Las piezas arquológicas extraídas de las ruinas de Mixco Viejo en Guatemala, a mediados de este siglo, y trasladadas al Museo del Hombre de París para su restauración y exhibición, retornaron a su país de origen, donde son admiradas por el público local y visitantes extranjeros.
Vasijas fúnebres, incensarios, jarras, ollas, cascabeles de oro, puntas de lanza, piezas de obsidiana y jade, anillos de piedra, además de sellos y figuras zoomorfas de cerámica, son algunas de las piezas que permanecieron en París durante casi medio siglo y retornaron a Guatemala hace poco más de dos meses.
El trámite del retorno se inició con las primeras noticias de la visita al país centroamericano del presidente de Francia, Jacques Chirac, que se concretó en noviembre pasado.
El Museo de Arqueología y Etnología de Guatemala exhibe las 334 piezas repatriadas, como una muestra de lo que existió hace más de 500 años en la tierra de los pocomanes.
A fines del siglo pasado, el geólogo alemán Karl Sepper realizó un estudio topográfico de las principales estructuras de Mixco Viejo, que en 1525 era una ciudad pujante que dominaba buena parte de las tierras altas.
Juan Macario, autor del manuscrito de Xecul, narra que los enemigos de los pocomanes informaron al conquistador Pedro de Alvarado sobre la existencia de entradas secretas a la localidad y, tras un sitio de tres meses, la resistencia de los pobladores fue vencida y la zona destruida.
En 1952, con el apoyo del Centro Nacional de Cooperación Científica, Henry Lehmann conoció esas ruinas y durante cuatro campañas de seis meses cada una, entre 1952 y 1967, rescató parte de la riqueza cultural.
Las mejores piezas permanecieron en Guatemala y el resto fue enviado a Francia para su restauración y análisis, ya que en ese entonces no existían en el país los recursos para restaurarlas y conservarlas, según autoridades del Ministerio de Cultura.
El viceministro de Cultura, Carlos Zea Flores, considera que el principal aporte de la repatriación de las piezas arqueológicas consiste "en dar a conocer a los guatemaltecos el patrimonio cultural que sustenta la identidad nacional".
La directora del Museo de Antropología y Etnología, Patricia del Aguila, estima que más de 4.000 personas visitarán la muestra, que permanecerá abierta hasta marzo próximo,
En el ala izquierda del Museo, el juego de pelota encontrado en Mixco Viejo, muestra una serpiente con las fauces abiertas, de las cuales emerge un ser humano, tal vez alguien importante para los antiguos pocomanes.
"Es un trabajo en piedra perfecto", dice Del Aguila, más aún si se tiene en cuenta que los escultores prehispánicos no tenían herramientas, sino que utilizaban otras piedras más duras para tallar las figuras.
También pueden observarse en la muestra objetos prácticos, como una enorme tinaja para almacenar granos, sartenes y ollas de barro de manufactura sencilla.
Este estilo austero hace que la colección adquiera un mayor valor, dice Veronique Gervais, del Centro Francés de Estudios Mexicanos y de Centroamérica, porque se pueden conocer los utensilios de uso diario de los habitantes del lugar.
Los antiguos habitantes de Mixco Viejo también tenían un especial respeto a la muerte, lo que se deja ver en las urnas funerarias que preparaban para los difuntos.
Los cadáveres de las personas importantes eran incinerados durante ceremonias que en algunos casos incluían ritos y sacrificios de animales, y las cenizas eran depositadas en una urna de barro tapada con un disco. (FIN/IPS/cz/ag/cr/98