Raúl Velasco, el "zar del espectáculo" que impuso sus entretenimientos televisivos en todo el mundo hispano desde el emporio mexicano Televisa, renunció a la empresa por discrepancias con sus directivos, luego de 28 años en ella
Velasco, a quien algunos acusan de haber promocionado una imagen "plástica" del mundo de las artes y proyectado una imagen de México esterotipada y falsa, anunció su renuncia a mediados de mes.
Televisa "ya no es la misma, ya no existe la mística de trabajo de hace 30 años y no me he podido acomodar en ella", explicó.
El famoso conductor del programa "Siempre en Domingo", que se transmitía a través de 300 canales de televisión en América Latina, Estados Unidos y España, tomó la decisión luego de superar una grave enfermedad del hígado, hecho al que Televisa presentó como si se tratara de una telenovela.
Antes de la renuncia de Velasco, que se consideró sorpresiva, pues se produjo apenas seis días después de conducir un programa televisivo, se supo que su hija Karina dirigirá un programa de entretenimiento en la televisora mexicana Azteca, la acérrima competidora de Televisa.
Velasco, quien fue por décadas uno de los rostros emblemáticos la televisión mexicana, dijo que los dueños de la empresa a la que ingresó en 1968 le ofrecieron dirigir un programa cada mes y sin paga, lo que consideró inaceptable.
Indicó además que su relación con Emilio Azcárraga Jean, máximo directivo de Televisa, no es buena.
Azcárraga Jean sucedió a su padre, Emilo Azcárraga Milmo, fallecido en abril de 1997. Desde esa fecha, el perfil del emporio, que siempre fue cercano al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), comenzó a cambiar hasta tomar distancia de su antiguo alineamiento con el poder.
Azcárraga Milmo se declaraba un solado del PRI y del presidente y presentaba a Velasco y al conductor de noticias Jacobo Zabludovsky como banderas de su empresa. Hoy, el primero está fuera de Televisa y el segundo dejó de dirigir los noticieros en enero de 1998.
Los cambios en el conglomerado, dueño de canales de televisón, teatros, estadios, revistas, equipos de fútbol y radioemisoras, se registran cuando televisora Azteca, transferida por el Estado a propietarios privados en 1993, conquista mayor audiencia.
Empresas de medición de audiencia indican que Azteca desplazó a Televisa del primer lugar en programas como los noticieros nocturnos.
Ricardo Salinas, propietario de Azteca, y Azcárraga, de Televisa, figuran en la lista de los hombres más ricos del mundo de la revista estadounidense Forbes. Según esa publicación, la fortuna de ambos asciende en conjunto a los 3.000 millones de dólares.
La salida de Velasco es saludable y podría ayudar a Televisa, pues "ese señor proyectó en sus programas de entretenimiento una falsa imagen de lo que son los mexicanos y latinoamericanos", dijo Jesusa Rodríguez, actriz vetada en Televisa por su postura crítica frente al gobierno y el poder.
Para otros como la cantante mexicana Lucero, que fue impulsada por Velasco, el ex conductor es casi un héroe nacional pues promocionó a México y su cultura, alentó la música vernácula y nutrió sus programas con mensajes humanistas y positivos.
La decisión de renunciar a Televisa "fue realmente difícil" pero necesaria, dijo Velasco.
Octavio Esquerra, coordinador artístico de los programas que dirigió Velasco, aseguró que el conductor impuso escuela y fue siempre un innovador en la televisión, pues en sus programas presentaba música, entrevistas, actos circenses y trataba temas sobre religión y moral.
Una encuesta realizada por el diario Reforma reveló que 56 por ciento de los habitantes de la capital mexicana opina que Velasco fue un buen conductor y 60 por ciento cree que favoreció la carrera de muchos artistas. (FIN/IPS/dc/mj/cr/98
