Los vendedores callejeros de India formaron una alianza nacional para presionar al gobierno y conseguir leyes que protejan sus derechos.
Este tipo de vendedores, muchos de ellos mujeres, se encuentran en todas partes en este país. Trabajan incansablemente para ganarse la vida con sus pequeñas tiendas en las aceras, pero para las autoridades son invisibles.
Los censos oficiales ignoran a los vendedores callejeros, aunque probablemente sean millones en este país de casi 1.000 millones de habitantes. Venden prácticamente todo lo que se puede comercializar, desde verduras frescas hasta pantalones vaqueros, todo apilado junto a las calles.
En muchas ciudades se organizaron en pequeños grupos para protegerse del constante acoso policial y de los desalojos, ya que la venta callejera es un delito. Los vendedores deben sobornar a las autoridades para mantener sus negocios.
"Existen millones de vendedores callejeros, explotados por distintos sectores de la sociedad, a pesar de sus largas horas de trabajo agotador", aseguró Ela Bhatt, fundadora de la Asociación de Mujeres Trabajadoras Independientes (SEWA) y legisladora de la cámara alta del Parlamento.
SEWA, con sede en la ciudad de Ahmedabad, logró el reconocimiento internacional por su trabajo que comenzó con las mujeres del occidental estado de Gujarat. Ahmedabad es la capital del estado.
En 1988, Bhatt presentó un proyecto de ley a la cámara baja para aprobar una política nacional para los vendedores callejeros, pero no logró el apoyo de los partidos políticos.
SEWA organizó en Ahmedabad un taller de vendedores callejeros y sus respectivas organizaciones de 14 ciudades, incluso de Patna, Thiruvanthapuram, Indore, Bhavnagar, Chennai (antes Madrás), Calcuta, Hyderabad, Delhi y Bombay.
El resultado fue la creación de la Alianza Nacional de Vendedores Callejeros con representantes de sindicatos y organizaciones no gubernamentales (ONG) que presionarán al gobierno para que adopte una "política nacional" para el sector.
La Alianza tiene una larga lista de pedidos, como la adopción de leyes para proteger el medio de vida de los vendedores, incluso la asignación de tierras en los mapas municipales para que puedan vender sus productos.
En 1995, Bhatt llevó la campaña de SEWA a un foro internacional, al encuentro de vendedores callejeros de 11 grandes ciudades que se realizó en Bellagio, Italia.
La reunión formuló una declaración internacional que solicitó una política y espacio para los vendedores callejeros, y exhortó a los gobiernos a crear mecanismos adecuados con representación de los trabajadores, las ONG, las autoridades locales, la policía y otros.
No es fácil vender en la calle. Los vendedores padecen incontables formas de humillación y amenazas. Se los considera delincuentes, invasores del espacio público, y un obstáculo para la ley y el orden.
Una y otra vez, los activistas consiguen órdenes de suspensión de las cortes por la supuesta violación de los derechos básicos de los vendedores, garantizados en los artículos 14 y 19 de la Constitución, pero las autoridades municipales y policiales las ignoran.
Gautam Sen, quien desde hace una década trabaja con vendedores callejeros en Calcuta, dijo en el taller de Ahmedabad que más de 100.000 vendedores fueron expulsados con aplanadoras por el gobierno de Bengala Occidental, dirigido por el Partido Comunista, en noviembre de 1996.
"Aun luego de dos años, la mayoría de los vendedores callejeros expulsados no fueron rehabilitados y no se les brindó un lugar alternativo. Más de 1.500 fueron obligados a trasladarse a puestos alejados de los grandes mercados, sin instalaciones básicas", agregó.
El trabajo en las tiendas callejeras atrae a todo tipo de gente. Entre ellos se encuentran las personas que migran a las grandes ciudades de zonas rurales pobres.
En Bihar, según una ONG que formó sindicatos de vendedores callejeros en la ciudad capital de Patna, algunos son vendedores ambulantes, que viajan de lugar en lugar para poder vender.
El número de personas que trabajan en el sector informal de la economía de la ciudad de Indore, en el estado de Madhya Pradesh, se multiplicó en los últimos años debido al cierre de las fábricas textiles, aseguró Gaura Teethar.
"Hay más de 20.000 vendedores callejeros (en Indore). Muchos hombres comenzaron a manejar coches de alquiler a tracción humana, mientras las mujeres ayudan a la familia mediante la venta en las calles", explicó.
Varios estudios mostraron que las políticas de liberalización de los mercados de esta década provocaron el despido de numerosos trabajadores lo que obligó a mujeres y niños a trabajar en el sector informal.
La Alianza Nacional de Vendedores Callejeros trabajará para que los gobiernos estatales conduzcan censos de los vendedores. También instará al gobierno central a crear un fondo especial con aportes de los propios trabajadores para ayudarlos en tiempos de necesidad. (FIN/IPS/tra-en/ms/an/aq/pr/98