La integración cultural permanece en un lugar muy secundario en el Mercosur a juzgar por la ausencia del asunto en las reuniones del bloque esta semana en Rio de Janeiro.
Crear un sitio en Internet del Mercosur Cultural, construir bibliotecas fronterizas, estimular la enseñanza de las lenguas habladas en la subregión y actuar en conjunto ante los organismos internacionales fueron las limitadas resoluciones de los ministros de Cultura, que se reunieron el martes.
Son iniciativas individuales o concretas que mejor contribuyen al acercamiento en este sector poco valorado por considerarse ajeno a la economía. Esta reunión pasó, de todos modos, desapercibida.
La cumbre semestral del bloque se clausuró el jueves con la Orquesta de Jóvenes del Mercosur tocando el Himno de la Confraternización Argentino-Brasileña.
La Orquesta, que hará su primer concierto público este domingo, en el Teatro Municipal de Rio de Janeiro, es la concreción de un proyecto del maestro brasileño David Machado, que creó la Asociación Musical Mercosur y luchó por la integración, antes de morir en 1995.
Su viuda, Fiorella Solares, mantiene vivo sus sueños.
Cien jóvenes, de 15 a 26 años, de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Venezuela componen la Orquesta, que no tiene carácter estable, sino que se reúne una vez al año en ciudades siempre distintas.
Por su calidad "se equipara a la Orquesta Sinfónica de la Comunidad Europea", se enorgullece Solares, señalando que eligió los mejores músicos en visita a cada país. Los 20 venezolanos invitados son miembros permanentes de la Orquesta Simón Bolivar.
En el cine, los brasileños pudieron ver este año dos películas consideradas "mercosureñas": "Luna de Octubre", una coproducción de Argentina, Brasil y Uruguay, sobre una historia ocurrida en la frontera a comienzos de siglo, y "O toque do Obo" , obra brasileño-paraguaya.
Esta última, dirigida por el brasileño Claudio MacDowell, resucita a Paraguay para el cine, tras muchos años sin ningún largometraje producido, aunque con una limitada participación en la realización del filme.
"O Toque do Obo" cuenta el fin de la vida de un brasileño que, enfermo, se retira a una pequeña y decadente ciudad, en cualquier lugar de América Latina, y la hace revivir con su música.
Pero se trata de películas aisladas, que no impulsan un movimiento cinematográfico compartido, como tampoco "Corazón iluminado", que vincula a dos países el Mercosur, porque se trata de obra autobiográfica del director Héctor Babenco, nacido en Argentina y brasileño por opción.
De la reunión semestral del Mercosur, el principal aporte a la integración cultural será probablemente el proyecto de enseñanza del portugués en Argentina, anunciado por el portavoz presidencial brasileño, embajador Sergio Amaral.
Producto de reuniones de responsables de la comunicación de los gobiernos del Mercosur, el proyecto "Conociendo Brasil" difundirá por el canal de televisión por cable Quality, especializada en documentales, cursos de portugués para los argentinos, a partir del inicio de 1999.
Los cursos de 25 horas se componen de videos, casetes y folletos que muestran la realidad turística y cultural de Brasil, además de oportunidades comerciales y de inversiones en el país.
El proyecto se extenderá luego a Paraguay y Uruguay, y podrá ampliarse a otros países latinoamericanos, informó Amaral. También deberá hacerse en el sentido inverso, ante la gran demanda de cursos de español en Brasil, añadió.
El costo, de 2,5 millones de dólares, es financiado por empresas e instituciones con intereses en el Mercosur, como la Empresa Brasileña de Turismo, la petrolera Petrobrás, el Ministerio de Educación y el Servicio Brasileño de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa.
La enseñanza de portugués y español ayuda a ablandar una de las grandes barreras que traban la integración cultural entre Brasil y sus socios en el Mercosur.
Otra barrera es la dificultad de circulación que aún enfrentan las obras, instrumentos e insumos necesarios al intercambio artístico. Su libre circulación se mantiene como un reclamo de los productores culturales y un tema repetido en las reuniones ministeriales.
Además de la burocracia aduanera, los pintores brasileños se quejan de que el Mercosur se convirtió en nuevo obstáculo a la importación de tintas de calidad, que solo Europa produce.
Hace más de 50 años los artistas plásticos luchan por esa exención. El reclamo encontró buena voluntad entre las autoridades brasileñas hace cuatro años, pero ahora exige un acuerdo en el Mercosur, ante la vigencia del arancel externo común, que es de 17 por ciento.
Pero el pedido brasileño no obtuvo buena acogida entre los ministros y secretarios de Cultura de los demás países, según Tereza Mascarenhas, productora cultural e integrante del Consejo Estadual de Cultura de Río de Janeiro. (FIN/IPS/mo/mj/cr/98