FAO hizo en México una excepción a su política de firmar acuerdos sólo con gobiernos, para apoyar en forma directa el desarrollo de centros de gestión rural de un grupo de campesinos vinculados al oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El proyecto, comenzado en 1997, creó en tres estados centros de gestión que prestan a los campesinos asistencia técnica, información para la producción, capacitación administrativa y apoyo para acceder a nuevos mercados y fuentes de financiamiento.
El acuerdo entre FAO (Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la Confederación Nacional Campesina (CNC) no tiene ningún interés político, aseguraron a IPS los reponsables del proyecto, que hasta este mes benefició a 10.000 agricultores y a sus familiares.
"Sólo se trató de asistencia y apoyo a propietarios rurales", explicó Arnoldo Rosenfeld, consultor de FAO, mientras Rolando Rodríguez de la CNC, director del proyecto, sostuvo que "los centros (de gestión) han dado apoyo independientemente del partido al que pertenezcan los beneficiados".
La CNC es, junto con la Confederación de Nacional de Trabajadores, uno de los principales brazos sindicales del PRI, partido que gobierna México desde 1929. La CNC, que tiene hoy 75 diputados, 11 senadores y siete gobernadores -todos del PRI-, asegura contar con más de tres millones de afiliados.
Los tres principales partidos de oposición, el conservador Acción Nacional y los centroizquierdistas de la Revolución Democrática y del Trabajo, afirman que la CNC utiliza su influencia entre los campesinos para lograr votos y afiliados al PRI.
La CNC se proclama heredera y continuadora de la revolución mexicana comenzada en los años 10 de este siglo, especialmente por los beneficios logrados para los campesinos.
Pese a ese antecedente histórico, en los 21 millones de hectáreas de tierras agrícolas se concentra hoy 75 por ciento de la pobreza extrema del país.
Rodríguez aseguró que los centros de gestión, "que permiten superar muchos de los problemas del campo", tienen el compromiso de no inmiscuirse en política y de ayudar incluso a campesinos ajenos a la CNC y al PRI. Además, la CNC se declara independiente del Poder Ejecutivo.
Con un financiamiento de 276.000 dólares, la FAO entregó a los centros de gestión asistencia para instalarse, equipo de computación conectado a la red Internet y respaldo en varios cursos de capacitación.
El proyecto FAO-CNC finalizó en noviembre, aunque los centros de gestión creados en Papantla, (estado de Veracruz, en las costas del golfo de México), Valle del Yaqui (Sonora, en la frontera con Estados Unidos) y Huamantla (Tlaxcla, cerca de la capital), siguen operando.
El plan es crear otros, luego de evaluar el resultado de los existentes, informó Rodríguez.
"Con la globalización, para los campesinos ya no sólo es necesario producir. Ahora deben saber de mercados locales y mundiales y de posibilidades de asociación, asistencia y financiamiento", añadió el ex director del proyecto por parte de la CNC.
Rosenfeld, el consultor de la FAO que manejó el proyecto, dijo que la apertura comercial de México exige preparación especial a los campesinos, por lo que la agencia entendió adecuado proporcionar ayuda mediante un convenio con la CNC.
Los centros de gestión son manejados ahora por los propios agricultores, que con respaldo de la FAO y la CNC escogiercon el local, los técnicos y el personal de apoyo.
Los centros son contratados por agricultores, el gobierno o cualquier empresa privada para brindar asistencia, y financian su actividad con los pagos que perciben.
El centro de gestión de Huamantla, que apoya a unas 4.000 familias, logró que una importante agroempresa comprara maíz azul producido por los campesinos locales y aportó dinero para la adquisición de semilla mejorada.
En ese lugar hay ahora también nuevos proyectos para mejorar la producción de cebada y habilitar sitios de almacenamiento, un banco de fertilizantes y semillas y un vivero.
En el Valle del Yaqui, el centro de gestión ayudó a los productores agrupados en sociedades a negociar la compra de insumos y a vender su producción. Además, asesoró a los productores en la definición de nuevos proyectos de desarrollo de actividades pecuarias y acuícolas.
Finalmente, en la región de Papantla se reporta que, gracias al apoyo técnico del centro, la producción de algodón aumentó siete por ciento, los agricultores obtuvieron una disminución de 15 por ciento del precio de la semilla de trigo y de insumos y la cosecha de cítricos se incrementó 25 por ciento.
"Los resultados de cada centro son satisfactorios. En el futuro veremos cómo siguen desarrolándose en un país donde las zonas rurales tiene hoy muchos problemas", declaró Rosenfeld. (FIN/IPS/dc/ff/dv/98
