La comisión de seguimiento del diálogo entre el gobierno de Colombia y la guerrilla pidió hoy a las partes superar las diferencias generadas por la presencia de soldados en la llamada zona de distensión, que obstaculizan el inicio de las conversaciones.
Juan Uribe, miembro de la comisión en representación del gobernante Partido Conservador, indicó que en un proceso de "tanta trascendencia" es importante que las decisiones que tome el gobierno "sean para distensionar y no para tensionar las relaciones".
La Comisión de Acompañamiento, que fue creada por el gobierno, comenzará a operar cuando se inicie el proceso formal de diálogo, y tiene la función de velar por el cumplimiento de los acuerdos a los que lleguen las partes.
Integran esa comisión, además de Uribe, Juan Santos, del opositor Partido Liberal, el ex vicecanciller de Noruega Jan Egelan, y el delegado de la Organización de las Naciones Unidas James Lemoine, entre otros.
Al mantener 130 soldados en San Vicente del Caguán, uno de los cinco municipios de la zona de distensión en el sudeste colombiano, el gobierno faltó a su promesa de retirar a todos sus efectivos del área para comenzar el diálogo, según las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El máximo jefe de las FARC, Manuel Marulanda, dijo este domingo a un grupo de congresistas con los que se entrevistó en la selva del sudeste colombiano que "si el gobierno saca esta noche a los 130 soldados, mañana desayunaremos en la mesa de negociación".
Marulanda afirmó también que tras el retiro de los soldados propondrá al gobierno instalar dos mesas de negociación, una para la agenda del diálogo y otra para tratar el canje de cerca de 300 soldados que tiene prisioneros por unos 500 guerrilleros presos en varias cárceles del país.
El gobierno estaría considerando la posibilidad de retirar los 130 soldados, informó el diario El Espectador el sábado.
Pese a que la zona de distensión para el diálogo está operando oficialmente desde el 7 de noviembre, cuando el gobierno retiró de la zona 2.500 soldados, las FARC exigen el retiro total del Ejército para sentarse a dialogar.
Frente a los cuestionamientos insurgentes, el gobierno argumentó que estos 130 soldados están desarmados y cumplen funciones administrativas y logísticas en el Batallón Cazadores, que será su sede en los diálogos.
Según Luis Valencia, de la privada Universidad de los Andes, la presencia de los 130 soldados responde a resistencias entre integrantes de las Fuerzas Armadas para dejar totalmente bajo el control de las FARC el Batallón Cazadores, que ha sido bastión de la lucha contrainsurgente en la zona.
Valencia dijo a IPS que, si bien el comandante del Ejército Fernando Tapias manifestó en diferentes foros que sus hombres respaldan el proceso de paz, también señaló que si éste fracasa la institución castrense debe prepararse para un conflicto más intenso.
Uribe hizo este lunes un llamado a las partes para "bajarle presión al conflicto", disminuyendo los combates, e incrementar los esfuerzos por buscar una salida negociada.
Sin embargo, el fin de semana se registraron fuertes enfrentamientos entre el Ejército y las FARC, con al menos 16 muertos, la mayoría de ellos civiles.
El Ejército informó que los enfrentamientos en las localidades de Santo Domingo y Tame, en el oriental departamento de Arauca, se originaron cuando el batallón que opera en la zona descubrió una avioneta que al parecer esperaba un cargamento de droga.
Cuando los militares estaban en el operativo se encontraron con cerca de 200 guerrilleros que para eludir el cerco utilizaron a la población civil, según la versión oficial.
No obstante, una funcionaria de la Personería de Tame (vigilantes de la función pública), que pidió no ser identificada, afirmó que personas que llegaron heridas hasta el hospital de Arauca declararon que fueron objeto de un "bombardeo indiscriminado" por parte del Ejército.
Según la funcionaria, las personas dejaron sus viviendas y salieron al centro de la carretera para evitar ser baleados cuando uno de los helicópteros del Ejército dejó caer una bomba que fue la que produjo los muertos.
A su vez, el comandamnte del ejército a cargo del operativo, coronel Luis Barbosa, negó que sus hombres hayan disparado contra la población civil. (FIN/IPS/yf/mj/ip/98