Hugo Chávez, un teniente coronel retirado de 44 años, conquistó hoy la presidencia de Venezuela en una esperada victoria, seis años, 10 meses y dos días después del fracaso de su intento de tomar el poder por las armas.
"Ganamos esta gran batalla para reconstruir a Venezuela", dijo el virtual presidente electo, que gobernará el país por cinco años, al conocer los resultados, mientras llamaba a festejar el triunfo "en calma y sin desafueros".
"Aquí habrá paz, aquí habrá libertad", agregó, en una clara réplica a quienes pronosticaron que al tomar posesión el 2 de febrero instaurará una dictadura y adoptará medidas que llevarán a la violencia.
Las primeras proyecciones extraoficiales le adjudican más de 50 por ciento y en algunos casos cerca de 60 por ciento, en las elecciones de este domingo, consideradas las más cruciales de la historia de Venezuela.
"Aquí se produjo hoy una hecatombe por la contundencia del triunfo de Chávez", dijo Miguel Henrique Otero, director del diario El Nacional, cuando aún no se podían difundir los resultados, dando idea de lo holgado de su victoria.
El triunfador supo encarnar el resentimiento de la mayoría de la población por la pobreza y corrupción que se adueñaron del país, junto con el colapso de los servicios públicos, la mala conducción política, el desempleo y la honda crisis económica.
El independiente y ex gobernador Henrique Salas obtuvo, según las mismas proyecciones entre 30 y 45 por ciento de los votos. Salas pasó a ser la última semana también el candidato de los dos partidos tradicionales del país, Acción Democrática (AD) y Copei.
Todas las encuestas "a boca de urna" de los medios de comunicación y empresas privadas coindicieron en asignar el triunfo a Chávez, antes de que las autoridades electorales emitieran el primer boletín oficial confirmando esa tendencia.
"Hoy está naciendo una nueva Venezuela, el pueblo ha recuperado confianza y credibilidad en el sistema", añadió Chávez, a quien se etiqueta como izquierdista, aunque él se niegue a ser definido políticamente con adjetivos distintos a los de bolivariano.
Chávez se convirtió este domingo en el octavo presidente elegido consecutivamente en este país sudamericano, el tercer productor mundial de petróleo, desde que se inició en 1958 un ciclo que ahora acaba.
Cuando asuma en febrero recibirá un país que ha vivido esta década en continua crisis política y económica continua y que presentará en 1999 un déficit fiscal de más de 9.000 millones de dólares, alto desempleo, parálisis productiva, congelamiento de las inversiones y precios petroleros desplomados.
Chávez triunfó con una heterógenea alianza denominada Polo Patriótico y compuesta por casi toda la izquierda, por su propio partido, el Movimiento V República, en el que se agrupan los militares participantes en los dos cruentos alzamientos de 1992, y empresarios proteccionistas.
Su propuesta, autocalificada de bolivariana y considerada por los analistas populista en lo político y de retorno a los controles en la economía, se concentra en devolver la dignidad a Venezuela y establecer una nueva y real democracia.
Chávez es un carismático personaje, mestizo y de rasgos aindiados, nativo de los llanos occidentales. Está casado en segundas nupcias con la periodista María Isabel García y tiene cuatro hijos y un nieto.
La campaña electoral dejó un país dividido en dos, entre "los asustados" por el triunfo de Chávez y los que esperan de él venganza por la corrupción, el mal funcionamiento de los poderes públicos, el colapso de los servicios y por la pobreza, que afecta a 78 por ciento de una población de 23 millones de personas.
Chávez se definió a sí mismo esta semana como "el enterrador" del viejo régimen y el "partero" de una democracia nueva y honesta.
El mecanismo para el entierro de esa democracia "secuestrada por cúpulas partidistas podridas", según define Chávez el ciclo de los 40 años de democracia representativa que concluyen ahora, y para el renacimiento político del país, es una controversial asamblea constituyente.
Chávez prometió que el 15 de febrero, 13 días después de asumir la presidencia, convocará a un referendo para que el pueblo apruebe la asamblea, si para entonces no lo ha hecho el Congreso bicameral que se instalará el 23 de enero.
Los opositores a esa iniciativa recuerdan que legalmente, en los referendos sólo tienen carácter consultivo en Venezuela, y que para convocar a una constituyente es indispensable reformar previamente la Constitución, un paso que el triunfador en las elecciones se niega a dar. "Absolutamente no", ha subrayado. (FIN/IPS/eg/ff/ip/98