PETROLEO: Ambientalistas rechazan megafusión Exxon-Mobil

Ambientalistas estadounidenses, alarmados ante el posible aumento de las exploraciones y perforaciones petroleras por la fusión de los gigantes Exxon y Mobil, demandan que la Comisión Federal de Comercio bloquee el acuerdo.

Según los términos de la fusión propuesta, Exxon, todavía la mayor compañía petrolera del país, pagaría cerca de 78.000 millones de dólares en acciones para formar así la corporación más grande del mundo, con ingresos combinados por 203.000 millones de dólares.

Si es aprobada por los reguladores federales, Exxon-Mobil, como se llamará la nueva empresa, superará a General Motors como la mayor compañía del mundo y a Royal Dutch Shell como la principal empresa petrolera.

Ejecutivos de ambas empresas declararon a la prensa que, dados los bajos precios del petróleo, la fusión les permitirá permanecer globalmente competitivos y proveer capital para "satisfacer los crecientes costos de exploración" de petróleo y gas natural.

Grupos ambientalistas señalaron el miércoles que esos costos crecientes se deben a que las compañías petroleras van cada vez más mar afuera y hacia áreas remotas como las selvas tropicales.

"Lo que se pretende es sacar todo el petróleo posible, así haya que perforar hasta el centro de la tierra, sin importar los costos humanos y ambientales", dijo Steve Kretzmann, director de campaña del Proyecto Subterráneo, un grupo de vigilancia minera con sede en California.

"La noción de que las compañías de gas y petróleo necesitan grandes sumas de capital para nuevas exploraciones es peligrosamente anticuada", afirmó, y denunció que "la exploración petrolera amenaza a viejos bosques fronterizos en 22 países y a pueblos indígenas en cada continente".

Los reguladores de la Comisión Federal de Comercio se abstuvieron de formular comentarios, pero los ambientalistas se apresuraron a recordarles el derrame de petróleo provocado por Exxon en la costa ártica de Alaska a raíz de la encalladura del buque cisterna Exxon Valdez.

La muerte de la fauna silvestre debido al derrame se convirtió en el símbolo del peor desastre ambiental provocado por la industria petrolera estadounidense.

Mobil también recibió este año una publicidad negativa cuando una de sus tuberías submarinas se abrió de golpe costa afuera de Nigeria. Cerca de 40.000 barriles de crudo derivaron a la costa y las comunidades pesqueras locales denunciaron la ruina de sus recursos de subsistencia.

"Desde el Valdez en Alaska hasta el empobrecido delta de Nigeria, Exxon y Mobil han demostrado que están más interesadas en proteger sus fundillos que los derechos de las poblaciones locales a un ambiente limpio", expresó Daphne Wysham, investigadora del Instituto de Estudios Políticos.

También las dos compañías fueron bombardeadas con críticas por sus actividades en contra del Protocolo de Kyoto, el tratado internacional que tiende a reducir las emisiones de gases que causan el efecto sierra y el recalentamiento terrestre.

La mayoría de los científicos coinciden en que el fracaso en reducir esas emisiones aumentará la temperatura mundial, con los riesgos consiguientes de tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías.

Exxon y Mobil son los principales protagonistas detrás de la Coalición del Clima Global, un grupo industrial que trata de obstaculizar el protocolo suscripto en Japón el año pasado.

La coalición petrolera consiguió que Estados Unidos no ratificara el tratado aduciendo que era injusto para las naciones industrializadas y afectaría sus economías.

"No sé si (el economista liberal) Adam Smith dijo algo acerca de los negocios que conspiran para causar daño ambiental", apuntó John Passacantando, director ejecutivo de Acción Ozono. "Colocar a Exxon y Mobil juntas crea la Estrella de la Muerte del recalentamiento global".

Algunas empresas petroleras como la British Petroleum han roto con la coalición industrial, pero Exxon y Mobil siguieron manteniendo la opinión que quemar carbón, petróleo y gas no tiene un impacto significativo en el recalentamiento global.

"Ecológicamente creemos que este casamiento es malo para el cielo y también para la tierra", declaró Michael Crosby, coordinador de un grupo religioso de accionistas de Exxon, con sede en Wisconsin, que está preocupado por las operaciones de la empresa.

"Estas compañías han hecho mucho para perjudicar los esfuerzos nacionales e internacionales tendientes a reducir el recalentamiento global. Si se juntan, las cosas van a marchar todavía peor", vaticinó.

Cristopher Flavin, vicepresidente del Instituto de Vigilancia Mundial con sede en Washington, dijo que comparadas con otras compañías petroleras, Mobil y Exxon han hecho pocas inversiones en recursos energéticos renovables, como el viento o el calor solar.

"Las compañías estadounidenses no están muy orientadas hacia el futuro y parecen no tener una visión amplia como sus iguales europeas", dijo.

En los años 70 y 80, ambas empresas hicieron un pequeño aporte para investigar la energía solar y eólica pero dejaron de lado cualquier plan, señaló Flavin. "British Petroleum, entretanto, prometió aumentar su inversión en tecnología solar como parte de su estrategia general para crear un mercado de energía renovable".

Paradójicamente, la fusión Exxon-Mobil podría ser una oportunidad potencial para que las organizaciones ambientalistas desarrollen una estrategia a largo plazo destinada a debilitar la Coalición de Clima Global, señaló Flavin.

"Si la comunidad ambientalista lograra que Exxon abandonara la Coalición, el grupo anti-Kyoto se vería muy debilitado", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/dk/ego-ml/en-if/98

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