LIBIA: Kofi Annan mediará en disputa con EEUU y Gran Bretaña

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, viajará a Libia este sábado con la esperanza de resolver la disputa diplomática entre ese país y Estados Unidos y Gran Bretaña por el juicio a los dos ciudadanos libios acusados del atentado que derribó un vuelo de Pan American en 1988.

Tanto en la ONU (Organización de las Naciones Unidas) como en Libia se espera que Annan ponga fin a la disputa que se desató hace varios meses cuando Washington y Londres propusieron el juicio en Holanda de los dos sospechosos, y Trípoli replicó exigiendo garantías para la seguridad de ambos.

"Intentaré resolver este problema de una vez por todas", dijo Annan en Túnez, antes de viajar a Trípoli para reunirse con el jefe de Estado coronel Muammar Gadafi. Annan no reveló qué cosas discutiría con el líder, pero funcionarios de la ONU afirmaron este viernes que no entablaría una negociación.

El Consejo de Seguridad de la ONU, que vigila el cumplimiento de una prohibición de viajes desde y hacia Libia, concedió a Annan la autorización para una visita durante este fin de semana.

Washington y Londres no están dispuestos a alterar el plan que propusieron a Trípoli. Este exige la entrega de Abdul Basset al Megrahi y Lamin Jalifa Fhimah a Holanda, donde serán juzgados por el ataque con bomba que en 1988 derribó al vuelo 903 de Pan American sobre Lockerbie, Escocia, matando a 270 personas.

En los últimos años, Libia propuso que los dos no fueran procesados en Estados Unidos ni en Gran Bretaña, sino en un tercer país, e incluso confirmó que entregaría los sospechosos a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

En principio, Libia aceptó la propuesta de Estados Unidos y Gran Bretaña, pero antes pretende que se aclaren algunos puntos de la misma. Trípoli también objetó la sede del juicio planeado, una base militar holandesa, y sospecha de otras condiciones.

En octubre, el embajador libio ante la ONU, Abuzed Dorda, exigió que se puntualice la propuesta conjunta de Londres y Washington, a la que calificó de "miel con una dosis de veneno". En especial, argumentó Dorda, los sospechosos deberán cumplir su sentencia en Libia, en caso de ser hallados culpables, y no en Estados Unidos o Gran Bretaña.

Pero las observaciones de Libia llevaron a que funcionarios de Washington y Londres declararan que las intenciones de Trípoli sobre el juicio no son serias. Mientras el gobierno libio no entregue a los sospechosos, no logrará que se levanten las sanciones en su contra.

Las sanciones, impuestas en 1992, impiden los viajes aéreos desde y hacia Libia y limitan la venta de maquinaria de la industria petrolera.

Peter Burleigh, embajador de Estados Unidos ante la ONU, advirtió que si Libia no se decide sobre el juicio, entonces Washington podría solicitar el incremento de las sanciones contra el país africano en el Consejo de Seguridad.

En este contexto, la visita de Annan sucede mientras ambas partes se sienten frustradas y podrían aferrarse a una fórmula que guarde las apariencias y cese la disputa. Libia y sus aliados están cansados de las sanciones.

Varios países africanos y árabes solicitaron abiertamente que finalice el embargo de la ONU. El presidente sudafricano Nelson Mandela intentó alcanzar un acuerdo que terminara con las sanciones y permitiera el juicio de los sospechosos.

A la vez, las familias británicas de las víctimas de Lockerbie se inclinan por aceptar la propuesta del juicio en Holanda, pero un grupo de familiares estadounidenses descarta toda fórmula que no incluya el proceso y la prisión de los sospechosos en Estados Unidos o Gran Bretaña.

La propuesta actual ya es de por sí extraña. El juicio será presidido por un juez escocés y se regirá por el derecho de Escocia, aunque se celebrará en Holanda, luego de acuerdos jurídicos especiales logrados entre los gobiernos involucrados.

Ahora, a Annan le espera la tarea de convencer a Gadafi de que acepte la propuesta.

Los informes de prensa procedentes de Libia no brindan muchos esperanzas. JANA, la agencia de noticias libia, sugirió esta semana que Gadafi, el único gobernante de Libia desde 1969, no tiene el poder para tomar una decisión sobre la suerte de los sospechosos.

Sin embargo, una declaración divulgada por JANA señaló que "Libia expresó su voluntad de entablar negociaciones con las partes interesadas ya sea directamente o a través del secretario general de la ONU". (FIN/IPS/tra-en/fah/aq/ip/98

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