Colombia y México, dos países base del narcotráfico en América Latina y los únicos de la región junto a Perú con presencia de guerrillas, se unieron para superar problemas y cuestionar la insistencia de Washington en juzgar su lucha contra las mafias.
Socios con Venezuela en el llamado Grupo de los Tres, un acuerdo comercial en vigencia desde 1995, ambos países reforzaron sus relaciones con la visita que realizó a México el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, la primera de un mandatario colombiano en los últimos ocho años.
Pastrana se reunió este martes, segundo y último día de su visita, con empresarios a los que propuso ampliar el Grupo de los Tres para dar lugar al resto de los países andinos (Bolivia, Ecuador y Perú) y los exhortó a aumentar su comercio con Colombia, donde, según aseguró, hoy se camina hacia la paz.
La visita del mandatario colombiano a México coincidió con la apertura formal en Estados Unidos del proceso de certificación antidrogas de 1999, que finalizará en marzo, cuando se publique la lista de buenas y malas calificaciones que Washington distribuye entre un grupo numeroso de naciones.
El proceso arrancó con la difusión de la lista de los 29 países que según Washington tienen los mayores problemas en materia de tráfico de drogas. Colombia, que ha sido ya descertificada, y México, que siempre recibió la aprobación aunque en forma apretada, son otra vez parte de la lista.
De la evaluación dependerá la cooperación y la asistencia financiera de Washington.
"Sabemos que ninguna nación, por poderosa que sea, está exenta de esta amenaza (el narcortráfico) y, al igual que usted, estamos convencidos de que debe ser combatida, (pero) no con recriminaciones, descalificaciones ni actos intimidatorios", dijo Zedillo al dar la bienvenida a Pastrana.
Para acabar con las mafias, los países deben "cumplir su propia tarea y procurar una estrategia global y equilibrada" y no acusar a terceros, añadió Zedillo, en clara alusión al proceso estadounidense de certificación.
Pastrana y Zedillo suscribieron un acuerdo de "información no judicilizada", cuyo objetivo es compartir datos sobre la presencia de narcotraficantes en Colombia y México.
El acuerdo, el enésimo sobre narcotráfico que firman los dos países en los últimos años, es fundamental para combatir con mayor eficacia a los traficantes, aseguraron miembros de las dos delegaciones,
México es el principal centro de tránsito de estupefacientes hacia Estados Unidos y el mayor de lavado de dinero del narcotráfico en América Latina, según Washington y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Colombia, en tanto, es considerado uno de los primeros productores de drogas en el mundo. Las mafias del país andino mantienen estrechos vínculos con las mexicanas, según surge de varias investigaciones.
Miembros de la delegación colombiana que visitó Mexico manifestaron que los problemas no se arreglan con la certificación o descertificación que decide Washington, sino con mayor colaboración.
Estados Unidos, por ser el mayor consumidor de drogas del mundo, no tiene autoridad para actuar como juez de las acciones de otros países, afirmó el mexicano Manuel Quijano, integrante de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU.
El gasto en drogas en Estados Unidos es de 57.000 millones de dólares por año, según informes de la Casa Blanca.
Autoridades antidrogas de Estados Unidos, Colombia y México se comprometieron en varias reuniones a crear un "triángulo contra el narcotráfico", pero las recriminaciones se imponen a las tentativas de estrechar la alianza contra la droga.
En materia del proceso de pacificación con las guerrillas, fenómeno que afecta a Colombia y México, las delegaciones que acompañaron a Pastrana y Zedillo insitieron en afirmar que su interés es evitar la guerra y continuar con las negociaciones.
En suelo colombiano operan tres organizaciones guerrilleras, y en México se cuentan el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Ejército Popular Revolucionario. La capacidad militar de los rebeldes mexicanos es limitada, pero los grupos colombianos demuestran frecuentemente su fuerza.
Pastrana ofreció en septiembre su ayuda para propiciar la pacificación de México, pero el gobierno de Zedillo optó por evitar cualquier participación extranjera. No obstante, el gobierno mexicano apoya directamente el proceso hacia la paz en Colombia. (FIN/IPS/dc/ff/ip/98