La presidencia de Nelson Mandela se aproxima con suavidad hacia su fin, y se empieza a preparar el camino para que Thabo Mbeki asuma la conducción de Sudáfrica hacia el próximo milenio.
El vicepresidente Mbeki anunció que no hará grandes cambios cuando asuma el gobierno, pero este país de más de 40 millones de habitantes será un lugar muy distinto sin Mandela, el líder de 80 años que desde la prisión (1963-1990) condujo a la mayoría negra hacia la emancipación del dominio blanco.
El mandato de Mandela concluirá luego de las próximas elecciones generales, previstas para 1999.
Thabo Mvuyelwa Mbeki, nacido el 8 de junio de 1942, estuvo preparándose durante la mayor parte de este año para suceder a Mandela si el Congreso Nacional Africano (CNA), hoy en el gobierno, vuelve a ganar las elecciones.
Mandela envió a Mbeki a una gira de presentación ante otros gobernantes que incluyó su representación en la cumbre de la Organización de la Unidad Africana (OUA), que se reunió en Burkina Faso el día 18.
"Sudáfrica tuvo cinco años para consolidar el nuevo gobierno y no creo que haya grandes cambios políticos", dijo a IPS Alfred Stadler, politólogo de la Universidad de Witwatersrand.
Mbeki es un político de la nueva generación y se lo percibe en círculos políticos como una persona muy activa, agregó Stadler.
"Mandela pertenece a la generación de gobernantes que se formaron en la política de las asambleas, la demagogia y los discursos elegantes, pero eso se terminó. Mbeki es un profesional muy bien formado en una universidad de Gran Bretaña, si bien no es tan carismático como Mandela", explicó.
Pero no será fácil el camino que tiene Mbeki por delante, como segundo presidente de Sudáfrica desde el fin del "apartheid" (segregación racial institucionalizada en perjuicio de la mayoría negra) y consecuente la democratización del país en 1994.
Para empezar, tendrá que lidiar con un movimiento sindical más combativo. Se prevé que la distancia entre los sindicatos y el gobierno, que aumentó en 1998, se incrementará aun más el próximo año.
La Federación de Sindicatos Sudafricanos (FOSATU), que cuenta con 1,8 millones de afiliados y es aliada del CNA, tiene grandes diferencias con su aliado en materia de política macroeconómica.
Esas diferencias despertaron sospechas, incluso, de que la FOSATU podría presentarse a las próximas elecciones por su cuenta. Mientras la participación en sindicatos está en declive en todo el mundo, en Sudáfrica crecieron 127 por ciento en los últimos 10 años.
Mbeki advirtió a FOSATU y al Partido Comunista Sudafricano que si no respaldan con firmeza la línea económica del gobierno deberán abandonar la alianza.
La firma de análisis político Andrew Levy y Asociados calculó que los días de trabajo perdidos en la industria en los primeros nueve meses del año sextuplicaron los registrados en el mismo período de 1997. Mientras, el crecimiento económico es el más bajo en varias décadas.
Por otro lado, es difícil conseguir trabajo. Según una investigación del Instituto Africano de Relaciones Raciales, el desempleo aumenta a un ritmo de ocho por ciento anual, por lo que podría alcanzar 43 por ciento en el 2006.
"La estabilidad política lograda en 1994 se mantuvo muy bien, pero afronta peligros, muchos de ellos ocultos", advirtió el Centro de Estudios Políticos en su último informe trimestral sobre tendencias económicas y políticas.
Este año robaron armas de una base militar en Bloemfontein. Se dijo en la corte que el robo fue cometido por un movimiento derechista blanco, Die Volk, y que era parte de un plan para dar un golpe de Estado con la intención de restituir el apartheid.
Western Cape, una zona donde la violencia armada va en aumento, sufrió 155 atentados con explosivos desde 1996. El último fue la semana pasada en una sinagoga, al parecer como represalia por los ataques aéreos de Estados Unidos y Gran Bretaña a Iraq.
Pero quizá el mayor desafío que deba enfrentar Mbeki sea la epidemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
Sudáfrica es uno de los países donde la epidemia crece con mayor rapidez. Cada día se infectan 1.500 personas. Actualmente hay más de tres millones de personas portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida.
"Durante mucho tiempo cerramos los ojos, deseando que la verdad fuera diferente. Durante muchos años permitimos que se expandiera el VIH, y lo hizo a la mayor velocidad del mundo", se lamentó Mbeki al inaugurar en octubre la Sociedad contra el Sida, primera gran iniciativa oficial en la materia.
Más de 500.000 personas por año se vuelven portadoras de VIH. Los expertos dicen que el sida podría revertir el crecimiento de la población y disminuir de 64 a 40 años las expectativas de vida en la próxima década, anulando lo alcanzado hasta ahora en materia de desarrollo humano.
"El mayor impacto se sentirá en los hogares y en las familias. Las más afectadas serán las mujeres. La mayoría de los hogares pobres están a cargo de mujeres, inevitablemente", anunció la ministra de Seguridad Social, Geraldine Fraser-Moleketi.
Mbeki también tendrá que ocuparse durante su gobierno de mantener firme la base del CNA. En 1994, el partido captó 62 por ciento de los votos, y se propone acumular una mayoría de dos tercios para la próxima vez.
Las encuestas realizadas este año por las firmas Markinor y Markdata indicaron que entre 50 y 60 por ciento del electorado respaldan al CNA.
Los analistas políticos se preguntan también si Mbeki será capaz de mantener el equilibrio en un partido constituido por entidades tan dispares, como comunistas, sindicalistas, liberales, intelectuales y capitalistas.
"La separación entre los ex exiliados y los activistas del Frente Democrático Unido (UDF) sigue siendo clave. A Mbeki se lo considera líder del bloque de los exiliados. Del gabinete de 22 ministros, 14 son antiguos exiliados", indicó el Centro de Estudios Políticos en su último informe.
La UDF es una coalición de activistas contra el apartheid formada en los años 80, cuando la dirección del CNA, del que es parte, estaba en el exilio y prohibido en Sudáfrica.
Mbeki es "muy directo en sus discursos" sobre el sida, la corrupción y sobre la necesidad de "un gobierno democrático, saldando las diferencias tribales y complementando el comercio con asistencia para el desarrollo", explicó el diario Financial Mail. (FIN/IPS/gm/pm/ceb/mj/ip/98