La buena voluntad permitió superar los varios problemas que afectaban la unidad del Mercosur, en las negociaciones técnicas, que prepararon acuerdos y perspectivas que anunciarán los presidentes este miércoles y el jueves.
"No hay ningún conflicto en el tema de la política automotriz común", afirmó Jorge Campbell, secretario de Relaciones Económicas Internacionales y coordinador de las negociaciones por Argentina.
Esa era un área "que parecia trabada hace algún tiempo", observó Campbell, para prever que también el tema del azúcar, otro motivo de discrepancias entre Argentina y Brasil, tendrá su solución.
El Congreso argentino congeló por ley un arancel de 23 por ciento al azúcar brasileño, creando un obstáculo casi insoluble a la inclusión del producto en el libre comercio global, que es un compromiso asumido por todos los países miembros del Mercosur, integrado también por Paraguay y Uruguay.
Para reabrir las negociaciones, la reunión del domingo a este martes del Grupo Mercado Común, órgano ejecutivo del Mercosur, decidió reactivar un grupo de trabajo "ad hoc" (para una sola vez) sobre el tema, tras un año de interrupción.
El azúcar, así como la cuestión automotriz, forma parte de una "agenda de consolidación y profundización" del Mercosur, señaló el negociador brasileño José Alfredo Graza Lima, subsecretario general de la cancillería para Asuntos de Integración, Económicos y de Comercio Exterior.
Los acuerdos del Mercosur establecen que el 1 de enero del 2001 todos los productos disfrutarán de libre comercio dentro del bloque. El arancel cobrado por Argentina al azúcar tendrá "muerte súbita" o se podrá desgravar gradualmente hasta entonces por un régimen de adecuación a ser negociado protamente, señaló.
Campbell destacó que hubo ahora "un cambio en la manera de encarar el asunto", que tal como en el caso automotor, podrá abrir paso a un acuerdo en este punto.
La buena voluntad se manifest también en la reunión de ministros de Economía y presidentes de bancos centrales, que tuvo lugar este martes.
A pedido de Brasil, las autoridades argentinas aceptaron postergar una medida que en la práctica exige el pago al contado de las importaciones. El Banco Central elevó a 100 por ciento del valor de los productos comprados la garantía impuesta a los importadores.
No se fijó una nueva fecha, pero el aplazamiento será "por meses", dijo Campbell.
La medida es similar a una adoptada por Brasil el año pasado, para reducir las ventajas de la importación financiada a tasas de interés internacionales, muy inferiores a las nacionales, permitiendo una especulación financiera por parte de los importadores.
Ante quejas de los socios, Brasil estableció una excepción para el Mercosur, ampliando de 10.000 a 40.000 dólares las importaciones excluidas de la restricción.
Varios acuerdos y documentos se encuentran prácticamente listos para la firma o el anuncio por parte del Consejo del Mercosur, que se reúne este miércoles y el jueves, con la asistencia de los presidentes de los cuatro países del Mercosur, más Bolivia y Chile.
Una Declaración Socioliberal, que define derechos básicos de los trabajadores pero sin obligatoriedad, un acuerdo de extradición, un plan trienal para educación, la primera parte de las reglas comunes de defensa del consumidor y políticas de apoyo a las pequeñas empresas hace parte de los puntos ya aprobados.
Además, un acuerdo de equivalencia, otorga validez en todo el bloque a la inspección sanitaria hecha en origen, facilitando el comercio, abre camino a una solución a las quejas argentinas contra la exigencia brasileña de licencia previa en la importación de productos agrícolas, alimentos y medicamentos.
Esto no soluciona el problema de los lácteos, según Campbell, porque persisten riesgos potenciales. Por ahora, los industriales reconocen que sus exportaciones a Brasil se están haciendo normalmente, admitió, pero Argentina seguirá reclamando el fin de la licencia previa. (FIN/IPS/mo/ag/if/98