MEXICO: El salario mínimo no alcanza ni para comer

El gobierno de México está obligado por ley a garantizar un salario mínimo que satisfaga "las necesidades de un jefe de familia en lo material, social y cultural", pero los 3,2 dólares diarios a los que hoy llega ese pago tras el último aumento de 14 por ciento no cubre ni la alimentación básica.

En los últimos 11 años la canasta básica para una familia de cuatro miembros aumentó en 1.727 por ciento en su precio nominal, mientras el salario mínimo sólo lo hizo en 435,9 por ciento, indicaron este miércoles expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Con el argumento de que es necesario el sacrificio para evitar problemas en las finanzas públicas y que no es posible conceder aumentos más allá de los rangos inflacionarios, el gobierno y los empresarios decidieron que el salario mínino aumentará desde este mes, y para todo 1999, en 14 por ciento.

El incremento, que no permite comprar ni un litro de leche, mantiene al indicador salarial en su curva de deterioro constante, fenómeno iniciado en los años 80.

"La situación es dramática para millones de trabajadores que reciben el pago básico", dijo a IPS Luis Lozano, director del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.

Estudios oficiales indican que 55 por ciento de los trabajadores con seguro social -menos de 40 por ciento de las 37 millones de personas con capacidad laboral- reciben entre uno y dos salarios mínimos al mes.

A pesar del último aumento, en términos reales el ingreso diario bajó desde 1997 de 3,4 a 3,2 dólares debido al deterioro de la moneda nacional.

La UNAM indica que los ingresos de los trabajadores mexicanos son ahora más de 1.000 por ciento menores en relación a los de Estados Unidos, vecino y socio de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

La mano de obra barata permitió al país latinoamericano colocarse como un importante exportador hacia Estados Unidos, con más de 80.000 millones de dólares anuales, 40 por ciento de los cuales corresponden a productos elaborados en zonas francas.

Los bajos salarios son sólo una muestra de la precaria situación en que viven hoy los mexicanos, golpeados por repetidas medidas de ajuste y pedidos de sacrificio en los últimos años, dijo Lozano.

Rogelio Martínez, director del Centro de Investigaciones Jurídicas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, considera que el gobierno viola la Constitución al no cumplir el precepto del salario mínimo. En ese sentido considera posible que sea demandado por los trabajadores.

Las principales organizaciones sindicales mexicanas, cercanas al gobierno, consideran que los salarios son bajos, pero niegan que sean precarios o merezcan el rechazo de la población, mientras grupos sindicales opositores, un sector en crecimiento, sostienen que las remuneraciones son francamente insuficientes.

Pese al deterioro salarial, que contrasta con la concentración del ingreso en pocas manos, los trabajadores sindicalizados nunca han realizado una huelga general.

El 10 por ciento de los mexicanos con mayores ingresos concentra hoy 41 por ciento de la riqueza nacional. En contraste, 20 por ciento de los hogares más pobres percibe sólo 3,2 por ciento, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática.

Las perspectivas económicas se presentan difíciles para la mayoría de mexicanos el año próximo, por la drástica caída de los precios del petróleo, cuyas ventas financian cerca de 40 por ciento del presupuesto del Estado.

En el presupuesto de 1999, que se discute desde hace un mes en la Cámara de Diputados y debe aprobarse antes del día 15, el gobierno pide mayores sacrificios a la población para no generar un déficit fiscal superior a 1,5 por ciento.

En noviembre, el gobierno aprobó un aumento en los precios de los combustibles de 15 por ciento y anunció que eliminará el susbsidio a la tortilla de maíz, alimento básico de la población.

Grupos opositores realizaron en las últimas semanas multitudinarias marchas en la capital y otras ciudades del país para rechazar la política económica, mientras en la Cámara de Diputados, con mayoría opositora, el gobierno enfrenta dificultades para que se apruebe el presupuesto.

Portavoces del gobierno insisten en que los sacrificios adicionales son imprescindibles para mantener las finanzas públicas en equilibrio y aseguran que no dará marcha atrás en sus decisiones salariales y presupuestales. (FIN/IPS/dc/ag/ip-if/98

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