Cuba recuperó la Navidad como fiesta oficial, pero el acontecimiento sólo confirmó a muchas familias la precariedad de su situación económica.
El salario medio aumentó este año de 214 a 217 pesos mensuales (igual a dólares, en el cambio oficial), según el gobierno. Pero con sólo esa suma, no todos pudieron revivir los dos elementos de la tradición: la cena de nochebuena y el intercambio de regalos.
"Hice una media cena, la plata no me alcanzó para más", comentó Manuel Valdés, un ingeniero en electrónica que completa su salario reparando equipos electromésticos a amigos y conocidos.
El menú de nochebuena incluye cerdo asado, frijoles, arroz, yuca condimentada con ajo y naranja agria y ensaladas, y su costo es cercano a los 200 pesos, para cuatro personas.
Si se quiere añadir el turrón, que sólo puede pagarse con dólares en la red de tiendas del Estado recaudadoras de divisas, la suma total asciende a 250 o 260 pesos.
"Ahora veré cómo celebro el año nuevo, porque las cuentas no me cuadran", dijo Valdés, de 35 años, casado, dos hijos y un padre al que debe ayudar económicamente porque "su jubilación no le alcanza".
"Pero no me quejo, muchos vecinos míos debieron conformarse con lo que 'dan en la bodega", concluyó, en referencia a la distribución por cartilla de racionamiento que realiza el Estado, a precios subsidiados.
En el edificio de apartamentos de Valdés hubo sin embargo quien no escatimó gastos para la celebración, gracias a la generosidad de familiares residentes en Estados Unidos u otros países.
Las remesas familiares, estimadas en 1997 en unos 800 millones de dólares, permitieron a muchas personas mejorar su nivel de vida en los últimos años, marcando una clara desigualdad con quienes no pueden obtener divisas fuertes.
El Estado, en tanto, mantiene para unos y otros el subsidio alimenticio por venta racionada, así como el carácter gratuito de los servicios de salud y educación, considerados los dos logros más importantes de una revolución socialista próxima a cumplir 40 años.
Entre 60 y 65 por ciento de los 11 millones de habitantes de Cuba son pobres, según estudios académicos. "Hay pobreza, pero no miseria", aclaró el economista Pedro Monreal, del Centro de Investigaciones de Economía Internacional, de La Habana.
Los mensajes navideños de la Iglesia Católica no hicieron referencias a los problemas acarreados por la crisis económica de los años 90, aunque insistieron en llamados a no dar un sentido "comercial" a la fiesta.
El cardenal arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, observó el viernes, en alocución radial, que la Navidad "no es un disfrute falso, como aquellos que sólo sirven para pasar un buen rato"
La Navidad cristiana "es una alegría del corazón que compromete en el bien lo mejor de nosotros mismos", dijo Ortega, quien elogió la decisión del gobierno de restablecer definitivamente el carácter festivo de la fecha.
En su mensaje, trasmitido a todo el país por Radio Musical Nacional, dijo rezar "por los gobernantes" y "por las familias separadas, por quienes sufren prisión, por quienes están necesitados de amor o de reconciliación".
Así mismo, alertó sobre el peligro de que la celebración quede atrapada en lo superficial y por un "Santa Claus importado", una preocupación con la que coincidió la prensa oficial.
El diario Trabajadores, órgano de la Central de Trabajadores de Cuba, criticó por ajena a la cultura nacional, la presencia de Papa Noel y de leyendas navideñas en inglés en ciertos centros comerciales.
El periódico acusó a esas tiendas de seguir "los vivaces y luminosos arreos de la colonización mental, como si no existiera modo hermoso y cubano de celebrar".
El gobierno oficializó este año el feriado navideño, que permanecía suspendido desde 1969. La Navidad también fue festiva en 1997, pero sólo de manera excepcional y como gesto especial hacia el papa Juan Pablo II, quien visitó Cuba en enero. (FIN/IPS/pg/ff/cr/98
