INDONESIA: Gobierno de Australia, solo en su respaldo al régimen

Activistas de Australia, impacientes por la lenta respuesta del gobierno a la crisis política en Indonesia, apoyan por su cuenta la transición democrática que sobrevino tras la renuncia del dictador Alí Suharto.

"El futuro de Indonesia será decidido por los indonesios, pero el rol de las organizaciones civiles australianas como iglesias y sindicatos es cada vez más decisivo", observó Gerry Van Klinken, editor de la revista Inside Indonesia.

"Además de brindar ayuda convencional, tenemos la oportunidad de desarrollar relaciones más 'personales', apoyando a las organizaciones no gubernamentales indonesias en su camino hacia posiciones de poder", agregó Van Klinken.

Los acontecimientos en Indonesia tienen casi a diario un espacio en las portadas de la prensa australiana desde que se produjo la renuncia del general Suharto en mayo, tras una serie de protestas inéditas en el país.

Los australianos ven con preocupación creciente como su mayor vecino se ve inmerso desde entonces en una profunda crisis política que incluye desintegración social y una ola de crimen. Se calcula que dos de cada tres indonesios, es decir, unos 140 millones de personas, vivirán en condiciones de pobreza en 1999.

Lejos de preocuparse por el sufrimiento humano, pero sí por una posible ola migratoria, muchos se preguntan si una transición pacífica a la democracia será posible en circunstancias tan turbulentas.

"Australia puede tener un papel muy importante en el desarrollo económico y social de Indonesia", dijo en un seminario en Melbourne el corresponsal en Australia del diario Jakarta Post, Dewi Anggraemi.

"Indonesia no puede contar con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático" por la importancia que el bloque da al principio de no intervención, explicó Dewi. Además, "esos países están ocupados con su propia transición hacia la democracia", agregó.

La ayuda oficial de Australia a Indonesia asciende a 77 millones de dólares anuales, lo que implica un incremento de 33 por ciento entre 1998 y 1999.

El gobierno de Australia declaró que Indonesia representa su mayor desafío en materia de política exterior en los últimos 30 años, si bien los analistas sostuvieron que se tomaron pocas iniciativas políticas.

Los críticos acusan a Australia de ser demasiado lenta para abandonar el firme apoyo que brindó a Suharto durante los 32 años que duró su dictadura.

"En ese período, el gobierno australiano basó su estrategia en la permanencia de un gobierno elitista y autoritario en Yakarta, y se vinculó con un pequeño grupo de personas, en general de las fuerzas armadas", afirmó Van Klinken.

Las relaciones entre ambos países están tensas debido al apoyo de los australianos a los militares indonesios, a la élite de las fuerzas de Kopassus.

Australia se vio obligada en octubre a cancelar ejercicios militares debido a fuertes evidencias de la vinculación de los comandos Kopassus, cuya participación estaba prevista, con violaciones de derechos humanos en las provincias separatistas de Aceh, Timor Oriental e Irian Jaya.

"Enfrentamos todos un enorme desafío. Tenemos que pensar con más libertad. Nos dedicamos durante 20 o 30 años a tomarle el pulso a Suharto como representante de 200 millones de indonesios. Será difícil cambiar de actitud", dijo Pat Walsh, del Consejo Australiano para la Ayuda de Ultramar (ACFOA).

ACFOA declaró en agosto que "el gobierno de Australia debería aprovechar la oportunidad de contribuir a la creación de un régimen respetuoso de los derechos humanos y un nuevo sistema democrático en Indonesia".

"Apoyar a Indonesia durante la crisis no es precisamente el rol del gobierno australiano. La transición de un sistema autoritario y unidimensional a uno democrático es una oportunidad sin precedentes para que la sociedad civil australiana ayude con espíritu solidario y amistoso", agregó.

Van Klinken dijo que los grupos australianos pueden ayudar a "crear una prensa libre, establecer observadores electorales, e iniciar un diálogo comprensivo entre australianos e indonesios".

Entre Australia e Indonesia existen intensos vínculos personales.

Australia sigue siendo uno de los destinos preferidos de los estudiantes indonesios en el exterior. En el estado de Victoria, en el sur australiano, 132 escuelas primarias enseñan ahora el indonesia, que ocupa el segundo lugar entre los idiomas extranjeros después del italiano.

ACFOA nuclea ahora a 25 organizaciones no gubernamentales de desarrollo y derechos humanos asociadas a su programa con Indonesia, trabajando en el área de ayuda alimentaria para entrenar.

"Antes se rechazaba significativamente cualquier intento de trabajo legal en Indonesia, a menos que estuviera vinculado con fines puramente comerciales", sostuvo Lisa Ting, del Foro Australiano-Indonesio de Desarrollo Legal.

"Si bien eso está cambiando, la tarea es pesada. Se necesita ayuda para fortalecer instituciones legales tiranizadas durante años, y ayudar al pueblo indonesio a recuperar el respeto por el sistema judicial", agregó Ting.

Pero también es peligroso que Indonesia se convierta en la próxima prioridad de las organizaciones, con un grado de preocupación que no se veía en Asia desde la mediación de las Naciones Unidas en Camboya, a comienzos de esta década.

"La mentalidad de los indonesios sufrirá un retroceso si se sientan a esperar que la ayuda venga de otro, sin desafiar los viejos paradigmas", dijo Van Klinken. (FIN/IPS/awn/js/ceb/mj/ip hd/98

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