Líderes opositores reaccionaron con cautela ante la promesa del gobierno de la República Democrática de Congo (RDC) de levantar en enero la prohibición de los partidos políticos y sugirieron realizar consultas previas para lograr un consenso nacional.
"Antes de que los partidos reanuden sus actividades, el presidente Laurent Kabila debe tener el valor de encontrarse con los políticos y romper el hielo de sospechas y desconfianza", declaró Christophe Lutundula, quien fue vicepresidente en el parlamento de transición suspendido por Kabila.
La reanudación de actividades partidarias debe darse "en un espíritu de reconciliación nacional y armonía", dijo Lutundula a IPS. "La decisión de levantar la proscripción debe ser sincera, y no sólo una medida transitoria de Kabila. De lo contrario, no sería posible reanudar realmente la vida política".
El anuncio de Kabila se produjo durante una entrevista concedida a Radio Francia Internacional (RFI). "En dos meses vamos a liberalizar las actividades políticas y autorizar a los partidos a que funcionen normalmente", aseguró.
Kabila suspendió la actividad de las agrupaciones políticas por dos años en mayo de 1997, cuando derrocó al régimen del ya fallecido dictador Mobutu Sese Seko, quien había gobernado por mas de tres décadas.
El presidente congoleño, quien también prometió libertad de expresión y de desplazamiento, dijo a RFI que el número de partidos políticos no será limitado, como lo habían solicitado algunos miembros de la oposición.
Algunos políticos habían sugerido que sólo fueran autorizados a actuar cuatro de los 400 partidos que estaban registrados en RDC (ex Zaire) antes de la expulsión de Mobutur.
Esos cuatro partidos son la Unión por la Democracia y el Progreso Social, liderada por Etienne Tshikesedi, el Partido Lumumbista Unificado (PALU), el Partido Demócrata y Social Cristiano, y el Partido Revolucionario del Pueblo (PRP), del propio Kabila.
El PRP forma parte de la gobernante Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo, la única agrupación política autorizada a operar en el país.
Según Nono Lutula, consejero especial del presidente en cuestiones de seguridad, antes de que termine 1998 se promulgará un decreto sobre organización y funcionamiento de los partidos políticos.
El ministro de Justicia, Mwenze Kongolo, declaró el viernes que pronto serán considerados por el presidente los borradores de ocho decretos, referidos sobre todo a los actos públicos de los partidos y a su acceso a los medios de comunicación estatales.
En general, el anuncio de Kabila provocó cautas reacciones de los políticos. "Estamos de acuerdo con la reanudación de las actividades partidarias, pero no con una simulación en la que el gobierno defina las reglas del juego", advirtió Eugene Diomi Ndongala, de la Democracia Cristiana.
El partido Reunión para una Nueva Sociedad (RNS) apuntó que el levantamiento de la suspensión no debe ser visto como un regalo, sino como una obligación de quienes están en el poder y deben garantizar la libertad de asociación en la RDC.
"Esperamos participar en la redacción de la ley sobre partidos políticos para que no sea unilateral, especialmente porque también Kabila es jefe de un partido", señaló el portavoz del RNS, Hubert Willemene.
La suspensión fue una de las primeras medidas adoptadas en 1997 por el régimen de Kabila, que ha tenido mano dura con quienes se atrevieron a burlarla.
Un dirigente opositor, Arthur Z'Ahidi Ngoma, fue arrestado por esa causa y luego liberado por razones de salud. Ahora se ha unido a los rebeldes que luchan contra Kabila en el este del país. Otro, Josef Olenghankoy, fue sentenciado a 20 años de cárcel, y Tshisekedi fue confinado en su aldea natal en Kasai Oriental por cuatro meses.
En julio de 1997, las fuerzas de seguridad ultimaron a cuatro manifestantes del PALU.
El anuncio de que la suspensión será levantada se produjo como resultado de la presión de los principales acreedores de la RDC, incluyendo a la Unión Europea y Estados Unidos, que exigieron la democratización del país como condición para su ayuda.
Algunos observadores creen que la liberalización política no será suficiente, y que además se necesita sangre nueva. "Queremos una clase política renovada y responsable, que tenga ideas frescas y esté lista para abocarse al proceso de reconciliación nacional", dijo el periodista Jean Jacques Mbuyamba.
Mbuyamba afirmó que el pueblo de la RDC necesita políticos capaces de educar a las masas, de congregar a la gente a su alrededor y de inspirar a los congoleños para que trabajen. "Nadie quiere agitadores, camaleones políticos listos para traicionar los ideales de sus partidos por interés personal", añadió.
El ex parlamentario Lutundula cree que el retorno de los partidos debe permitir a los políticos dar "un salto cualitativo". A su juicio, "deben comenzar con el pie derecho y mirarse en el espejo del pasado reciente del país".
En una advertencia sobre el riesgo de volver a un "pluralismo anárquico, deletéreo y caótico", Lutundula afirmó que el pueblo congoleño "no nos perdonará si repetimos los errores del pasado". (FIN/IPS/trad-eng/bm/nrn/kb/ego/mp-ff/ip/98
