestructura, por ser el sector un gran empleador, e incentivarían el turismo, al que coinciden en apostar con fuerza como motor de crecimiento y empleo.

Respecto de la agricultura "aquí hace falta una NEP (Nueva Política Económica que lanzó la Unión Soviética en los años 20) para entregar a los campesinos un tercio de las tierras de labor, 13 millones de hectáreas, cuyo dueño es el Estado", dijo el centroderechista Franceschi.

Venezuela precisa "un vigoroso proceso de formación de capital nacional (físico y humano), porque si no es mentira que este país puede avanzar hacia una economía productiva en vez de la rentista", señaló por su parte el izquierdista Rodríguez.

"Sostendremos la apertura petrolera a capitales privados y la profundizaremos en el sector petroquímico", dijo Franceschi. "No estamos contentos pero tampoco queremos contar con un precio petrolero alto, de más de nueve dólares el barril".

Con eso "estamos diciendo que no favoreceremos acuerdos que limiten la producción para defender los precios, y en su lugar defenderemos los mercados", aseguró Franceschi.

Venezuela participa en los acuerdos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo para reducir la oferta y tratar de apuntalar los precios. Ello ha significado cerrar pozos y frenar asociaciones de su grupo petrolero estatal PDVSA con corporaciones trasnacionales.

"Nosotros revisaremos los acuerdos, aunque respetando los compromisos suscritos por la República, para adecuarlos a un mercado saturado. No estamos solos y es un error creer que podemos desempeñarnos solos en el mercado", dijo Rodríguez.

Coinciden en la necesidad de desarrollar "aguas abajo" la industria de hidrocarburos. Para Rodríguez "además de atender nuestros mercados tradicionales, deberíamos integrarnos en una red oferentes y demandantes de energía en América Latina".

Por último, está el tema de la conducción económica, para la que Chávez se presenta como un líder y Salas como un gerente. "El liderazgo de Chávez tiene la fuerza necesaria para manejar la crisis y sus medidas de corrección entre los sectores más afectados", destacó Rodríguez.

Salas "de tal manera se involucra en la gestión a la que da prioridad, en este caso el turismo, que en vez de asignar un ministro al ramo ha dicho que la coordinación de las tareas de seguridad, infraestructura, financiamiento y comunicaciones la asumirá personalmente", indicó Franceschi. (FIN/IPS/jz/eg/la/98

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