Argentina y Chile estaban, en diciembre de 1978, gobernados por dictadores y al borde de la guerra. Veinte años después, los presidentes de ambos países pusieron hoy fin al último litigio limítrofe bilateral.
El marco del acuerdo firmado por los presidentes Carlos Menem, de Argentina, y Eduardo Frei, de Chile, fue de amistad, confianza, respaldo mutuo y éxitos crecientes en materia de comercio e inversiones, en contraste de lo que ocurría dos décadas atrás.
"Hace 20 años, en estos días previos a la Navidad, nuestros pueblos se preparaban para la guerra. Hoy nos preparamos para la paz", subrayó Frei en Buenos Aires, al suscribir el acuerdo que soluciona el conflicto sobre Hielos Continentales/Campos de Hielo del Sur, último conflicto limítrofe bilateral pendiente.
El acuerdo se basa en las altas cumbres divisorias de aguas, principio de demarcación ya utilizado por los dos países en 1881 y que fue ratificado en los acuerdos posteriores hasta 1991, cuando se propuso que una línea poligonal estableciera el límite a lo largo de 160 kilómetros.
Tras siete años de discusiones, en las que siempre faltó para ratificar el acuerdo de cúpulas el consenso parlamentario en los dos países, las cancillerías de Argentina y Chile y un grupo de legisladores avalaron a una comisión de expertos para que estudiara una solución.
Los expertos recogieron de nuevo el principio histórico de las altas cumbres y los legisladores del oficialismo y de la oposición de ambos países aceptaron la propuesta de forma casi unánime.
El nuevo acuerdo será ratificado en los próximos tres meses y para entonces ya habrá un mapa con la nueva demarcación.
Por el nuevo convenio se establece la frontera en el Monte Fitz Roy en el Cerro Daudet. El acuerdo considera además "imprescindible" la elaboración de un mapa a una escala 1:50.000 kilómetros para demarcar el resto de la frontera, que estará listo en abril.
Tanto Frei como Menem destacaron que con este acuerdo ambos países dejaron atrás décadas de enfrentamientos para iniciar una etapa histórica caracterizada por la paz, la amistad, la confianza y el desarrollo económico.
Frei recordó que Argentina y Chile estuvieron hace 20 años al borde de la guerra por las islas situadas en el canal de Beagle. Miles de soldados fueron movilizados por la dictadura que encabezaba en Chile Augusto Pinochet y por los las Fuerzas Armadas argentinas, que habían usurpado el gobierno en 1976.
Gran Bretaña había laudado entonces a favor de Chile, y, ante las resistencias de Argentina a aceptar el fallo arbitral, hubo conatos de guerra hasta que la intervención del papa Juan Pablo II, con una gestión inicial del cardenal Antonio Samoré, impidió el enfrentamiento.
Las relaciones entre Argentina y Chile, que comparten una de las fronteras más extensas del mundo, habían estado signadas por la desconfianza y el enfrentamiento, pero, con la solución del conflicto de Beagle y el advenimiento de la democracia en los dos países, el recelo cedió el lugar a un progresivo acercamiento.
Militares de las dos naciones realizaron este año una serie de maniobras conjuntas. El martes, en su primer día de visita, Frei asistió a un acto de egreso de cadetes de las Fuerzas Armadas. Fue la primera vez que un mandatario extranjero asistía al acto militar.
Como antecedente de la nueva polìtica de acercamiento, Menem y sus pares del Mercosur respaldaron días atrás la posición chilena de defensa del principio de la territorialidad en el caso de Pinochet, detenido en Londres en octubre, quien podría ser extraditado a España por violaciones de derechos humanos.
En respuesta al gesto argentino, el canciller chileno José Miguel Insulza manifestó el arrepentimiento de su país por haber respaldado a Gran Bretaña durante la guerra de las Malvinas en 1982.
Para saldar esa deuda, Frei ratificó el compromiso de Chile a favor de la soberanía de Argentino sobre ese archipiélago.
La nueva vinculación entre los dos países se afianzó a medida que se abrían las economías a las inversiones mutuas y al comercio bilateral.
Chile es hoy uno de los principales inversores externos en Argentina, con capitales en el sector eléctrico, minero, inmobiliario y en el comercio, a través de diversas cadenas de supermercados y centros comerciales. Alrededor de 145 compañías chilenas se establecieron en estos años en Argentina.
El intercambio comercial fue creciendo hasta alcanzar hoy un volumen de casi 2.700 millones de dólares. Argentina provee a Chile básicamente de petróleo y gas, además de alimentos elaborados y productos agropecuarios.
Chile es, además, socio comercial del Mercado Común del Sur (Mercosur), lo cual permite a ese país tener acceso a los puertos del Atlántico y otorga a los países del bloque un transporte más económico hacia el sudeste asiático. (FIN/IPS/mv/mj/ip/98