Estados Unidos fue el único entre 185 países que se opuso en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a reafirmar que el derecho al desarrollo es un ingrediente esencial de los derechos humanos.
La Asamblea General resolvió el jueves, en el marco del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, urgir a todos los estados a que eliminen los obstáculos al desarrollo, protegiendo no sólo los derechos civiles y políticos sino también los económicos, sociales y culturales.
La resolución, apoyada por todos los países en desarrollo, recibió un solo voto negativo: el de Estados Unidos. Se abstuvieron Alemania, Australia, Canadá, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Italia, Noruega y Suecia.
Un diplomático del Sur dijo a IPS que el derecho al desarrollo fue reconocido como un derecho humano básico en la Conferencia sobre Derechos Humanos de la ONU realizada en Viena en 1993, pero que desde entonces Estados Unidos no ha cumplido ese compromiso.
"El reconocimiento del derecho al desarrollo en Viena fue una de las mayores victorias políticas de los países en desarrollo. Pero su implementación ha sido terriblemente lenta, a raíz de la oposicion estadounidense y el apoyo tibio de Europa occidental", agregó el diplomático.
La resolución aprobada el jueves por la Asamblea General subrayó que la magnitud del problema de la pobreza impide el goce pleno y efectivo de los derechos humanos, y hace frágiles la democracia y la participación popular.
Se pidió a la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, que "preste la atención debida" al impacto que tiene el peso de la deuda externa en los países pobres sobre el pleno ejercicio del derecho al desarrollo.
La resolución de la Asamblea General también expresó profunda preocupación por la disminución general de la asistencia oficial al desarrollo y por el impacto adverso de la crisis financiera en curso sobre el ejercicio del derecho al desarrollo.
La embajadora estadounidense Betty King dijo a la Asamblea General que su país apoyaba gran parte del contenido de la resolución, pero que votaría en contra por profundas discrepancias de principios.
Estados Unidos no estaba de acuerdo en que "fuera apropiado considerar en este foro temas como la adopción de políticas macroeconómicas en el mundo, la globalización y el alivio de las deudas externas", dijo King.
El gobierno estadounidense considera equivocado, y peligrosamente engañoso, culpar a las actuales dificultades financieras internacionales de problemas previos de alimentación, salud, educación y empleo.
"Esos problemas han existido desde mucho antes de que se produjera la crisis financiera global, y su rectificación requiere medidas estructurales', dijo King.
Estados Unidos no respaldó la propuesta de una Convención sobre el Derecho al Desarrollo porque considera que muchas agencias de la ONU ya están dedicadas al asunto.
Por otra parte, afirmó King, el gobierno estadounidense no apoya que se agreguen "nuevas y pesadas tareas en materia de derechos humanos a las que ya tiene la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos".
"Además de constituir un desperdicio y una duplicación, eso desviaría recursos escasos de actividades para las cuales se dio a la alta comisionada (Mary Robinson) un mandato exclusivo", agregó King.
La embajadora estadounidense alegó también que la resolución aprobada había pasado por alto un acuerdo esencial de la Conferencia de Viena: que "la falta de desarrollo no puede ser invocada para justificar un acotamiento de los derechos humanos reconocidos internacionalmente".
Ajaya Kumar Sarnaik, embajador de India ante la ONU, dijo que se ha tomado conciencia de que la pobreza constituye la mayor amenaza al ejercicio efectivo de los derechos humanos.
Es llamativo que la comunidad internacional no reaccione ante el hambre, la desnutrición y otras violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales, con la misma asistencia y solidaridad que muestra ante otros atropellos, agregó.
India comparte un enfoque de la cuestión basado en establecer claramente que los derechos humanos, tanto civiles y políticos como económicos, sociales y culturales, son efectivamente "derechos", inherentes a cada persona, y no algo conferido por un acto de asistencia o caridad, señaló Sarnaik.
Este enfoque se basa también en un conjunto aceptado de derechos reconocidos, deberes y normas que pueden ser reclamados en forma legítima, codificados por leyes y adjudicados por leyes, agregó.
India acepta que el respeto a los derechos humanos debe ser independiente del nivel de desarrollo de un país, pero factores macroeconómicos y estructurales, como el endeudamiento, términos desfavorables de intercambio o falta de tecnología y experiencia gerencial, limitan el goce efectivo de esos derechos, argumentó.
Sutjipthohardjo Donokusumo, embajador de Indonesia ante la ONU, enfatizó que los organismos financieros internacionales deben identificar y sopesar el impacto de sus recomendaciones y actividades sobre los derechos humanos.
Un enfoque coordinado y equilibrado de la cuestión siempre debe tener presente que más de 1.000 millones de personas viven bajo la línea de pobreza. Reconocer el derecho al desarrollo, a nivel nacional e internacional, permitiría una visión de conjunto del problema, agregó.
Bozorgmehr Ziaran, embajador de Irán ante la ONU, dijo que, lamentablemente, las discusiones y actividades relacionadas con los derechos humanos son influidas, en su mayor parte, por los intereses económicos y políticos de una minoría.
Lo que se debe y lo que no se debe hacer se define e interpreta de acuerdo con esos intereses, y por lo tanto la dualidad de criterios, la selectividad y la subjetividad se han vuelto rasgos distintivos del sistema, agregó Ziaran. (FIN/IPS/tra- en/td/mk/mp/mj/hd dv/98