/BOLETIN-DD HH/ CHILE: Pinochet se declara inocente en su "testamento político"

El ex dictador Augusto Pinochet difundió a traves de sus partidarios en Chile un esperado "testamento político", en el cual se declara inocente de los cargos por crímenes contra la humanidad por los cuales se tramita su extradición desde Gran Bretaña a España.

La "carta a los chilenos", enviada por Pinochet desde Londres, fue entregada por el comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, al presidente Eduardo Frei al comenzar la tercera reunión de emergencia en las últimas semanas del Consejo de Seguridad Nacional.

El texto del general retirado de 83 años y actual senador vitalicio fue leído a la prensa el viernes por el ex ministro de la dictadura Carlos Cáceres, e Izurieta entregó también copias al primado de la Iglesia católica en Chile, cardenal Francisco Javier Errázuriz, y al nuncio apostólico, monseñor Piero Biggio.

El ex dictador (1973-90) compareció el viernes en silla de ruedas ante el juez británico Graham Parkinson, para ser notificado del juicio de extradición, iniciándose así un proceso que, de acuerdo a fuentes judiciales, podría prolongarse desde seis meses hasta dos años.

El ex gobernante de facto, que convalece bajo arresto domiciliario en una lujosa residencia de una operación de una hernia discal, debe presentarse nuevamente ante el magistrado británico el 18 de enero de 1999.

La Fuerza Aérea de Chile ordenó el viernes el regreso de un avión-hospital que permanecía estacionado en un aeropuerto londinense desde mediados de noviembre, con lo cual se ratificó que Pinochet tendrá aún una larga permanencia en Gran Bretaña.

La actitud de Pinochet ante el juez, de declarar que desconoce competencia jurisdiccional a cualquier tribunal que no sea chileno "para juzgarme por los embustes de estos señores españoles", fue aplaudida en Santiago por sus seguidores, como "un gesto digno de un ex presidente y general".

En círculos de derechos humanos y de víctimas de la represión dictatorial, se indicó que era previsible esta conducta del ex dictador, la cual fue atribuida a su "soberbia" y a su constante negativa a aceptar las violaciones de derechos humanos cometidas en su régimen.

Esta impresión se vio reforzada con la lectura de su "testamento político" a cargo del ex ministro Cáceres, en la sede de la Fundación Pinochet, ante los partidarios del general y numerosos periodistas chilenos y corresponsales de prensa extranjera.

Pinochet calificó su arresto en Londres desde el 16 de octubre como "la experiencia más dura e injusta de mi vida" y dijo que la carta es el fruto de "reflexiones venidas a mi mente en estos penosos días", para establecer "la verdad y justicia de la historia".

El texto, de unas 10 carillas, es un extenso alegato justificatorio del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, en que las Fuerzas Armadas derrocaron al presidente socialista Salvador Allende y dieron inicio a la larga dictadura de casi 17 años.

El ex dictador afirmó que quiso evitar el golpe, pero que finalmente debió hacerlo, impulsado por "el llamado a servir a mi patria que desde pequeño latía en mi corazón" y que lo llevó a abrazar la carrera militar.

Al recordar el cruento pronunciamiento militar, Pinochet invocó a Dios y a la Virgen del Carmen, patrona de las Fuerzas Armadas chilenas, a las que calificó de "reserva moral de un país que (en 1973) se desintegraba en manos de quienes lo querían someter a la órbita soviética".

Afirmó que en el mundo se vivía entonces una guerra ideológica, en la cual se enfrentaban "la concepción cristiana-occidental" y una "visió n materialista y atea del hombre".

"Quienes predicaron en Chile la siniestra ideología del socialismo marxista son los que se levantan hoy como mis jueces", dijo Pinochet, para indicar más adelante que "he sido objeto de una maquinación político-judicial artera y cobarde".

"Se me persigue por haber derrotado al comunismo", sostuvo también el anciano general, quien agregó que "las humillaciones" que sufre muestran que, como chilenos, "no tenemos fuerza en el concierto de las naciones para hacernos respetar".

Aseveró en referencia a los muertos durante la dictadura que "la sangre derramada no es monopolio de un bando", y dijo que sentía "un sincero dolor por todos los chilenos que en estos años han perdido la vida".

Insistió sin embargo en declararse inocente y entre frecuentes invocaciones a Dios y al destino planteó que en los años finales de su vida le correspondería hacer una suerte de último esfuerzo para conseguir que en Chile se alcance la reconciliación.

"Si con mi sufrimiento se puede poner fin al odio, estoy dispuesto a aceptar todos los designios del destino", dijo Pinochet en su carta, para subrayar hacia al final del texto que este es "el sacrificio que ofrezco para que finalmente triunfe la paz".

El diputado Enrique Krauss, líder de la Democracia Cristina, partido del presidente Eduardo Frei, comentó que Pinochet perdió una gran oportunidad de hacer un gesto efectivo de arrepentimiento en pro de la reconciliación.

Viviana Díaz, vicepresidente de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, señaló que el texto de la carta refleja que Pinochet "se sentía un hombre intocable e invulnerable".

"Peso eso ha terminado. El hecho de sólo comparezca ante un juez implica que ya está siendo juzgado. La humanidad ya lo ha condenado (a Pinochet) como lo que es: un dictador y un criminal", añadió Díaz.

El precandidato presidencial socialista Ricardo Lagos expresó que el texto refleja "falta de sentido común", ya que pretende negar la verdad que conoce todo el país y desconoce las responsabilidades que como gobernante tuvo en las violaciones de derechos humanos. (FIN/IPS/ggr/hd ip/98

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