ECUADOR: A las puertas de la era espacial

Una empresa estadounidense se propone construir en Ecuador una plataforma de lanzamiento de naves espaciales, que se emplearían en vuelos comerciales.

Mach 25 Technologies, de Silver Spring, Maryland, considera que Ecuador es el país ideal de América Latina para el proyecto de turismo espacial, por su ubicación geográfica y su altitud, y su propuesta está a estudio del gobierno de Jamil Mahuad.

La estación podría construirse en las laderas del volcán Cotopaxi, que se eleva hasta 6.000 metros sobre el nivel del mar, aunque la decisión dependerá de estudios ambientales y de factibilidad a realizarse.

El Cotopaxi, segunda montaña de Ecuador por su altura, está situado en las cercanías de Quito y allí se encuentra la estación de rastreo de satélites Minitrack, instalada por la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y el espacio, de Estados Unidos) y entregada al Estado ecuatoriano.

La plataforma proyectada se utilizaría para el lanzamiento, mantenimiento y reabastecimiento de satélites y estaciones espaciales, así como para enviar naves a la luna y más allá, e incluso para viajes turísticos al espacio.

Se prevé que la industria espacial será la de mayor desarrollo en el mundo en los próximos 20 años. Varias empresas privadas de Estados Unidos construyen vehículos espaciales por encargo de la NASA y por iniciativa propia, con fines comerciales y de investigación.

Los lanzamientos desde una estación a gran altura y ubicada en las cercanías de la línea ecuatorial tendrían que vencer una menor resistencia en el despegue. Al mejorar el rendimiento de los motores, aumentaría la capacidad de carga de los vehículos, y el resultado general sería una considerable reducción de costos.

Según Estuardo Salazar, director económico de la Cámara de Comercio de Quito, la ejecución del proyecto de Mach 25 Technologies otorgaría a Ecuador importantes beneficios económicos y científicos.

La Cámara de Comercio exhortó al gobierno a no perder una oportunidad de la que se aguardan importantes inversiones.

No sólo se crearían empleos en la fase de construcción de la estación y de sus instalaciones administrativas anexas, sino que además, se utilizarían de modo permanente servicios locales de mantenimiento, suministro de materiales y combustible, y hangares, comunicaciones, transporte y otros rubros, observó Salazar.

A todo eso se sumarían los ingresos del turismo, ya que Estados Unidos, Europa y Japón presentan un fuerte mercado potencial para los viajes al espacio, aseguró Salazar. Solamente en Japón se calcula que habría una demanda de un millón de pasajes por año.

El empresario también destacó que aumentaría la recaudación de impuestos nacionales y municipales, y "la transferencia de tecnología y la capacitación de personal ecuatoriano en la industria espacial" que determinaría el proyecto.

Mach 25 indentificó a Indonesia y Kenia como otros posibles países de emplazamiento de la plataforma espacial. Están lejos de Estados Unidos, aunque serían más convenientes que Ecuador para los usuarios europeos y asiáticos.

La estación también podría ser ubicada en Australia, Brasil, las regiones estadounidenses de California y Florida, o en Guayana Francesa. Pero la empresa afirma que las condiciones óptimas se dan en Ecuador.

Varias compañías estadounidenses que participaron en los proyectos Gemini y Apolo de la NASA están fabricando vehículos espaciales que podrían ser usados hasta en cien vuelos.

Dos de esas empresas, Rotary Rockets y Kistler Aerospace, han mantenido contactos con Michael Heney, representante de Mach 25 Technologies, y están interesadas en trabajar en Ecuador.

Kistler planea iniciar un servicio de vuelos espaciales comerciales el año próximo desde dos bases de lanzamiento, la primera a unos 100 kilómetros de la ciudad de Las Vegas, en Estados Unidos, y otra en Woomera, en el sur de Australia.

Los primeros contactos de Heney con el gobierno ecuatoriano en relación con esta iniciativa se produjeron en 1996. Este año, un representante de Mach 25 realizó varias exposiciones sobre el proyecto en Quito, ante altos funcionarios de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa.

Si el gobierno ecuatoriano aceptara la propuesta, los pasos siguientes serían la contratación de un estudio de factibilidad, que tendría financiación del Banco Mundial o del Banco Interamericano de Desarrollo, y la conformación de un grupo promotor integrado por instituciones públicas y privadas.

La compañia estadounidense se haría cargo de la ejecución y el financiamiento del proyecto. (FIN/IPS/gm/mp-ff/tr sc/98

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