MALASIA: Controles monetarios llegaron para quedarse

Las controles de capital y de cambio tan criticados por los defensores de la liberalización llegaron a Malasia para quedarse, aunque el gobierno cuente con la ayuda de sus vecinos asiáticos para superar la época de vacas flacas.

En la óptica malasia, la colaboración de vecinos como Japón y Singapur podría ayudar en la obtención de fondos fuera del país, en un momento en que otros inversores extranjeros están preocupados por la marcha de la economía malasia y por los controles de capital.

El primer ministro Mahathir Mohamad reiteró esta semana que la cotización del ringgit, la moneda local, respecto del dólar seguirá sin cambios "por mucho, mucho tiempo", debido a que brinda la estabilidad necesaria para revitalizar la confianza en la economía.

Mahathir expresó el día 11, en una reunión con administradores de capitales extranjeros en Malasia, su intención de examinar la sugerencia de levantar algunos controles.

Sin embargo, enfatizó que el gobierno no tiene intenciones de retractarse de su política, que, por otra parte, devolvió al país cierta estabilidad financiera desde que estalló la crisis en el sudeste de Asia en julio de 1997.

En la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) esta semana en Hanoi, Mahathir dijo que Malasia debió actuar para hacer frente a ataques especulativos.

"Hasta que la comunidad internacional acepte un régimen que anule el tipo de peligros a los que estuvimos expuestos, deberemos continuar con nuestros controles", acoto.

En septiembre, Malasia adoptó controles selectivos de capital y de cambio, entre ellas fijar la cotización del ringgit en 3,8 por cada dólar, y hacer no negociable la moneda en el exterior para evitar la especulación.

Esas medidas imposibilitan a los extranjeros repatriar fondos malasios por un año a partir de la inversión.

Muchos inversores extranjeros, que habían sido acusados de causar el colapso de la bolsa de Kuala Lumpur por sus entradas y salidas de capital a corto plazo, se sintieran incómodos y pidieran el levantamiento de los controles.

Pero la iniciativa permitió a las autoridades inyectar la tan necesaria liquidez en el sistema sin distorsionar el tipo de cambio del ringgit, en particular en relación con el dólar.

De todos modos, los controles prácticamente han puesto contra las cuerdas a las inversiones foráneas a la par en el mercado bursátil que, en su momento, fue manejado por esos fondos.

El gobierno malasio no se ha quedado ocioso ante la cautela manifestada ahora por inversores extranjeros. Si bien se muestra firme con los administradores de las inversiones, también se ha volcado a la búsqueda del apoyo de Japón y Singapur.

Esta semana, Malasia ofreció 568,8 millones de dólares en títulos respaldados por el gobierno japonés. A su vez, Japón dijo en la cumbre de la Asean en Hanoi que Malasia obtendra unos 2.000 millones de dólares en préstamos y financiación comercial bajo la iniciativa Miyazawa por 30.000 millones de dólares.

Singapur también movilizó ayuda a Malasia mediante la recolección de fondos de sus propias instituciones financieras.

Muchos operadores y observadores coinciden en que los controles de capital impuestos por Malasia son legítimos, pero no están tan seguros sobre la conveniencia de sus efectos a largo plazo si son mantenidos por mucho tiempo.

Simon Flint, jefe de investigadores en Asia de la firma Análisis Económico Independiente, con sede en Singapur, dijo que las iniciativas malasias eran justificadas pero apuntó que, al mismo tiempo, resultaban "inoportunas".

Apoyándose en esas medidas, Malasia se está perdiendo el retorno de capitales extranjeros que ya han comenzado a circular en Asia, afirmó Flint.

Las autoridades malasias afirman que están interesadas en un sistema financiero internacional más transparente y estable, y en inversores a largo plazo "auténticos y serios", en lugar de los que consideran a los mercados asiáticos medios para obtener ganancias rápidas, en detrimento de la salud de las economías.

Circularon versiones en las últimas semanas que el gobierno reemplazaría las actuales trabas a los capitales por impuestos de salida o un sistema de registro como el que existe en Taiwan.

Salomon, Smith y Barney, la firma que brinda asesoramiento financiero al gobierno malasio, organizó la reunión de 200 representantes de 13 grupos inversores de Hong Kong y Singapur. Entre los delegados de grupos internacionales figuraron los de HSBC Asset Management, Morgan Grenfell, Rothschild y Schroder.

Un asistente cercano a Mahathir dijo que la reunión fue "un espectáculo en marcha atrás", porque obligó a los inversores a escuchar del propio primer ministro el informe de la situación, en lugar del preludio de un levantamiento parcial de los controles de capital.

Malasia formuló hace unos meses un llamado internacional para obtener fondos destinados a la recuperación de su economía, tras el informe adverso de una agencia especializada que indicó que los riesgos que corre este país siguen siendo muy altos.

Esto significó que los préstamos por los títulos malasios en el exterior podrían haber sido más costosos.

Si bien no se hicieron promesas en la reunión de la semana pasada, los comentarios de Mahathir en torno a posibles modificaciones en los controles de capital dieron cierta esperanza a los mercados.

Esa esperanza se acrecentó luego por el anuncio de que los controles de cambio podrían ser aliviados en la frontera de Malasia con Singapur y Tailandia, donde el tráfico es muy intenso.

No obstante, todavía existen muchos factores que deben modificarse en el ámbito internacional y que no experimentarán cambios en el corto plazo, como pretende Malasia.

El hecho de que esos controles no hayan significado un grave riesgo para el país sugiere que no serán levantados muy pronto, en tanto sigan brindando una sensación de estabilidad económica.

Incluso el mercado bursátil está dando muestras de una recuperación gradual, debido sobre todo al aporte de fondos vinculados con el gobierno.

Esas iniciativas perturban a los partidarios del libre mercado, pero el gobierno continúa aplicando fondos estatales en las bolsas, lo cual, al menos, significa que un importante impacto negativo de los controles de capital ha sido eliminado.

Eso da razones adicionales para la permanencia de las medidas oficiales.

El importante aumento de los ingresos comerciales de Malasia en septiembre y octubre también han dado credibilidad a las medidas.

La lenta emersión de las cuentas de capital, sumada a la saludable posición comercial, causó un aumento de las reservas extranjeras. Esto colocó a Malasia en una posición de fuerza para mantener la cotización de su moneda, que muchos juzgan devaluada, respecto del dólar.

El equilibrio que la cotización del ringgit brinda a la comunidad de negocios y la relativa ausencia de un mercado negro de cambios, así como un aumento de las inversiones extranjeras a largo plazo y tasas de interés más tolerables, llevan a las autoridades a mantener los controles.

Con estos indicadores positivos, el gobierno malasio considera a los controles de capital un precio a pagar bastante razonable. (FIN/IPS/trad-en/cyh/js/ego/mj/if/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe