Marcelo Rossi es el nuevo líder en venta de discos en Brasil. La novedad consiste en que se trata de un sacerdote católico y tiene colegas que también se van convirtiendo en "pop stars", en un movimiento que busca la recuperación de fieles.
Rossi ya vendió más de 2,6 millones de discos compactos, un "milagro" incluso para la industria discográfica que, golpeada por la piratería, ve menguar sus negocios en el mercado brasileño, en otra época el que más crecía en el mundo, pero que este año debe reducirse en 15 por ciento.
Sus misas heterodoxas, que duran hasta dos horas, reúnen a 70.000 personas en un galpón en Sao Paulo. El sacerdote, de 32 años, alto y de cuerpo atlético, canta, baila, comanda el espectáculo como un cantante de rock, pero con canciones que hablan de Dios y la religión.
Rossi provoca pasiones como cualquier ídolo de cine y televisión, y las mujeres empujan para acercársele y tocarlo. Pero sus palabras son siempre de humildad: "es a Jesús que adoran, no a mí".
"La alegría está en el corazón/ de quién ya conoce a Jesus/ La verdadera paz la tiene solo aquél/ que ya conoce a Jesus", dice la canción conocida como "Aeróbica del Señor", que encabeza el disco éxito de ventas.
En Río de Janeiro, un fenómeno similar tiene como protagonista a José Luiz Jansen de Mello Neto, el "padre Zeca", que el 15 de noviembre reunió a más de 30.000 personas en la playa de Ipamena, en una misa-show.
En la región de Campinas, ciudad industrial y universitaria a cien kilómetros de Sao Paulo, es el sacerdote Macario Batista Sobrinho quien atrae multitudes a sus encuentros de música y fe.
El público de esas sesiones es femenino y joven en su gran mayoría. Y reúne a muchas personas de otras religiones, atraídas por una relación que parece más de afición que de fervor religioso.
Esos sacerdotes que cautivan a la población con la música, y otros que emplean variados recursos histriónicos, siempre transmitiendo alegría, componen el movimiento Renovación Carismática, con que la Iglesia Católica intenta conquistar nuevos fieles, o al menos interrumpir la fuga.
Las iglesias evangélicas son las grandes rivales. Crecen rápidamente por todas partes en Brasil, utilizando desde hace tiempo y de manera muy eficaz los medios de comunicacin de masas, en especial la televisión.
En Río de Janeiro, una reciente encuesta reveló que más de 20 por ciento de la población ya se declara evangélica, cuando hace una o dos décadas, la casi totalidad de los brasileños se consideraba católica, aunque no practicante.
El movimiento carismático dice contar ya con ocho millones de seguidores distribuidos por todo el país. Son católicos practicantes, a diferencia de los que sólo declaran esa religión en los censos, celebran sus defensores.
"Quieren recuperar el tiempo perdido, imitándonos", criticó José Cabral de Vasconcelos, un pastor de la Iglesia Universal del Reino de Dios, una nueva secta pentecostal de rápida expansión, que posee una red de 60 emisoras de televisión y es acusada de hacer de la religión un gran negocio.
Pero la condena más dura provino de un católico, el teólogo Leonardo Boff, para quien Rossi practica "una religión de mercado" y es promovido por los medios de comunicación porque coincide con sus intereses y los del capitalismo.
Perderá ese tratamiento el día que ataque la pobreza de la mayoría de los brasileños o defienda la reforma agraria, según Boff, quien abandonó el sacerdocio hace dos años, tras insistentes presiones del Vaticano por ser uno de los representantes de la Teología de la Liberación.
El carismático sacerdote enfrenta también otro problema frecuente entre los profesionales de la música: dos compositores lo acusan de plagio.
"Aeróbica del Señor" efectivamente repite, palabra por palabra, dos estrofas de una cancin de Vav Rodrigues y Haryson Guanaes, grabada en 1995 por el grupo Atletas de Cristo. (FIN/IPS/mo/ag/cr/98