VENEZUELA: Caldera hace veladas advertencias a Chávez

El presidente saliente de Venezuela, Rafael Caldera, hizo hoy veladas advertencias en el plano político y militar a su electo sucesor, Hugo Chávez, al felicitarlo un día después del resonante triunfo que lo llevará al poder en febrero.

Caldera también garantizó que su gobierno se esforzará hasta que entregue el poder a Chávez, el 2 de febrero, en mantener la confianza en el país y su democracia y colaborará con el presidente electo muy activamente para una transmisión ordenada.

Dentro del gobierno, sólo el ministro de la Defensa, el vicealmirante Tito Rincón, reconoció públicamente el domingo el triunfo de Chávez, el primer oficial en retiro que se convertirá en comandante en jefe de las Fuerzas Armadas en Venezuela por la voluntad popular.

Caldera, de 82 años, mostró su complacencia porque el presidente electo haya mostrado "un espíritu de conciliación" tras su triunfo por 56,45 por ciento de los votos, que le asegura llegar al poder mediante las urnas, después que en 1992 fracasó en tomarlo por las armas en un alzamiento.

El mandatario saliente indicó que "sería nefasto" que se repitiera la división de los venezolanos "en buenos y malos", porque eso llevó al país a los peores momentos de su historia.

También aseguró que los venezolanos demostraron el domingo que "aman la democracia" y que quieren que ella esté despojada de vicios y se cure de los males que la enferman, "pero no a través de otro sistema sino a través del sistema basado en la voluntad del pueblo", con respeto a las leyes y las instituciones.

Caldera mostró en su televisada alocución lo costoso que es para quien fue cofundador del sistema político surgido en 1958, Copei tras el derrocamiento de la última dictadura, el entregar el poder a alguién que ha ofrecido enterrar ese modelo y lo califica como un experimento muy dañino para el país.

También resultó evidente lo duro que es para el anciano estadista pasar la banda presidencial a quien atentó contra la democracia siete años atrás, califica su gobierno como "el peor del siglo" y le ha desafiado abiertamente en materia militar.

Chávez, de 44 años, es el segundo candidato electo por más de 56 por ciento en la historia electoral venezolana, al frente de su partido Movimiento V República, controlado por antiguos militares golpistas, casi toda la izquierda y otros grupos integrados en la alianza Polo Patriótico.

Su campaña se basó en una oferta de enterrar el regimen de partidos en cuya formación Caldera fue uno de sus protagonistas, como fundador del partido socialcristiano Copei, uno de los dos pilares del ahora barrido bipartidismo. Chávez afirma que en 1958 nació "una democracia podrida de cúpulas corruptas".

La propuesta de Chávez de refundación política del país, mediante una controversial asamblea constituyente, cautivó a las capas más desposeidas en un país con 78 por ciento de pobreza, resentidas por la corrupción y el colapso de los servicios.

Las palabras de Caldera fueron una elocuente alerta ante las acusaciones que los opositores hicieron a Chávez a lo largo de la dura campaña electoral de que con la constituyente quiere desconocer la Constitución de 1961 e instituir una dictadura.

También pareció querer marcar lo impropio de que se divida el país entre el continuismo corrupto del antiguo regimen y la honestidad renovadora de quienes apoyan la refundación republicana, otra acusación hecha a Chávez antes de su triunfo.

"No estamos en dos países, estamos en un país que va adelante", insistió Caldera en su alocución, acompañado de su guardia militar y miembros de su gobierno, para insistir que lo esencial que debe generarse hasta la transmisión de mando, "es la confianza".

La historia de Caldera y Chávez se entrecruzan desde el 4 de febrero de 1992, cuando tras fracasar la asonada militar, el ahora presidente saliente resurgió al primer plano al jusificar virtualmente el alzamiento, al indicar que "no se puede pedir a un pueblo con hambre que defienda la democracia".

En esa intervención se fraguó el retornó al poder como candiato suprapartidario de Caldera en febrero de 1994, tras lo que perdonó y liberó a Chávez un mes y medio después, con el único castigo de darle de baja como teniente coronel y las prebendas de los oficiales en retiro, incluido el salario.

Caldera exaltó el papel institucional de las Fuerzas Armadas para asegurar la transparencia del proceso y la confianza de la población en la institución castrense como garante comicial, en otra velada réplica a Chávez.

Chávez acusó a Caldera como candidato en que el presidente había creado agrias fricciones en el estamento militar al imponer en julio como comandante general del Ejército a su yerno, el general Rubén Rojas, al alegar su falta de méritos para el cargo.

Rojas dijo públicamente que los militares no aceptarían que pasase a comandarlos quien traicionó el mandato de defender la democracia, mientras que Chávez llegó a alertar que el general estaba detrás de un proyectado golpe para frenar su triunfo.

En sus primeras declaraciones públicas como presidente electo, Chávez reiteró que su ministro de la Defensa será el general Raúl Salazar, alejado por Caldera en la embajada en Estados Unidos, y a quien se esperaba que fuera al cargo de Rojas.

Salazar fue llamado al país este lunes, por pedido expreso de Chávez al ministro de la Defensa, y participaría con el presidente electo en un cambio profundo del alto mando militar, en que saldrá Rojas y otras figuras cercanas a ese general, incluso antes de que se produzcca la transmsión de mando.

Chávez también reconoció que hasta este lunes no había tenido ningún contacto, ni siquiera telefónico, con Caldera, y que sus diálogos con el presidente saliente han sido a través del titular de la Defensa. Pero el presidente electo dijo que se entrevistará con Caldera esta misma semana. (Fin/IPS/eg/ip la /98

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