Tras recibir duras críticas públicas de la Iglesia Católica, el presidente de Paraguay, Raúl Cubas, partirá a la reunión de presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur), donde parlamentarios paraguayos lo denunciarán por violación del orden constitucional.
Cubas conmutó en agosto la sentencia a 10 años de prisión impuesta en marzo a su líder político, el general retirado Lino Oviedo. La Corte Suprema de Justicia anuló el viernes esa decisión presidencial, pero el mandatario derivó la sentencia a un tribunal militar, para que éste decida si Oviedo debe volver o no a la cárcel.
El jueves se reunirán ambas cámaras del Congreso, citadas en forma extraordinaria para considerar la declaración formal de que existe fractura institucional por "exclusiva responsabilidad del presidente". Oviedo convocó a sus seguidores a rodear el parlamento.
El lunes, día de la virgen de Caacupé (máxima fiesta religiosa de Paraguay), tuvo lugar una concentración que, según Radio Ñandutí, superó los 100.000 asistentes. Allí, el obispo Claudio Giménez elogió, en presencia de Cubas, el fallo de la Corte Suprema y advirtió que "el autoritarismo quiere adueñarse nuevamente" de Paraguay.
Guardiaciviles, "cascos azules" (fuerzas policiales de choque) y miembros de la guardia presidencial rodearon a Cubas durante la celebración religiosa. Unos 1.500 efectivos de seguridad estaban apostados en torno de la Basílica Nacional de Caacupé (a 52 kilómetros de la capital) desde la noche anterior.
Giménez dijo al comenzar su intervención que se alegraba de ver juntos, en primera fila, a las máximas figuras de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El obispo de Caacupé afirmó que la actuación de la Corte Suprema es "esperanzadora" y que "devolvió la confianza a la población".
Un decreto firmado por Cubas y todos sus ministros había sostenido, el viernes, que la Corte "invadió las facultades" del Ejecutivo y "rompió la institucionalidad".
Giménez fustigó "la política sin principios" y "los caudillos populistas, que se dedican a manipular a nuestro pueblo", con "prepotencia" y rechazando "toda crítica".
"Así es muy difícil construir una nación que quiere vivir en democracia", agregó, condenando a "los que engañan a los campesinos" con promesas electorales "que jamás se cumplen". Todas estas críticas fueron consideradas alusiones a Oviedo.
Oviedo, dirigente del gobernante Partido Colorado, sería hoy presidente si no hubiera quedado inhabilitado para competir en las elecciones del 10 de mayo, cuando fue condenado a prisión por un intento de rebelión contra el antecesor de Cubas, Juan Carlos Wasmosy, en abril de 1996.
El gobierno de Cubas, instalado el 15 de agosto, no completó aún sus primeros cuatro meses. Veintisiete por ciento de las personas consultadas por le empresa encuestadora First consideran que la situación general del país "está peor", 56 por ciento que está "igual" y 10 por ciento que está "mejor".
El sociólogo Francisco Capli, director de First, señaló que, por otra parte, el parlamento es la institución con peor imagen.
La mayoría de los legisladores se oponen a la liberación de Oviedo, pero no reúnen los votos necesarios para iniciar un juicio político a Cubas.
Los parlamentarios están preocupados por la convocatoria de Oviedo a rodear el Congreso el jueves. En Paraguay existe la tradición de los "atracos", durante los cuales los agitadores colorados han llegado incluso a apalear a los congresistas, irrumpiendo en sus oficinas.
Unos 2.600 vehículos están listos para trasladar a los oviedistas a las cercanías del parlamento. "Estamos entrando en una fase peligrosa, hay riesgos, la gente tiene una sensación de inestabilidad", afirmó el senador Miguel Abdón Saguier, quien fue presidente del Congreso en el período anterior.
Con esta "manifestación de masas es difícil saber si se van a mantener las instituciones. Estamos en una especie de cesarismo, donde la gente le trasmite la soberanía a un líder que dice que estas instituciones no sirven", agregó Saguier, con tristeza.
Marciano Torales, representante del oviedismo, sostuvo que existe "una crisis por exceso en atribuciones de la Corte Suprema de Justicia".
La senadora Elba Recalde, quien integra al igual que Seguier el Partido Liberal Radical Auténtico, propuso el lunes que todos los congresistas de la oposición abandonen sus bancas a modo de protesta.
Cubas no estará en el país el jueves, cuando tenga lugar la reunión extraordinaria del Congreso. En esos momentos se encontrará en Río de Janeiro, participando en la cumbre presidencial del Mercosur.
El diputado Luis Alberto Wagner adelantó que la mayoría de los legisladores paraguayos ante la Comisión Parlamentaria Conjunta del Mercosur promoverán una condena de ese cuerpo a la "ruptura de la institucionalidad que concretó Cubas".
Los acuerdos de integración regional del Mercosur, firmados por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, incluyen una "cláusula democrática" por la cual se podría excluir del bloque a un país en el cual se hayan quebrantado las instituciones.
En 1996, cuando Oviedo desafiaba la autoridad de Wasmosy, el Mercosur no recurrió formalmente a la "cláusula democrática", pero se ejerció una fuerte presión sobre Paraguay desde los demás países, que tuvo gran importancia en el desenlace de la crisis.
Ante el anuncio de que la oposición recurriría a la Comisión Parlamentaria Conjunta del Mercosur, el senador y jefe de la bancada oviedista, Octavio Gómez, declaró que de nada vale "ir a llorar al otro lado del charco".
"Considero un mal la lucha entre poderes y no querer respetar las órdenes de la Suprema Corte de Justicia" expresó en su sermón el obispo Giménez, quien se preguntó: "¿Qué modelo de autoridad se le da a las nuevas generaciones si los mayores no damos el ejemplo? ¿Acaso querrán nuestros jóvenes volver al pasado?".
"Las nuevas generaciones nunca han visto a las autoridades como padres responsables del bien común", agregó Giménez, quien señaló la necesidad de "un nuevo tipo de autoridad, que sirva al pueblo y no se sirva del pueblo", y exhortó "a no tener miedo, porque los temores impiden una visión de futuro".
El obispo se preguntó también "cómo ganan tanto dinero" los políticos, y "cómo costean sus campañas", sin dejar al margen de sus críticas a "los jefes y oficiales militares" responsables de la deforestación. Esta acusación fue aplaudida por la multitud.
Según las encuestas, la Iglesia Católica es un actor social respetado por más de la mitad de la población, con un prestigio ligeramente superior al de la prensa.
Es tradicional que, una vez concluida la celebración religiosa de la virgen de Caacupé, el presidente y sus ministros compartan un desayuno con obispos y sacerdotes. Pero en esta ocasión, Cubas y su gabinete desayunaron en otra sala. (FIN/IPS/cm/mp-ff/ip/98