Noviembre fue el mejor mes de 1998 para la actividad bursátil en Chile, pese a las amenazas de inestabilidad política y económica desatadas por los partidarios del ex dictador Augusto Pinochet a raíz de su arresto en Londres.
Al cierre de las operaciones mensuales de la Bolsa de Comercio de Santiago, este lunes, el índice de precios selectivos de acciones (IPSA) acumuló un aumento de 13,1 por ciento, tras alzas de 5,66 en septiembre y 9,56 por ciento en octubre.
El principal centro bursátil del país no vio interrumpida su tendencia a la reactivación, iniciada en septiembre, por la crisis que se desató el 16 de de octubre, cuando Pinochet fue arrestado en Gran Bretaña por pedido de un juez español.
El ex dictador (1973-1990) y actual senador vitalicio perdió el 25 de noviembre en la Cámara de los Lores un recurso de hábeas corpus para que se le reconociera inmunidad, y ahora podría ser extraditado a España.
Políticos y empresarios de derecha, partidarios de Pinochet, sostienen que el posible juzgamiento y condena del ex dictador por parte del magistrado español Baltasar Garzón desestabilizará la democracia en Chile y afectará la marcha de la economía.
Pero los resultados bursátiles de los últimos tres meses muestran que las medidas financieras del Banco Central ante la crisis internacional, así como las condiciones económicas externas, han sido más sólidas que el "factor Pinochet".
Para noviembre se esperaba también un impacto bursátil de la crisis de energía eléctrica provocada por una prolongada sequía, ya que las empresas del sector están entre las de más gravitación en el IPSA.
El Banco Central impuso desde fines de 1997 una rígida política de ajuste basada en altas tasas de interés para contener las presiones cambiarias y financieras procedentes del sudeste asiático y luego de Japón.
La crisis, que adquirió caracteres internacionales con la caída de Rusia y los signos de inestabilidad en Brasil, llegó a su clímax en septiembre con impactos comerciales y cambiarios evidentes en Chile.
Los resultados económicos de ese mes señalaron un incremento de la ocupación informal y la tasa oficial de desempleo, de 6,8 por ciento, fue cuestionada por organismos universitarios que lo calcularon en torno a 10 por ciento.
La tasa de interés referencial para los pagarés a 90 días del Banco Central, que llegó a su máximo de 14 por ciento el 16 de septiembre, fue reducida por el instituto emisor a 12 por ciento el 13 de octubre.
Ante los temores recesivos que sugirieron las cifras del desempleo, el Banco Central procedió el 2 de noviembre a un nuevo aflojamiento del ajuste y bajó la tasa a 10 por ciento, para disminuirla otra vez hace una semana a 8,5 por ciento.
La recuperación bursátil de noviembre contrastó con la persistencia de otros signos negativos para la economía chilena, sobre todo en el comercio exterior, con bajas pronunciadas en las exportaciones.
El precio del cobre, producto que representa más de 40 por ciento de las ventas externas chilenas, tuvo su peor mes del año en noviembre, con una cotización promedio en la Bolsa de Metales de Londres de 71,3 centavos de dólar la libra.
No obstante estas complicaciones, la economía del país mantiene una solidez relativa en el contexto de América Latina y del escenario internacional, donde los países del Sur resienten los impactos de la crisis.
El ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, dijo que el producto interno bruto (PIB) del país crecerá este año 4,5 por ciento, porcentaje inferior a la meta original de 6,5, pero mayor al promedio de dos por ciento previsto para toda América Latina.
Para 1999, según Aninat, el PIB tendrá un crecimiento en torno a 3,8 por ciento, estimación que supera largamente los cálculos de analistas empresariales sobre un incremento en el próximo año inferior a tres por ciento. (FIN/IPS/ggr/mj/if ip/98