El gobierno saliente de Rafael Caldera proyecta aprobar este miércoles la eliminación de las funciones operativas del Ministerio del Ambiente de Venezuela, lo que lo confirmaría como la peor gestión de la historia para el sector.
El gabinete ministerial de Caldera sancionará un plan de reordenamiento del ministerio, que incluye el despido de 1.416 de los 3.600 empleados, en una poda a la que los activistas ambientales se oponen por su orientación y no por su número.
Venezuela fue el primer país de América Latina en contar con un Ministerio del Ambiente, instituido en 1977, y por años se mantuvo a la vanguardia de las políticas en favor de un desarrollo sustentable, o ecológicamente concebido.
Entre los logros ambientales del país destaca que cerca de la mitad de su territorio está bajo protección ambiental, lo que incluye una gran reserva de biosfera para el habitat de los indígenas yanomamis y la moratoria hasta el 2050 de la explotación minera en el estado de Amazonas.
Además, Venezuela fue uno de los primeros países en desarrollo de contar con una ley penal del ambiente.
Pero técnicos del ministerio, directivos de las organizaciones no gubernamentales (ONG) y expertos del área coinciden en que desde la llegada al poder de Caldera, el 2 de febrero de 1994, el aspecto del ambiente dejo de ser prioridad en la agenda venezolana y comenzó un periodo de hondo deterioro en el área.
El colofón sería la eliminación de las actividades operativas por parte del ministerio, que pasaría a ser una entidad rectora de las políticas de preservación ambiental, pero sin capacidad alguna para hacer cumplir las leyes y normas en la materia.
José Moya, coordinador de la no gubernamental Federación de Organizaciones y Juntas Ambientales (Forja) pidió la intervención del presidente electo, Hugo Chávez, para impedir que llegue a consumarse el desmantelamiento del ministerio.
La preocupación es porque buena parte de los despidos y la reorganización no promueve la eliminación del gran exceso de burocracia, sino que mutila los servicios autónomos que se ocupaban hasta ahora de cuidar la fauna, los bosques, las cuencas y la conservación de los suelos, además de la selva amazónica.
El único servicio autonómo que se mantendría en pie, según indicaron bajo anonímato activistas ambientales y técnicos del ministerio, es el de cartografia, debido a que recibió importantes recursos del Banco Interamericano de Desarrollo, que se perderían en caso de desaparecer.
Un ejemplo es lo que sucederá con el Servicio para Protección, Restauración, Mantenimiento y Aprovechamiento Sustentable de la Fauna Silvestre y Acuática, conocido como Profauna, que pasará a ser una dirección interna del ministerio sin funciones prácticas.
El problema, según las fuentes, no es esa asimilación, que pudiera servir para aumentar la coherencia del sector, sino que se eliminan los guardafaunas y los demás especialistas que cuidaban y manejaban la fauna, en seguimiento a convenios internacionales.
Esas funciones pasarían a la militar Guardia Nacional y a las autoridades municipales y regionales, que administrarían los parques nacionales y otras fórmulas de áreas protegidas, sin estar preparadas para esas tareas.
Entre los puestos eliminados también se encuentra el de 169 hidrometeorólogos, que se ocupan de observar los niveles de las aguas y el impacto sobre ellos de los cambios clímaticos, tanto para cumplir con compromisos internacionales en la materia, como para prevenir desastres y actividades agrícolas y pecuarias.
"Detrás de este plan se esconden grandes intereses económicos que a lo largo del gobierno de Caldera han buscado de todas formas ponerle la mano a las riquezas mineras que se hallan en zonas protegidas", comentó a IPS un alto funcionario del propio ministerio.
Las fuentes citaron entre los involucrados en "el plan de desmantelamiento aunque se pretenda 'vender' como de reordenamiento" al antiguo viceministro Luis Castro, familiar directo de poderosos sectores madereros.
Una campaña de organizaciones ambientales e indígenas impidió el año pasado que prosperase el proyecto de abrir las concesiones mineras en la mayor reserva forestal del país, en Imataca, al presentar un recurso a la Corte Suprema de Justicia, que suspendió el decreto al respecto.
El primer ministro del Ambiente y miembro del Consejo de la Tierra y otras instituciones internacionales de renombre, Arnoldo José Gabaldón, indicó a IPS que la restructuración de esa dependencia sería saludable si su intención fuese la de una sana poda burocrática.
Pero consideró que el hecho se volvería muy grave si detrás de la restructuración, realizada a espaldas de los actores ambientales y cuando el gobierno fenece, está la intención de debilitar aún más al ministerio, en contradicción con la tendencia mundial.
La gestión de Caldera en materia ambiental ha sido denunciada por las ONG y expertos como "desarrollista y primitiva".
También se la criticó, dentro y fuera de Venezuela, por trastocar las estructuras internas y sustituir técnicos de alta capacidad con funcionarios sin preparación y con "altos niveles de prejuicios" sobre el concepto de desarrollo sustentable.
El primer ministro del Ambiente de Caldera, Roberto Pérez Lecuna, concentró su actuación en el área de los acueductos y se caracterizó por lo que especialistas han denominado "una fobia por lo internacional".
El funcionario, quien estuvo en el cargo por casi tres años, sostuvo en varias oportunidades que el concepto de desarrollo sustentable era "una estrategia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para actuar contra los intereses de los países en desarrollo".
Venezuela es casi el único país latinaomericano que no instituyó su comisión nacional para el desarrollo sustentable, como se decidió en la cumbre mundial sobre medio ambiente, realizada en Rio de Janeiro en 1992.
Representantes de organismos internacionales vinculados al ambiente han confiado en diferentes ocasiones bajo reserva de su nombre que "Venezuela pasó de estar en la vanguardia en materia ambiental a ser un país donde no existe interés porque funcione nada en este aspecto". (Fin/IPS/eg/en la98