La cooperación con Cuba del sistema de las Naciones Unidas (ONU) en las dos últimas décadas alcanza a 301,5 millones de dólares en 1.301 proyectos, según un estudio del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).
"En los últimos 20 años la cooperación de las agencias de la ONU con Cuba ha jugado un papel destacado en el desarrollo económico del país, brindando un aporte financiero significativo que totalizó 301,5 millones de dólares", señala el estudio.
Entre los sectores más favorecidos figuran el agropecuario, alimentación, salud, planificación familiar y salud reproductiva, industria farmacéutica y biotecnológica, y educación.
El informe, titulado "Veinte años de cooperación de las Naciones Unidas con Cuba", fue elaborado por el CIEM a solicitud del sistema de la ONU, con la colaboración de todos sus fondos, programas y agencias, y lo publicó este mes la Oficina del Coordinador Residente de la ONU en La Habana.
El documentode incluye las tendencias generales de la cooperación con Cuba, así como las especificidades en el caso de cada agencia, fondo y programa.
Cerca del 82 por ciento del monto total lo concentran el Programa Mundial de Alimentos (PMA), 56,4 por ciento, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 17,9 por ciento, y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), 7,5 por ciento.
Le siguen el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), cuatro por ciento, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), 3,7 por ciento, y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 3,2 por ciento.
En conjunto, estas agencias del sistema de la ONU totalizan 280 millones de dólares en ayuda.
El informe del CIEM subraya que, en términos generales, la cooperación se ha concentrado en las áreas de desarrollo consideradas prioritarias por el gobierno cubano.
La colaboración en el campo económico se refleja en el apoyo al sector alimenticio y en su contribución al desarrollo de sectores estratégicos de punta, como la industria médico-farmacéutica y biotecnologica.
Además, se centra en el mantenimiento de la ayuda a sectores tradicionales, como la industria azucarera, en la sustitución de importaciones y la incorporación de tecnologías de bajo costo.
"En la esfera social se han apoyado los esfuerzos de las autoridades nacionales para que en tan difíciles condiciones no se reviertan los logros alcanzados fundamentalmente en la educación y la salud", señala.
También se han desarrollado programas específicos para la atención a sectores vulnerables de la población o afectados por situaciones de desastre.
El estudio indica que "en un proceso de evaluación de impacto se hace prácticamente imposible deslindar en términos 'puros' qué parte de los logros obtenidos son resultado directo de la cooperación brindada por la ONU y cual responde a los recursos y esfuerzos aportados por las autoridades nacionales".
No obstante, subraya que "tras los éxitos logrados -y mantenidos aún hoy en condiciones de fuertes restricciones económicas y financieras-", en sectores como salud, educación, industria médico-farmaceútica y biotecnología, se encuentra la ayuda del sistema de la ONU.
Ariel Francais, coordinador residente de la ONU en Cuba, aclaró que el documento, "se concentra principalmente en las actividades y programas de las agencias, fondos y programas del sistema con presencia física en Cuba".
Unesco es la pionera en las relaciones de cooperación con Cuba, que desde hace 45 años apoya al desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura en la isla. Entre 1975 y 1995, auspició 562 proyectos, con 11,3 millones de dólares.
La cooperación de Unicef, que se centra en las áreas de salud materno-infantil, agua potable y saneamiento, se inició en los primeros años de la Revolución, cuando apoyó los primeros planes de vacunación infantil. El primer acuerdo se firmó el 11 de febrero de 1960 y en julio de 1992 abrió su oficina en La Habana.
La cooperación del PNUD también comenzó en los años 60, aunque su actividad no se vio comprendida en programas nacionales hasta principios de la década del 70, y ha mantenido un flujo constante de recursos, con asignaciones promedio de algo más de 11 millones de dólares quinquenales, distribuidos en 150 proyectos.
El PNUD ha puesto énfasis especial en el apoyo a la investigación y el desarrollo tecnológico aplicado a la producción de bienes y servicios.
El FNUAP, en tanto, otorgó, entre 1975 y 1995, financiamiento superior a 17 millones de dólares. Según el informe, esta ayuda se comportó de forma discreta, pero estable, reflejando un incremento en el período 1990-1996, cuando alcanzó 6,9 millones de dólares.
La actividad del FNUAP alcanza tres áreas fundamentales de trabajo: salud reproductiva, política de población y educación poblacional. A raíz de la crisis económica incluyó aportes valiosos en anticonceptivos y material médico no recuperable.
El mayor mayor aporte financiero dentro del sistema de la ONU le correspondió al PMA, que aportó 170,1 millones de dólares en los últimos 20 años. Con esta ayuda se realizaron seis operaciones de emergencia entre 1982 y 1993, y se suministró ayuda humanitaria directa a grupos vulnerables de la población.
La cooperación de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) también se remonta al período anterior al triunfo de la Revolución, aunque a partir de 1959 se hizo más efectiva.
En 1968, estableció su representación en Cuba y en 1976 comenzó la asistencia técnica a partir de tres fuentes de financiamiento: el PNUD, el Programa de Cooperación Técnica de la FAO y los Fondos Fiduciarios (programas cooperativos de gobiernos).
En cuanto a la OPS y la OMS, la cooperación de más de 20 años muestra una tendencia creciente, con un volumen bienal promedio de 1,6 millones de dólares hasta 1987 y de 2,7 millones entre 1988 y 1995. En el bienio 1994-1995 se logró por primera vez un nivel de colaboración superior a los tres millones de dólares. (FIN/IPS/pg/ag/dv/98