La globalización de la justicia y la democracia y la equidad de géneros serán conquistas del siglo XXI, predijo hoy en la capital de Ecuador una funcionaria de la ONU al cumplirse 50 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) para América Latina y el Caribe, Liliana de Pauli, recordó que las mujeres sufren "violencia cotidiana en la casa y también en el trabajo, en los establecimientos educativos, en la calle, en tiempos de paz y en tiempos de guerra".
Estas violaciones de los derechos humanos de las mujeres "quedan por lo general en la impunidad" y "es allí donde hace falta la justicia", declaró De Pauli, frente a funcionarios de 20 países del mundo reunidos en Quito, en un seminario que conmemoró el 50 aniversario de la Declaración Universal.
La funcionaria informó que más de la mitad de las mujeres latinoamericanas han recibido agresiones en el hogar. Tres de cada diez fueron víctimas de abusos sexuales entre los 16 y los 49 años, y 45 por ciento recibieron amenazas, insultos y la destrucción de sus bienes.
El seminario "Derechos Humanos de las Mujeres y el Sistema Judicial y Policial" da término a la primera fase de la campaña de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) por los derechos humanos de las mujeres y las niñas, coordinada por la oficina andina de UNIFEM, radicada en Quito.
El seminario en Quito reunió a ministros, funcionarios judiciales, jueces y policías de Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, Gran Bretaña, Haití, Holanda, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
En Ecuador, 98 por ciento de los casos de violencia sexual y marital quedan en la impunidad, por lo que es imperativo un avance de los procedimientos jurídicos y policiales, explicó la ex ministra de Trabajo y coordinadora del Centro de Estudios e Investigación de la Mujer Ecuatoriana (CEIME), Guadalupe León.
"El desafío es relacionar las corrientes actuales de derechos humanos con las políticas de administración de justicia y sistemas normativos vigentes, para avanzar hacia la erradicación de la impunidad jurídica", dijo León.
La experta añadió que la erradicación de la violencia sexual y marital no se ha logrado ni siquiera en países con un alto índice de desarrollo humano.
La baja de la autoestima de las niñas y mujeres víctimas de esta situación les impide convertirse en personas sanas y útiles a ellas mismas y a su entorno familiar y social, recalcó León, quien recordó que la Organización Mundial de la Salud considera este problema como asunto de salud pública.
León dijo que la distribución de roles femenino y masculino en las relaciones sociales se ha reflejado en desigualdades dentro de los aparatos estatales, las leyes y las hegemonías sociales.
Tales desigualdades se expresan "en la segregación política, en la discriminación social, en la exclusión de la tenencia de los medios de producción, y en la violencia social y marital".
La experta añadió que "las más graves aberraciones del poder y el dominio son las expresiones del uso y abuso que los hombres han hecho de las mujeres, mediante la violencia sexual y marital".
Resta mucho camino por recorrer para que la mujer tenga una real igualdad de oportunidades dentro de este ámbito, y que sea el sistema, y no ella misma, el que garantice esta igualdad, según León.
Si bien el siglo XX no ha podido transformar las relaciones de género en relaciones de equidad, pese al avance experimentado en derechos humanos, a las puertas del próximo siglo el cambio está sobre la mesa y es un desafío para todas las sociedades.
En el ámbito público, la equidad, el acceso al poder político y la tenencia de los medios de producción, y en el privado, el ordenamiento de los roles frente a la crianza de los hijos y la pertenencia y legitimidad en el hacer cotidiano siguen siendo un camino cuesta arriba, agregó. (FIN/IPS/gm/mj/hd/98