Más de 34.000 jóvenes de 170 países se darán cita desde este domingo en Chile bajo el lema "Juntos construyendo la paz", en el Jamboree Mundial de Scouts, que será inaugurado por el presidente Eduardo Frei.
La versión número 19 del Jamboree se prolongará hasta el 6 de enero y será el mayor encuentro mundial juvenil del fin del milenio, con la presencia de muchachas y muchachos de los cinco continentes y de las más variadas razas, culturas y religiones.
Esta es la primera oportunidad en que la cita mundial del scoutismo se lleva a cabo en un país de habla hispana, mientras que el primer Jamboree del nuevo milenio tendrá lugar en el año 2003 en el seudeste asiático, en Tailandia.
Los jóvenes trabajaron arduamente este sábado bajo un agobiante calor, para armar las carpas del gigantesco campamento levantado en Picarquín, una hacienda de 3.000 hectáreas a unos 65 kilómetros al sur de Santiago.
Esta capital y otras ciudades del país empezaron a acoger hace una semana a las delegaciones de los 170 países participantes, albergadas en estos días previos al Jamboree por familias o en escuelas, estadios y otros recintos comunitarios.
Los grupos de niñas y niños americanos, europeos, africanos o asiáticos con sus tradicionales pañolines y camisas grises o verde oliva dieron un ambiente diferente a la capital en estos días de las fiestas navideñas.
Los scouts participantes aprovecharon estos días previos para conocer diversos lugares de Chile, ya sea en las playas o parajes cordilleranos cercanos a Santiago, como en excursiones al desértico extremo norte o a los lagos del sur del país.
Uno de los viajes más aplaudidos fue el de un grupo de scouts mexicanos, que llegaron hasta Santiago en bicicletas, tras cruzar toda América Central, el canal de Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y las cinco regiones del norte de Chile.
Si bien la juventud es la nota predominante en el movimiento mundial de Scouts, el mayor de los participantes en este Jamboree es el scout esloveno Milo Melos, de nada menos que 88 años de edad.
En la delegación de Alemania, una de las más numerosas, con mil miembros, se incluye a Jack Schauer, quien recién cumplió los 13 años, edad límite para participar en el Jamboree, y es tal vez el protagonista más joven de este encuentro.
El Jamboree tiene un costo de 25 millones de dólares, de los cuales un tercio es aportado por el Estado chileno, mientras los fondos restantes proceden de la Federación Mundial Scout y las cuotas de inscripción de los participantes.
El monto de las cuotas fue determinado sobre la base del ingreso por habitante de los países, correspondiendo así pagos mayores a los scouts de las naciones más ricas. Los jóvenes chilenos pagaron, por ejemplo, poco más de 400 dólares.
La Operación Andes permitió financiar en 50 por ciento la llegada a Chile de unos 150 scouts de países con un producto por habitante de hasta 1.500 dólares, favoreciendo a naciones como Burkina Fasso y a ex repúlicas soviéticas de Eurasia.
Las actividades de esta cita mundial incluirán no sólo las práctica s habituales del scoutismo, sino también presentaciones de carácter artístico y cultural en los vastos espacios habilitados en Picarquín.
Indígenas mapuches de la novena región de la Araucanía montarán entre el lunes y miércoles una muestra de sus artesanías y artes nusicales y llevarán a cabo además un Rukán, que consiste en la construcción colectiva de su vivienda típica, la ruca.
Las actividades del Jamboree se organizarán a través de cinco módulos: la Aldea Mundial de Desarrollo, la Tierra que nos Acoge, un Día de Servicio, Torneo y, por último, Excursiones.
Las autoridades adoptaron todas las medidas sanitarias del caso para impedir posibles brotes de enfermedades, con especial cuidado en el control de ratones rurales que podrían transmitir el virus Hanta, reactivado en 1997 con el fenómeno de El Niño.
El área de 3.000 hectáreas de Picarquin contará igualmente con sistemas propios de vigilancia interna, conformados por los propios scouts que se desplazarán por el interior del recinto en bicicletas.
El campamento dispone igualmente de templos de campaña católicos, evangélicos, musulmanes, budistas, cristianos ortodoxos, judíos, anglicanos, hinduístas y mormones que oficiarán servicios para las nueve religiones representadas en esta cita.
La organización logística tuvo que brindar igualmente especial cuidado a la preparación de las comidas, con menús que incluirán desde platos tradicionales hasta gastronomía vegetariana, según las culturas y restricciones culinarias de los diversos países. (FIN/IPS/ggr/hd dv/98)