El presidente electo de Venezuela, Hugo Chávez, fue proclamado hoy oficialmente como el próximo mandatario del país, y entregó esa proclamación a los ciudadanos como "nuevos dueños del gobierno" ante una multitud de adeptos.
Chávez, un teniente coronel retirado de 44 años electo por un resonante 56,2 por ciento de los votos, aseguró que su misión es "sacar del laberinto en paz" a Venezuela, acosada por una acuciante crisis política, social y económica.
La figura que gobernará Venezuela por cinco años desde el 2 de febrero, afirmó que "el poder constituyente nos va a pasar por encima a nosotros también" si traiciona la oferta de refundar el país mediante una asamblea constituyente, para dar vida a "una verdadera y nueva democracia".
También reivindicó con especial enfasis los dos cruentos alzamientos militares de 1992, el primero encabezado por él mimo el 4 de febrero de aquel año, y aseguró que su elección es una "legitimación absoluta" de las dos asonadas y el cierre de "una rebelión en nombre del pueblo".
La proclamación como el 46 presidente de Venezuela y noveno del ciclo democrático abierto en 1958 que ahora se cierra, se dividió como es habitual en los actos protagonizados por Chávez en dos partes: una formal y otra popular, con discursos y tonos distintos, pero con un mismo fondo.
El comandante, como le llaman sus seguidores, aseguró que su proclamación representaba la proclamación del pueblo como el verdadero gobernante desde el 2 de febrero, a través de "su soldado-presidente, presidente-soldado".
"Yo proclamo al pueblo dueño de su destino y del gobierno de Venezuela", dijo Chávez ante las autoridades del país en su proclamación formal y ante la multitud entusiasta, en la plaza del Consejo Nacional Electoral en el centro de Caracas.
Chávez emergió como el lider carismático típico de las grandes crisis, en un país con 78 por ciento en pobreza y un alto resentimiento por la conducción política clientelar, apoyado en una oferta populista y antisistema que le reportó tres millones 673.685 votos, la segunda más alta de la historia local.
Otro 40 por ciento votó por otra oferta de cambio radical del modelo político aunque sin ruptura, encarnada por el ex gobernador independiente y conservador Henrique Salas, lo que suma que 97 por ciento de los electores apuestan por una transformación profunda del modelo de convivencia local.
Los dos partidos que dominaron la escena desde 1958, Acción Democrática y el socialcristiano Copei, abrazados la última semana a Salas para evitar el precipicio, sufrieron una debacle al no recoger en conjunto más de 11 por ciento.
Pero más de un 36 por ciento de la población se abstuvo, pese a la gran motivación despertada por los comicios, en que el país se dividió entre "chavistas" y "antichavistas". Se trata del mayor ausentismo de las urnas, después del 39 por ciento de 1993.
El próximo presidente se declaró este viernes como "el primer gobernante del siglo XXI de Venezuela", tras confirmar que 1999 será el año de la constituyente en el país, en que la población participará activamente mediante un sistema de sugerencias y propuestas canalizadas por una comisión especial.
"El pueblo venezolano ha resucitado y está unido por un clamor y una fe, no en un hombre, sino en su propia fuerza", afirmó al insistir que su papel es el de instrumento de ese colectivo que quiere una democracia real, basada en la equidad social, el humanismo y la transparencia.
Chávez unió al presidente saliente, el octogenario Rafael Caldera, presente en el acto, a su asonada de 1992, al reiterar que aquel día nacieron tanto la presidencia de uno como de otro, ya que su antecesor resurgió a la vida política al reivindicar la rebelión en una sesión del Senado.
Caldera llegó al poder en febrero de 1994 al frente a una coalición de partidos y figuras muy similar a la que ahora respalda a Chávez -con excepción de sus respectivos propios partidos-, y suspendió la causa contra el ahora presidente electo un mes después.
Chávez fue apoyado por nueve grupos integrados en un Polo Patriótico, en que destacaron casi todos los partidos de izquierda, antiguos militares golpistas y empresarios proteccionistas, y es definido por algunos analistas como expresión de una nueva izquierda latinoamericana.
Pero otros sectores mantienen altas reservas sobre Chávez, porque mantienen que esconde veleidades de militarismo autoritario y se apoyan en gestos como el de este viernes de darle un plazo perentorio al Congreso que se instalará el 23 de enero, para que convoque un referendo sobre la constituyente.
El parlamento bicameral "tiene hasta el 14 de febrero" para esa convocatoria al referendo, que abriría el proceso constituyente, si no quiere que Chávez sea quien lo haga al celebrarse un día después los 180 años del Congreso de Angostura, promovido por el libertador Simón Bolivar.
Ese congreso, cuando las fuerzas de la independencia contra España se habían consolidado, dio vida a la República de Colombia, conformada por lo que después se dividiría en ese país, Ecuador y Venezuela. Tuvo lugar en la ahora Ciudad Bolivar, situada en el sureste local.
Bolívar, como es costumbre, fue citado varias veces por Chávez en sus dos discursos, dentro de un amplio abánico de citas de la biblia, poetas, filosofos y cantautores.
Este viernes citó a los franceses Jean Jacques Rousseau, Honoré Mirabeau y Albert Camus, el alemán Frederich Nietzsche, el estadounidense Walt Whitman, el chileno Pablo Neruda y el cantautor venezolano de protesta Alí Primera.
La proclamación oficial de Chávez duró en la práctica más de cuatro horas, ya que se inició con una ofrenda ante el sarcófago que guarda los restos de Bolívar y culminó con un alto religioso, ya que el próximo gobernante es un fervoroso católico, con una rueda de prensa en medio. (Fin/IPS/eg/ip la/98