El Fondo Monetario Internacional (FMI) aspira a mejorar en 1999 su imagen ante el público, la cual es tan mala hoy que hasta los ladrones invocan su nombre para cometer sus delitos.
En junio, tres personas entraron a un restaurante en Bangkok, la capital de Tailandia, donde la entidad financiera promueve un duro programa de austeridad, y exclamaron: "Esta es la era del FMI. Dennos el dinero y se lo devolveremos más adelante."
Los clientes rompieron en carcajadas, a tal punto que uno de los ladrones debió disparar al techo para demostrarles que no se trataba de ningún chiste.
El FMI contrató a dos firmas de relaciones públicas, con experiencia en compañías petroleras denunciadas por daños al ambiente y violaciones de derechos humanos. Una de ellas, incluso, colaboró con la gestación de la alianza que combatió contra Iraq en 1991.
"Deseamos reforzar la comprensión pública de la misión del FMI, y con ese fin procuramos el asesoramiento de especialistas externos que nos digan qué más podríamos hacer para explicarnos mejor", afirma Shailendra Anjaria, directora de Relaciones Externas.
El personal de la institución se queja a menudo de que su trabajo se enfrentó a un escrutinio sin precedentes, que no excluyó vilipendios, desde julio de 1997, cuando el colapso del baht, la moneda tailandesa, disparó una crisis financiera que ahora amenaza con derivar en una recesión mundial.
El nombre del FMI se asocia con privaciones, y algunas veces con depravación, en cada vez más países en los que promueve sus programas de austeridad.
Esa preocupación explica la contratación de Edelman Public Relations Worldwide y de los investigadores de mercado Wirthlin Worldwide.
La meta de ambas compañías es dedicar los seis próximos meses a analizar la opinión mundial del FMI y realizar una serie de entrevistas en profundidad con 400 individuos clave en 18 países, antes de recomendar la forma de ubicar a la institución en una posición más favorable a los ojos del público.
El FMI tiene 87 empleados asignados a funciones de "información y enlace" y tiene un presupuesto de relaciones exteriores de 24 millones de dólares, de acuerdo con el último informe anual de la institución.
Las autoridades del FMI suelen presionar a los países a los que brindan fondos para que manejen sus finanzas con más transparencia. Sin embargo, no dijeron cuánto costará el proyecto Edelman-Wirthlin.
Fuentes del FMI afirmaron que esto se debe a que respetan las normas de la confidencialidad profesional. Por su parte, fuentes de la compañía informaron a los periodistas que el FMI les pidió que no hablaran al respecto.
"Probablemente gasten entre 100.000 dólares y un millón", afirmó John Stauber, editor de la revista quincenal PR Watch. Kevin McCauley, analista de la editorial O'Dwyer's, estima el precio en unos 200.000 a 500.000 dólares.
Esas estimaciones no cubren gastos de publicidad o la eventual creación de organizaciones privadas para ejercer presión, tácticas habituales en el sector de las relaciones públicas, explicó Stauber.
Entre otros ejemplos figura Ciudadanos por un Kuwait Libre, una organización creada para ayudar a respaldar a Estados Unidos mientras conducía la coalición de países contra Iraq en la guerra del Golfo.
Wirthlin Worldwide impulsó una investigación de mercado y asesoró al embajador de Kuwait en Estados Unidos sobre cómo ganarse el apoyo del público y mostrarse como una persona digna de confianza en sus apariciones en la televisión estadounidense, según Stauber.
Entre los clientes más prominentes de Wirthlin Worldwide figuran el Comité Nacional Republicano, el corazón organizativo del Partido Republicano estadounidense.
Los diputados republicanos se encuentran entre los más duros opositores al FMI. Wirthlin Worldwide "quizás ayude a la institución brindándole un poco de acceso, influencia y puntos de vista sobre cómo manejar los ataques del ala derecha", afirma Stauber.
Edelman Public Relations Worldwide, que fue fundada en 1952 y posee 60 filiales en todo el mundo, se considera líder mundial en "manejo de la reputación".
Este concepto es definido por la propia compañía como "la orquestación de iniciativas de comunicación discretas, diseñadas para promover y proteger uno de los activos más importantes de la compañía, su reputación como tal, y para ayudar a dar forma a una imagen efectiva de la misma".
Uno de los principales ejecutivos de Edelman Public Relations Worldwide es Michael Deaver, ex asesor de medios del presidente Ronald Reagan.
La compañía asesoró a Exxon Corporation, cuya imagen cayó por derrames de petróleo, y a Unocal Corporation, cuestionada por sus acuerdos comerciales con la dictadura militar en Birmania, recordó McCauley.
Otros clientes son British American Tobacco y organismos de gobierno de Chile, Colombia, India y Portugal.
Las autoridades del FMI esperan que las compañías de relaciones públicas lo ayuden a minimizar las críticas por la forma en que manejó la crisis de Asia, en la cual la contracción económica revirtió décadas de avances sociales.
Lo mismo sucede respecto de Rusia, cuyo gobierno fue omiso en pagar servicios de deuda externa apenas semanas después de que el FMI le entregara de 22.000 millones de dólares que recogió no sin dificultades de sus arcas y de numerosos países contribuyentes.
Otro caso es el de Brasil, donde un acuerdo entre el FMI y la administración de Fernando Henrique Cardoso que involucra un préstamo de 41.500 millones de dólares se encuentra envuelto en medio de disputas en la coalición de gobierno.
El FMI también fue criticado por ser "más hermético" que la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), según el economista de Jeffrey Sachs. Y Edelman Public Relations Worldwide podría resultar útil al respecto.
En efecto, Edelman Public Relations Worldwide prestó asistencia a la CIA en 1995, cuando la agencia se vio envuelta en escándalos con informantes soviéticos, por discriminación sexual y por violaciones de derechos humanos.
"Dénle la información a la gente antes de que se la saquen a golpes", fue el consejo del vicepresidente de la empresa asesora a la CIA, Leslie Dach, según la revista Time.
Pero las críticas no sólo proceden de grandes organizaciones y otros enemigos ya conocidos, sino también de prominentes economistas, incluyendo al vicepresidente del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, institución hermana del FMI.
Stiglitz calificó las últimas recetas del FMI para lograr presupuestos equilibrados como producto de "una mala psicología y peor economía".
Las hostilidades en el Congreso legislativo estadounidense sumergieron al FMI en una campaña de un año de duración por obtener 18.000 millones de dólares en nuevos fondos estadounidenses. El dinero fue aprobado con la condición de que la institución revelara el actual estado de sus finanzas.
La institución aceptó esa condición, con lo que se expuso a nuevas críticas por haber exagerado sus necesidades.
Esos recelos podrían hacer mella en las gestiones para obtener fondos en 1999, cuando se le pida al Congreso estadounidense que liquide los 75 millones de dólares atrasados al servicio de préstamo de facilidades ampliadas para ajuste estructural.
El FMI utiliza esta ventana para ofrecer préstamos blandos para que sus miembros más pobres puedan seguir pagando los servicios de deuda externa al mismo tiempo que implementan las prescripciones de la institución para reestructura económica. (FIN/IPS/tra- en/aa/mv/98