La inconsulta participación británica en las acciones militares de Estados Unidos contra Iraq muestra que la Unión Europea (UE) dista mucho de constituir la unidad política que sus dirigentes desean, coinciden analistas regionales.
Alemania, España y Portugal apoyaron los bombardeos con declaraciones acerca de la responsabilidad del régimen iraquí, y enfatizaron su deseo de que terminen pronto. Francia e Italia, en cambio, se opusieron.
Los europeos no fueron consultados ni informados como grupo sobre el ataque. Tampoco se les invitó colectivamente a participar en acciones diplomáticas o militares previas para encontrar una solución a la crisis en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Privilegiando una vez más sus relaciones con Washington por encima de la alianza continental, el gobierno británico aparece hoy como sepulturero del proyecto político de los 15.
El primer ministro Tony Blair intentó este viernes reparar las relaciones con su aliado político Massimo D'Alema, primer ministro italiano, quien no fue informado del inicio del ataque.
Blair se había tomado la molestia de avisar previamente al presidente francés, Jacques Chirac, y al canciller alemán Gerhard Schroeder.
Según fuentes políticas, en una breve conversación telefónica con Blair, el líder italiano le preguntó cuál era el verdadero objetivo de los ataques, y cuanto durarían. D'Alema obtuvo la misma respuesta dada a la prensa: se procura disminuir la capacidad bélica de Iraq.
Tal objetivo, estimó el gobierno italiano, no es alcanzable mediante los bombardeos, que podrían producir el efecto opuesto: el fin de los controles de la ONU y el fortalecimiento del régimen de Saddam Hussein.
Blair recibió una respuesta similar por parte de Chirac, quien consideró que ahora se debe reconstruir un sistema de relaciones con Iraq.
El senador Giulio Andreotti, quien fue primer ministro italiano cuando integraba la hoy disuelta Democracia Cristiana, declaró que la actitud unilateral de Blair fue "un verdadero atentado contra la fatigosa construcción de la Unión Europea".
"La actitud inglesa es más grave que la estadounidense, porque mientras nosotros discutíamos en el senado (italiano), Blair no se preocupaba ni en sueños por nuestras opiniones", agregó.
Por su parte, el ex primer ministro Romano Prodi dijo que "ante la ausencia de un orden mundial, Estados Unidos ha asumido el papel de gendarme del mundo", y que "esto no puede suscitar otra cosa que perplejidad, por la obvia arbitrariedad de las decisiones que implica".
En relación con Blair valen las mismas consideraciones que para el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, agregó Prodi.
El objetivo declarado por Estados Unidos y Gran Bretaña (debilitar al régimen de Saddam Hussein para facilitar una insurrección interna) no podrá alcanzarse, y en cambio el presidente iraquí "seguirá en su puesto y habrá mucho más sufrimiento que antes", pronosticó Prodi.
El fin de semana previo al ataque, los líderes de los 15 países de la UE se reunieron en Viena para discutir medidas políticas y económicas comunes frente a los problemas de desocupación estructural que vive el continente.
La cumbre decidió postergar por un año el nombramiento de una especie de ministro europeo de política exterior. Gran Bretaña ambicionaba ese cargo, pero tras esta acción será difícil que lo obtenga.
El analista político italiano Paolo Garimberti recordó que Italia (gobernada entonces por Prodi) y Francia, en conjunto con Rusia, consiguieron en febrero que Estados Unidos aceptara la mediación del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para evitar un ataque contra Iraq que estaba en marcha.
Lo que ocurrió desde entonces, incluyendo las obstrucciones del gobierno de Iraq a las inspecciones de la Comisión Especial de la ONU en ese país, "indujo a Blair y Clinton a desconfiar de los aliados europeos y a ponerlos frente a un hecho consumado", dijo Garimberti.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joshcka Fischer, propuso que la UE lance en enero (cuando la presidencia del bloque corresponderá a Alemania) una iniciativa para restablecer el diálogo con Iraq, informó la prensa romana.
A diferencia del ataque de 1991, que obtuvo amplio respaldo internacional, en esta ocasión quienes apoyan a Estados Unidos lo hacen sin entusiasmo y con múltiples reservas, especialmente porque Washington y Londres ignoraron a la ONU.
"Cabe preguntarse qué habría ocurrido actualmente si la Unión Europea existiera no sólo en el plano monetario, sino también en el de la política exterior y la de seguridad. Tal vez Blair se habría sentido más ligado a la fidelidad europea que a la transatlántica", escribió Garimberti.
La tercera oleada de ataques continuó en la madrugada de este sábado, mientras los altavoces anunciaban el inicio del mes de ayuno musulmán, el Ramadán, que representa una oportunidad de reflexión y de renovación del compromiso con la fe.
Esta vez se inicia el Ramadán con el recuento de cadáveres, la contabilización de daños y la tremenda incertidumbre sobre lo que vendrá. (FIN/IPS/ak/mp/mj/ip/98