IRAQ: Ataques reviven tensiones de la guerra fría

El ataque anglo-estadounidense a Iraq produjo la más grave tensión abierta entre Moscú y Washington desde los tiempos de la guerra fría, y la primera consecuencia es la congelación de los acuerdos de desarme nuclear.

China y Rusia iniciaron contactos bilaterales para oponerse a la opción militar escogida el miércoles por Estados Unidos y Gran Bretaña, y concordaron en que es "un desafío directo a la autoridad del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas"(ONU), según un comunicado de la Presidencia rusa.

Los dos países convocaron a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas resoluciones constituyen el argumento que sustenta los bombardeos.

En represalia por la acción unilateral en una zona considerada estratégica por Rusia, la Duma (parlamento) decidió suspender indefinidamente la ratificación de los acuerdos Salt II, de reducción de fuerzas nucleares estratégicas.

El primer ministro de Rusia, Yevgueny Prymakov, expresó su "rechazo categórico" al ataque, que calificó de "indignante" y estimó que sólo aumentará las tensiones en Medio Oriente.

Por su parte, el presidente Boris Yeltsin acusó a Estados Unidos de "violar crudamente" la carta de la ONU, al adoptar una acción militar no provocada, que tendrá "dramáticas consecuencias" en la región del Golfo.

El primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, anunció este jueves, al inicio de un informe al Parlamento, que una escuadrilla de aviones británicos Tornado se había sumado a una segunda oleada de ataques apenas lanzada.

En Madrid, se reunieron este jueves representantes de Venezuela, México y Arabia Saudita, para analizar el impacto de la crisis en Iraq sobre el deprimido mercado del petróleo.

Los tres países forman parte de una iniciativa para reducir la oferta de petróleo con el fin de estabilizar los precios. Los analistas del mercado consideran que los ataques contra Iraq no producirán cambios significativos en los precios del crudo.

Fuerzas estadounidenses lanzaron un masivo ataque con misiles contra Bagdad en la noche del miércoles desde naves de la Sexta Flota, estacionada en el Golfo, y desde bombarderos estratégicos B- 52.

Hasta el momento, el primer ataque no parece haber producido otro resultado que el pánico generalizado en Bagdad y un número indeterminado de víctimas civiles.

El presidente iraquí Saddam Hussein llamó a la población a apoyar la resistencia presentada por las Fuerzas Armadas, tras dividir el país en cuatro zonas militares.

Informes iraquíes indican que la defensa antiaérea derribó 31 misiles crucero, lo que no fue confirmado por los atacantes. El primer ministro británico dijo que las acciones fueron "exitosas, y han obtenido el tipo de daño que estamos buscando".

Blair reiteró que la llamada Operación Zorro del Desierto tiene el objetivo de reducir la capacidad de Iraq de producir armas de exterminio masivo y debilitar su fuerza militar, mediante el bombardeo selectivo de puestos de mando y de la defensa antiaérea.

Dijo esperar que el ataque obligue a Saddam Hussein a cumplir con las resoluciones de la ONU, en lugar de "esparcir mentiras" acerca de la misión de inspección (UNSCOM) de armas de destrucción masiva destacada por el foro mundial en el país.

Blair insistió también en que la operación militar no tiene el propósito de matar a Saddam Hussein o derribar su régimen, sino de alcanzar "paz y estabilidad" en la región.

También defendió al presidente estadounidense Bill Clinton, quien -dijo- llegó a la conclusión de que la actitud del gobierno iraquí cerró toda vía pacífica para resolver la crisis.

El ataque fue decidido por Clinton inmediatamente después de regresar de una fracasada gira de paz a Israel y Palestina, y en la víspera de una votación en la Cámara de Representantes para abrirle juicio político en el Senado y eventualmente destituirlo.

La coincidencia de esos acontecimientos originó críticas entre los adversarios de Clinton en el Congreso y entre observadores europeos.

El ministro de Defensa de Gran Bretaña, George Robertson, declaró a la prensa que la oportunidad del ataque se había resuelto tomando en cuenta el inicio del Ramadán (ayuno musulmán) este fin de semana, una fecha religiosa ante la cual Londres y Washington son "sensibles".

El ataque se produjo después que el jefe de UNSCOM, Richard Butler, decidiera abruptamente esta semana la evacuación de su personal de Iraq y emitiera un informe en que culpa a Bagdad de faltar a su promesa de cooperación absoluta formulada en noviembre.

Los delegados en la ONU de China, Rusia y Francia criticaron a Butler por decidir la evacuación de los inspectores internacionales sin consultar con el Consejo de Seguridad, de quien recibe su mandato.

Los iraquíes han acusado repetidamente a Butler de trabajar en función de los intereses de Estados Unidos y de comportarse como un "jefe imperial" en Iraq, al exigir acceso ilimitado y sin previo aviso a cualquier instalación oficial del país, ya sea civil o militar.

En Europa, las reacciones son mixtas, con Austria, Alemania, España, Holanda y Portugal en favor del ataque, en tanto que Italia y el Vaticano tomaron distancia junto a Francia de la operación. (FIN/IPS/ak/ff/ip/98

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