MEXICO: Gobierno y mercados respiran gracias a quiebre opositor

El gobierno de México celebra y los mercados respiran, pues la Cámara de Diputados aprobó el fin de semana un paquete de rescate bancario pendiente desde abril gracias a la ruptura del mayoritario bloque opositor.

Los negociadores del gobierno lograron que sus adversarios de derecha y centroizquierda se dividan, salvaron el pellejo del presidente del Banco Central, Guillermo Ortiz, a quien los opositores pedían la dimisión, y solucionaron un problema financiero que amenazaba con ahuyentar a los inversionistas.

El acuerdo entre el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el conservador Partido Acción Nacional (PAN) permitió que el presupuesto del Estado absorba el rescate bancario de alrededor de 60.000 millones de dólares, invertido por el gobierno entre 1995 y 1997 a través de un fideicomiso.

El rescate no se transformará en deuda púlica directa, como pedía el gobierno. En cambio, su pago saldrá cada año del dinero del fisco y habrá auditorías para que los bancos cancelen lo que les corresponde y se sancione a quienes malversaron el dinero de los depositantes.

Con la solución, que en los últimos meses parecía cada vez más difícil por el rechazo de la oposición, los mercados recibieron una dosis de confianza. Las tasas de interés interbancario bajaron este lunes cerca de medio punto, la Bolsa de Valores registró alzas y el peso mexicano se fortaleció frente al dólar.

Mientras, el gobierno de Ernesto Zedillo se declaró complacido y destacó la capacidad de concertación de los diputados.

La banca mexicana, hoy entre las peor calificadas del mundo por eficiencia y operatividad, según la firma Standard & Poor's, debió ser rescatada con dinero del Estado e inversión extranjera luego de la crisis de fines de 1994. Sin ese apoyo, el país hubiese ido a la bancarrota, advirtieron las autoridades.

Con la crisis y su efecto internacional conocido como "tequila", las tasas de interés se dispararon sobre los 100 puntos, hubo fuga de capitales por millones de dólares, la moneda se devaluó más de 100 por ciento y deudores y banqueros sufrieron problemas de iliquidez.

El centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que junto con el PAN arrebató el año pasado al PRI por primera vez desde 1929 la mayoría en la Cámara de Diputados en elecciones federales, rechazó la solución al rescate bancario y declaró rota la alianza opositora.

El PRD pedía no cargar a la población el rescate bancario y por tanto no transformarlo en deuda ni incluirlo en las finanzas del Estado. Según analistas, este partido no presentó una solución viable al problema que venía agravándose, pues el rescate aumentaba cada mes por los intereses.

Que paguen la deuda los responsables de la crisis bancaria, entre los que están banqueros corruptos, empresarios ineficientes y financistas de campañas electorales del PRI, era la máxima del PRD.

"La alianza del PRI y el PAN para aprobar el rescate bancario es el entierro del gran esfuerzo democrático alentado por los mexicanos" en las elecciones de 1997 "para construir un poder autónomo del Estado" en la Cámara de Diputados, dijo el líder del PRD, Porfirio Muñoz.

"Los acuerdos entre el PRD y el PAN están rotos y con ellos los esfuerzos para la transición democrática", expresó el diputado que dirige la bancada de su partido en la Cámara.

El PAN defendió el apoyo el rescate bancario argumentando que fue lo mejor para el país, e inició una campaña en los medios de comunicación para explicar su decisión y evitar así un desgaste electoral, según reconocieron sus dirigentes.

Además, indicó que junto con el rescate bancario negoció con el gobierno y los bancos un programa de apoyo a deudores que incluye condonación de hasta 60 por ciento en las deudas de pequeños empresarios y agricultores. De este programa no dio detalles de financiamiento ni fechas de operación.

El PRD, por su parte, también inició una campaña en los medios de comunicación y anunció que organizará movilizaciones nacionales de protesta. En agosto, este partido organizó una consulta pública en la que dos millones de personas pronunciaron su rechazo al rescate bancario.

Las amarras frente a la elecciones presidenciales del 2.000 están desatadas. Dirigentes y miembros del PRI, PAN y PRD se presentan ya como posibles candidatos con un antelación nunca vista en procesos anteriores.

Las encuestas indican que los problemas económicos podrían derivar en la primera derrota del PRI en una elección presidencial.

Un sondeo realizado el diario El Universal y publicado este lunes indica que 91,5 por ciento de los 20 millones de habitantes de la capital y área suburbana considera que México está entrando en una crisis económica y sólo 8,5 por ciento sostiene que el país está saliendo de esa situación, como afirma el gobierno. (FIN/IPS/dc/mj/ip if/98

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