/BOLETIN-DD HH/ DERECHOS HUMANOS: No es hora de bajar los brazos

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, consideró que este año es "digno" del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Mientras, otros altos funcionarios del foro mundial, así como numerosos activistas, urgieron a no bajar los brazos al celebrar los éxitos obtenidos.

"Durante este año, en las calles de Asia, los poblados de Africa y las cortes de Europa, se ha hecho justicia y se ha ganado libertad. Este año ha sido, en verdad, digno del aniversario que conmemoramos y demostró a todos que los derechos humanos no pueden ser negados", dijo Annan el jueves.

Otros funcionarios de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) dijeron que los motivos para celebrar, como la aprobación en julio del estatuto del Tribunal Penal Internacional para juzgar a autores de crímenes contra la humanidad, no son un impedimento para recordar los desafíos que aún permanecen.

"Nuestra tarea ahora debe ser cerrar la brecha entre la retórica y la realidad", dijo la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson.

"Los antecedentes de la comunidad internacional en impedir graves violaciones de derechos humanos, para no hablar de su capacidad de respuesta cuando son violados, no nos dan ánimo. Otra vez ocurrieron matanzas y genocidio en Ruanda, Camboya, la antigua Yugoslavia y otras partes del planeta", agregó.

Robinson recordó también que la Declaración Universal, aprobada en 1948 por solo 48 países y con ocho abstenciones, incluye no solo derechos civiles y políticos, sino otros de naturaleza económica y social que con frecuencia son ignorados.

"Hablamos del derecho al desarrollo, pero ¿cuál es la situación actual? Veinte por ciento de la población del mundo posee 80 por ciento de la riqueza y consume 80 por ciento de los recursos", afirmó.

Annan otorgó el jueves los premios quinquenales de Derechos Humanos de las Naciones Unidas 1998, que recayeron sobre el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter y otros cuatro activistas.

Carter fue galardonado por su trabajo en el Centro Carter por los Derechos Humanos, con sede en Atlanta, por su defensa de las minorías religiosas de Europa oriental y su contribución al fin de la guerra civil de Liberia, entre otras campañas.

Otros premiados fueron José Gregori, director de la Secretaría Nacional de Derechos Humanos de Brasil, Anna Sabatova, fundadora del grupo checo Capítulo 77.

También figuraron entre los galardonados Angelina Acheng Atyam, una ugandesa que trabajó para liberar a niños y niñas secuestrados por el rebelde Ejército de Resistencia del Señor, y Sunila Abeyesekera, directora de la organización Inform, de Sri Lanka.

Entre los motivos de celebración que distintos funcionarios y activistas destacaron en el recinto de la ONU en Nueva York figuraron la decisión del ministro del Interior británico, Jack Straw, de autorizar el miércoles el juicio de extradición a España del ex dictador chileno Augusto Pinochet.

La organización Amnistía Internacional declaró que "los defensores de los derechos humanos de todo el mundo no podían haber deseado mejor reafirmación de los principios de la Declaración" cuyo cincuentenario se celebró este jueves.

Al mismo tiempo, el director ejecutivo de la organización Human Rights Watch, Kenneth Roth, exhortó a Estados Unidos a prestar respaldo público al proceso de extradición y juicio a Pinochet en España.

Roth, sostuvo que "Estados Unidos se considera líder en materia de derechos humanos, pero en algunos asuntos está muy rezagado".

El gobierno de Bill Clinton se ha mostrado reticente a entregar al juez español Baltasar Garzón documentos reservados que demostrarían la responsabilidad de Pinochet en los crímenes que se le imputan.

Roth también instó a Washington a respaldar la creación del Tribunal Penal Internacional y la Convención de Ottawa, que prohíbe el uso, fabricación, tráfico y almacenamiento de minas antipersonales.

Otra organización no gubernamental, el Comité de Abogados por los Derechos Humanos, aprovechó los festejos de este jueves para presionar por cambios de las leyes estadounidenses sobre asilo, cuya aplicación, afirmó, hace peligrar la vida de perseguidos por razones de conciencia en todo el mundo.

Amchock Thubten Gyamtso, un monje budista que obtuvo refugio en Estados Unidos cuando huyó de Tibet, exhortó a Washington a modificar la ley de 1996 que, entre otras medidas para restringir la inmigración, restringe los pedidos de asilo político.

"Hoy debería ser un día de vergüenza para muchos gobiernos", agregó Pierre Sane, director general de Amnistía Internacional.

"Al menos 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario, 117 gobiernos torturan a sus ciudadanos, al menos 55 gobiernos cometen asesinatos, por lo menos 87 gobiernos tienen prisioneros de conciencia", agregó Sane. (FIN/IPS/fah/mk/ceb- mj/mj/hd/98

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