Al menos 1,9 millones de personas murieron en Sudán en los últimos 15 años debido a la guerra civil y a las políticas del gobierno, reveló hoy el Comité Estadounidenses para los Refugiados (USCR).
La pérdida de vidas en el país africano supera por lejos el número de muertos provocado por otras guerras civiles que se libran en el mundo, señaló el informe "Cuantificación del Genocidio en el Sur de Sudán y las Montañas Nuba", que actualizó un estudio similar publicado en 1993.
Del total de muertos, más de 70.000 civiles murieron por la guerra sólo en el primer semestre de este año, agrega el informe sobre Sudán, país de una población de 27 millones de personas.
Al menos 600.000 personas murieron desde el estudio de 1993, que no abarcó la situación en las montañas de Nuba, en el centro del país. El informe de este jueves acusó al gobierno de aplicar políticas contra el pueblo nuba similares al "genocidio".
USCR calculó que entre 100.000 y 200.000 nubas murieron o fueron asesinados en los últimos cinco años. La población nuba antes de la guerra ascendía a poco más de un millón de personas.
El informe se publica mientras se multiplican los pedidos en este país, sobre todo de la derecha cristiana que acusó a Jartum de perseguir a los cristianos, para que Estados Unidos adopte medidas más severas contra el gobierno de Sudán.
Washington se ha mostrado hostil hacia Sudán desde que en 1989 un golpe de Estado llevó al poder al régimen musulmán actual.
En septiembre, misiles estadounidenses destruyeron una fábrica farmacéutica en un suburbio de Jartum que Washington afirmó se utilizaba por fuerzas aliadas del financista musulmán Osama bin Laden para producir armas químicas.
El ataque se decidió en represalia por las bombas detonadas en las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania. Simultáneamente, decenas de misiles atacaron supuestos campamentos de entrenamiento "terrorista" en Afganistán, presuntamente controlados por Bin Laden.
Washington también proporcionó ayuda militar a Eritrea, Etiopía y Uganda, que a su vez colaboraron con el rebelde Ejército de Liberación Popular de Sudán (ELPS). Los tres países africanos acusaron a Jartum de fomentar la insurgencia en sus territorios.
Los muertos entre los militares ascendieron a decenas de miles, pero los civiles sufrieron mucho más y constituyen la mayoría de los muertos por la guerra, agregó el USCR.
La mayor parte de las muertes fueron provocadas por enfermedades y hambre entre los civiles, cuyos medios de vida quedaron devastados por los ataques de los bandos en conflictos, mientras la ayuda humanitaria no podía acceder a las víctimas.
El último ejemplo fue la hambruna que asoló este año a Bahr al Ghazal, en el sur del país, y que mató a "decenas de miles" de personas, según cálculos del informe.
Bombardeos de la fuerza aérea sudanesa y ataques de las fuerzas del gobierno y sus aliados incrementaron la mortandad, junto con las luchas internas de los rebeldes en el sur.
La guerra civil, que se agravó tras el golpe de 1989, "se caracterizó por una ferocidad creciente que afectó a casi todos, y ciertamente a todos los distritos, en el sur de Sudán", explicó USCR.
Asimismo, las alianzas entre el ELPS y los grupos nubas en la zona austral de Kordofán, y con otros grupos étnicos en la zona del mar Rojo, llevaron al gobierno a "aplicar políticas que propagaron la muerte y la destrucción en el norte" del país, señaló el informe.
Al menos uno de cada cinco habitantes del sur de Sudán murió como resultado de la guerra civil, y más de 80 por ciento de la población de cinco millones de la región se vio obligada a abandonar su hogar al menos una vez desde 1983, aseguró.
La guerra desplazó aproximadamente a cuatro millones de sudaneses, más que en cualquier otro país, mientras casi 350.000 se encuentran refugiados en seis países vecinos.
Las zonas de conflicto se encuentran principalmente en el sur, habitada por una población negra de religión cristiana o tradicional africana, a diferencia de los habitantes predominantemente musulmanes del norte del país.
Pero la guerra se extendió a las montañas Nuba en el centro y el oeste del país. Los nubas, que poblaron el territorio sudanés mucho antes de la llegada de las tribus árabes, han sido discriminados históricamente por Jartum.
En 1983, había casi 1,3 millones de personas en la región, mayoritariamente nubas.
El autor del informe, Millard Burr, ex funcionario de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, señaló que fue difícil obtener información precisa sobre los muertos en el sur de Sudán y en las montañas Nuba.
A diferencia de las catástrofes de 1987 y 1988, cuando cientos de miles de sudaneses del sur murieron de hambre y enfermedades, la pérdida de vidas en los últimos cinco años se experimentó en distintas zonas, "por lo general en pequeñas cantidades, y en miles de localidades", muchas de ellas aisladas.
En ese lapso, no hubo iniciativas del gobierno o los organismos internacionales para reunir estadísticas sobre las muertes en las dos regiones.
El informe de Burr se basó mayormente en fuentes de la Operación Salvavidas Sudán de la ONU, que reúne a más de 50 organizaciones del foro mundial y no gubernamentales que proporcionan ayuda de emergencia al sur, y en documentos internos del gobierno.
En ese lapso, Jartum dificultó el movimiento del personal de la Operación Salvavidas, y a menudo los excluyó de las regiones donde el gobierno fomentó los conflictos entre distintos grupos étnicos, o donde realizaba campañas militares, como en Equatoria y las montañas Nuba.
"El gobierno tuvo relativo éxito al sellar a gran parte de Sudán de la vista de periodistas, organismos de ayuda e investigadores", señaló el informe. En consecuencia, "fue mucho más difícil cuantificar" la cifra de muertos en los últimos cinco años. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/ip-dv/98