MEDIO ORIENTE: Espías para la paz, una ecuación difícil

El papel asignado a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) es uno de los rasgos más sobresalientes de los acuerdos de Wye Plantation entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Según los acuerdos firmados en octubre, la CIA se deberá asegurar de que la ANP cumpla con sus compromisos en materia de seguridad, desde encarcelar a los sospechosos de terrorismo hasta controlar a fuerzas islámicas acusadas de incitar a la violencia contra Israel.

Israel tiene tres agencias secretas. El Servicio de Seguridad (Shin Beth) se responsabiliza de la seguridad interna, el Instituto de Inteligencia y Tareas Especiales (Mossad) cubre las operaciones en el extranjero, y la Rama de Inteligencia (Aman) se encarga del espionaje militar.

La ANP cuenta con el equivalente palestino del Shin Beth de Israel, el Servicio de Seguridad Preventiva (PSS). Al mismo tiempo, el partido mayoritario en la ANP, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), posee su propia organización de seguridad interna.

La CIA se une ahora a estas bien equipadas agencias para vigilar los pensamientos y acciones de 2,75 millones de palestinos en Gaza y Cisjordania, lo cual, según los críticos a la ANP, distorsionará las actividades de la sociedad civil y la oposición.

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Israel y Palestina siempre estuvieron en el centro del proceso de paz, incluso desde la negociación de los denominados acuerdos de Oslo, firmados en Washington en septiembre de 1993, y en la del pacto Wye Plantation. Los espías nunca dejaron de trabajar.

En mayo de 1994, ocho meses después de la firma de los acuerdos de Oslo, el actual presidente de la ANP, Yasser Arafat, manifestó su sorpresa al descubrir que había jugado en desventaja desde el comienzo de las negociaciones reservadas en Noruega.

Arafat no sabía entonces que el Mossad había reclutado años atrás a Adnan Yasin, el número dos de la seguridad interna de la OLP en Túnez. El contacto fue en 1980, durante una estancia de Yasin en París, donde su esposa se encontraba entonces en tratamiento médico.

Cuando las conversaciones secretas entre Israel y la OLP comenzaron, Yasin instaló micrófonos en la oficina de Arafat y sus asesores más cercanos en Túnez y transmitió por radio la información obtenida a las embajadas de Israel en París y Roma.

Pero sólo en mayo de 1994, el segundo de la OLP, Mahmoud Abbas, se dio cuenta en El Cairo, donde negociaba con el entonces canciller de Israel, Shimon Peres, que su interlocutor ya conocía su estrategia de negociación.

Abbas ordenó un registro completo de su oficina en Túnez y descubrió los micrófonos ocultos.

La inteligencia de la OLP, con información que le proporcionó el servicio secreto francés, detectó las señales de radio transmitidas desde Túnez y París a Tel Aviv, lo cual condujo al arresto de Adnan Yasin. Pero el daño ya estaba hecho.

Peres y el entonces primer ministro israelí, Itzhak Rabin, sabían exactamente las concesiones que Arafat estaba dispuesto a hacer. Quienes pensaban que la OLP no logró un acuerdo favorable en Oslo centraron sus recriminaciones en el trabajo de Yasin.

Tanto el Mossad como el Shin Beth continuaron apuntando alto y reclutaron a un guardaespaldas de Arafat, Fawzi Sawalaha, quien fue condenado a muerte en agosto de 1997 por un tribunal de Nablus, Cisjordania. Sawalaha dirigía un equipo de cuatro palestinos que espiaban para Israel.

Ese mismo mes se encontraron diminutos micrófonos y cámaras de video ocultos en las paredes de la oficina de Arafat en Gaza. Poco antes había explotado un micrófono oculto en la sede del PSS en Gaza, probablemente instalado por agentes del Shin Beth o el Mossad.

Los vínculos entre el Mossad y la CIA datan de 1951. Ambas agencias comenzaron a vigilar a la OLP en 1964, cuando se fundó. Durante 29 años, ambas organizaciones de espionaje trataron a la OLP como una organización terrorista.

George Tenet, entonces subdirector de la CIA, se reunió con Arafat por primera vez en Gaza en marzo de 1996, luego de una ola de atentados suicida cometidos por militantes islámicos en Jerusalén. El funcionario estadounidense instó entonces al líder palestino a tomar medidas contra los terroristas islámicos.

La CIA comenzó a entrenar a funcionarios palestinos en el centro de contrainteligencia de Jericó, dirigido por el comandante Jibril Rajoub.

En septiembre de 1996, el periódico Al-Watan Al-Arabi, cuya redacción se encuentra en París, informó que la CIA estaba entrenando a oficiales de seguridad palestinos en los Estados Unidos. Tal vez los hubiera reclutado.

Tenet, luego ascendido a director de la CIA, se reunió a solas con Arafat en tres ocasiones posteriores, la última de ellas en Washington, en enero.

El Mossad parece estar al tanto del vínculo entre la CIA y la inteligencia palestina. Estas relaciones podrían dejar a Arafat sin espacio para negociar, tal como sucedió en Oslo.

Si Israel y Estados Unidos conocen de antemano hasta qué punto está dispuesto a ceder Arafat en materia de asentamientos judíos, fronteras finales y poderes de la ANP, las conversaciones por un acuerdo definitivo correrían peligro antes de comenzar.

Con varios agentes en los más altos escalafones de la ANP y de la OLP trabajando, al parecer, para ellos, Israel y Estados Unidos no deberían tener demasiada dificultad en obtener la información que buscan. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/mv/mj/ip/98

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