CHILE: Pinochet, un frustrado estadista que ahora busca ser mártir

El general Augusto Pinochet quiso sacudirse el estigma de dictador cultivando una imagen de estadista desde su sillón vitalicio en el Senado de Chile, pero ahora, arrestado en Londres, busca convertirse en mártir de una anacrónica cruzada mundial contra el socialismo marxista.

La derecha chilena destacó la ofrenda que hizo el general retirado de 83 años en su "testamento político", difundido este viernes, donde se declara dispuesto al sacrificio para que los chilenos puedan ser por fin, "en el amanecer del nuevo siglo", un pueblo "unido y reconciliado".

El ex dictador, sometido en Londres a un juicio de extradición a España, donde se le juzga por crímenes contra la humanidad, incluyó en su "testamento" frecuentes invocaciones divinas y se proclamó soldado de la guerra ideológica de la concepción cristiana-occidental contra el marxismo ateo.

El semanario Qué Pasa afirmó que el texto, presentado bajo la forma de una "carta a los chilenos", fue redactado y distribuído por un equipo en que participaron los líderes de la oposición derechista, ex ministros de la dictadura, la comandancia del Ejército, abogados y dos de los hijos de Pinochet.

El documento estaba terminado el día 8, pero se acordó difundirlo este viernes, para que coincidiera con la comparescencia del ex jefe militar en Londres ante el juez Graham Parkinson, quien lo notificó del proceso de extradición a España, que podría prolongarse, según expertos judiciales, entre seis meses y dos años.

Entre los redactores del texto estuvieron el último ministro del Interior de Pinochet, Carlos Cáceres, quien leyó el documento a la prensa el viernes, y los diputados Pablo Longueira y Alberto Espina, presidentes de los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (PRN), respectivamente.

Intervinieron igualmente, según Qué Pasa, los abogados de Pinochet que se coordinan con la defensa británica del ex dictador, el general Juan Carlos Salgado, del Comité Asesor del comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, y Lucía y Marco Antonio Pinochet.

De los antecedentes aportados por la revista se deduce que Longueira, Espina y Cáceres recomendaron, sobre la base de un primer borrador, poner más énfasis en el dolor y sacrificio de Pinochet, como igualmente acentuar "la herencia democrática y no sólo económica" de los 17 años de régimen militar (1973-90).

Pinochet tiene a su haber una extensa producción literaria, iniciada con algunos manuales de Geografía y Geopolítica en los años 50, que son las únicas obras que escribió propiamente de su puño y letra.

Los grandes volúmenes de memorias del período dictatorial publicados con la firma de Pinochet, fueron escritos por equipos de amanuenses y redactores, señaló el historiador Alfredo Jocelyn-Holt, autor de "El Chile Perplejo", un reciente ensayo sobre la transición política.

El "testamento político" de Pinochet adquiere así una impronta estilística heterogénea, propia de los textos colectivos, pero a la vez recoge objetivos políticos consensuados por sus propios redactores, acot ó el historiador.

En este sentido, el sacrificio que proclama Pinochet es una apuesta política, dirigida sobre todo a reactualizar la anacrónica pugna entre oriente y occidente de la Guerra Fría, en el marco de la "conjura socialista internacional" que provocó el arresto del ex dictador.

De ahí, los objetivos apuntan a las elecciones presidenciales de diciembre de 1999 y a los afanes de la derecha de frenar al socialista Ricardo Lagos, el precandidato favorito en las encuestas, atacado a diario por la UDI y el PRN como "gestor" del caso Pinochet.

Pinochet se presta al juego porque los redactores del "testamento político" apelan sutilmente a su vanidad y a su vocación mesiánica, elementos prototípicos de la personalidad del ex dictador.

Confrontado a una larga permanencia en Londres mientras se desarrolla el juicio de extradición, Pinochet quiere comparar su situación con el prolongado destierro que tuvo en Perú, desde 1823 hasta su muerte en 1842, el prócer de la independencia de Chile, Bernardo O'Higgins.

Jocelyn-Holt apuntó que esa comparación no corresponde, ya que O'Higgins abdicó voluntariamente del poder, lo cual estuvo lejos de hacer Pinochet, aunque señaló un punto de analogía: el prócer pudo volver de su destierro, pero quienes se declaraban sus seguidores lo impidieron.

Los sectores socialistas de la gobernante Concertación por la Democracia acusan a la derecha de sacrificar a Pinochet, y aceptar que el anciano general fallezca en Londres o Madrid, en aras de la defensa de la institucionalidad heredada de la dictadura.

La derecha se ha negado a facilitar acuerdos que permitan avanzar en la transición democrática y establecer fórmulas para solucionar los casos pendientes de violaciones de los derechos humanos, en especial para aclarar la suerte de unos 1.500 desaparecidos.

Otra clave para entender el "sacrificio" de Pinochet está en la obra "Chile Actual. Anatomía de un Mito", un ensayo del sociólogo Tomás Moulian sobre el proceso de transición publicado en junio de 1997, que fue el libro más vendido en el país el último año.

Con sentido profético, Moulian advirtió que el general se aprestaba a abandonar la comandancia en jefe del Ejército, que ejercía desde agosto de 1973, para asumir como senador vitalicio y, desde esa posición, dejar atrás su imagen de dictador sangriento para convertirse en un estadista.

El sociólogo caracterizó la transición chilena como un proceso de gatopardismo y travestismo político, con cambios para que todo siga igual y una operación de "blanqueo" de Pinochet, con su tránsito de tirano a patriarca.

El ex gobernante de facto llegó al Senado el 11 de marzo último con un menú de leyes a impulsar en beneficio de la educación y la juventud y en agosto negoció el término del feriado del 11 de septiembre, conmemoratorio del golpe de 1973, que él había instituído en 1974.

Pero toda esta operación de "blanqueo" se vino abajo en la medianoche del 16 de octubre, cuando los agentes de Scotland Yard irrumpieron en el centro médico London Clinic, donde convalescía de una operación a una hernia discal, para arrestarlo.

Pinochet volvió a ser el ex dictador responsable de crímenes contra la humanidad no sólo para la comunidad internacional, sino también para 63 por ciento de los chilenos, según mostró hace dos semanas una encuesta.

La condición de "mártir" parece ser la única que le queda a Pinochet, en una maniobra funcional para sus asesores, quienes en su "testamento político" lo indujeron a declararse inocente de los crímenes represivos por lo cuales se le acusa. (FIN/IPS/ggr/hd ip/98)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe