El presidente de Cuba, Fidel Castro, pronosticó hoy que los problemas del mundo se resolverán mediante "batallas de ideas" y consideró a su país suficientemente preparado para confrontaciones en ese terreno.
Al finalizar esta madrugada el VII congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Castro, de 72 años, descartó que la revolución que encabeza haya envejecido y pueda ser derrotada algún día.
El encuentro de esa organización considerada "cantera" del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) sesionó desde el martes a puertas cerradas en el capitalino Palacio de Convenciones y con la presencia permanente del mandatario cubano.
En su discurso de alrededor de dos horas y media, Castro consideró que una de las cosas mas extraordinarias de esta revolución es su estrecha vinculación, "casi de hermanos siameses", con la juventud y los estudiantes.
"Vayan a buscarla en algún otro país del mundo, en un grado tan alto como el que existió, existe y existirá siempre en este proceso que tiene que llamarse revolución", subrayó.
En la reunión participaron 1.491 delegados elegidos de entre casi medio millón de jóvenes que integran la UJC, todos nacidos después del primero de enero de 1959, inicio del proceso encabezado por Castro.
Los debates se centraron, en términos generales, en el reto ideológico que significa para la organización mantener su liderazgo en la juventud cubana, que recibió el impacto tanto de la crisis en curso, que ya lleva ocho años, como de las reformas diseñadas para reactivar la economía.
En esta lucha ideológica, las municiones fundamentales son las ideas, y las organizaciones comunistas tienen el deber de pertrechar ideas a sus cuadros, para que ellos las transmitan a toda la juventud y a todo el pueblo, consideró Castro.
El mandatario expresó en más de una ocasión su confianza en las nuevas generaciones y la continuidad del proceso revolucionario.
En su opinión, los problemas del planeta no se resolverán mediante las guerras ni con revoluciones aisladas que en el orden internacional vigente pueden ser aplastadas en días o semanas.
Al respecto aclaró de manera enfática que la revolución cubana "jamás" podrá ser aplastada.
El pueblo cubano tomó la decisión de resistir, luchar, defender la revolución, la patria y las conquistas del socialismo, dijo Castro, recordando que efectuaba esas afrmaciones años después de desaparecida la Unión Soviética y frente al "imperio unipolar".
El presidente cubano manifestó su "confianza" en que la revolución que encabeza no desaparecerá, ni se derrumbará, porque está sólidamente sembrada sobre ideas que, agregó, se profundizan y desarrollan.
Después de reiterar que su país está preparado para la confrontación ideológica, Castro fustigó a Estados Unidos por tratar de influir sobre la revolución con medidas dirigidas a "corromper" el proceso vigente en la isla.
Para el gobernante cubano, en la medida que se globalice el mundo y el nuevo orden unipolar impuesto por Estados Unidos, las ideas, como "materias primas" para la formación de conciencia e ideología, serán tomadas por "millones de personas" en el planeta.
A su juicio, tales circunstancias constituyen la mejor alternativa para que los "objetivos de justicia y libertad defendidos por la revolución cubana" lleguen a triunfar en todo el mundo.
Fue la desaparición del campo socialista y el establecimiento de una sola potencia hegemónica que implantó de manera cruda y brutal sus leyes y objetivos económicos, lo que ha permitido ver con qué rapidez el mundo se encamina hacia una sociedad distinta, consideró más adelante, sostuvo.
Castro se manifestó esperanzado en que no se llegue a "una crisis catastrófica" de la economía mundial, que significaría mucho sufrimiento para millones de seres en el mundo.
Según estadísticas incluidas en el extenso informe que centró los debates, uno de cada seis cubanos de 15 a 29 años de edad, en una población superior a los 11 millones de habitantes, pertenecen a la UJC, creada el 4 de abril de 1962.
El propio documento admite que entre los principales desafíos de la organización en los próximos años figura el de ganar en influencia sobre más de un millón de jóvenes con los cuales no tiene relación directa, ya sea porque son trabajadores independientes o no trabajan ni estudian.
Del VII congreso surgió un nuevo comité nacional de la UJC, integrado por 120 jóvenes de todo el país, aunque el primer secretario de la organización, Otto Rivero, resultó reelecto. (FIN/IPS/pg/mj/ip/98