El gobierno de México afirmó que un programa de reestructuración de pagos aprobado esta semana desvanece los objetivos por los que se movilizaban los deudores de la banca, pero éstos, organizados en grupos de presión, replicaron que nada ha cambiado.
El programa "Punto Final" de refinanciamiento, diseñado por el gobierno, banqueros y un grupo de diputados, fue calificado de "parche" por la Asociación de Deudores de la Banca y por la organización El Barzón, que en los últimos cuatro años se transformaron en fuerza opositora.
El plan aprobado tiene un costo de 4.100 millones de dólares, 75 por ciento de los cuales serán financiados por el gobierno y los bancos, y beneficiará a 1,5 millones de deudores hipotecarios, agropecuarios y pesqueros con descuentos de hasta 60 por ciento de sus obligaciones, señalaron las autoridades.
"Este es el último plan, no habrá más facilidades de hoy en adelante", advirtió Carlos Gómez y Gómez, presidente de la Asociación de Banqueros.
Según El Barzón, una organización que cuenta con diputados en el Congreso desde 1997, Punto Final es insuficiente, porque no congela las tasas de interés y pasa el costo del rescate a la hacienda pública.
El pago de la crisis y de la ineficiencia de los bancos se trasladará otra vez a la población, dijeron portavoces de El Barzón, tras anunciar que no suspenderán sus protestas.
El gobierno de Ernesto Zedillo dispuso desde 1994 planes de ayuda a los deudores por 14.300 millones de dólares y de salvataje a los bancos por más de 50.000 millones.
La crisis estallada en diciembre de aquel año elevó las tasas de interés a más de 100 por ciento, complicando la situación de millones de deudores y de la banca. Sin los planes de salvataje, el país habría caído en bancarrota, aseguran las autoridades.
Pequeños grupos de deudores agropecuarios, como los que se congregan en El Barzón, adquirieron con la crisis carácter nacional. También nacieron otras agrupaciones, como la Asociación de Deudores de la Banca. Según sus dirigentes, ambas organizaciones reúnen a más de dos millones de personas.
Los grupos de deudores ganarom un importante espacio debido a sus manifestaciones callejeras, a la organización de consultas públicas y a su presencia en los medios de comunicación.
El opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) y la guerrilla zapatista del sureño estado de Chiapas invitan desde 1995 a las organizaciones de deudores a sumarse a sus filas. Los bancos por su parte, entienden que se trata de "grupos de chantaje".
La Secretaría (ministerio) de Hacienda sostuvo que el programa Punto Final atiende las demandas de los deudores, motivo por el cual las organizaciones que los reúnen ya no tienen razón de ser.
Juan Quirino, líder de El Barzón y diputado por el PRD, advirtió que la organización insistirá en sus protestas, porque más allá de considerar no resuelto el problema de las deudas, entiende que los bancos siguen cometiendo injusticias contra clientes a los que no se puede responsabilizar por la crisis económica.
La Asociación de Banqueros acusa a los grupos de deudores de fomentar una "cultura del no pago" y de engañar a sus miembros al prometer que con protestas conseguirán la reestrcuturación de adeudos.
El problema de las deudas no se soluciona de modo colectivo, sino mediante negociaciones individuales entre el banco y el cliente, declaró el presidente de la Asociación.
Debido a las altas tasas de interés y a la inestabilidad financiera, la mayoría de bancos mexicanos cancelaron este año la mayor parte de sus programas de crédito.
Según el privado Grupo de Economistas y Asociados, los bancos que fueron estatizados a principios de los años 80 y devueltos luego al sector privado, conceden hoy créditos únicamente a las 500 empresas más poderosas del país.
El grueso del aparato porductivo no tiene acceso a préstamos, de acuerdo con el Grupo de Economistas y Asociados. (FIN/IPS/dc/nc/98)