La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió hoy que la intensificación de los combates en Angola podría anunciar el retorno de la guerra civil a gran escala en el país africano.
Funcionarios de la ONU hace meses que advierten que el gobierno y la insurgente Unión Nacional por la Independencia Total de Angola (Unita) se encaminan hacia la guerra luego de varios años de enfrentamientos relativamente menores y un cese del fuego formal.
El enviado especial de la ONU, Issa Diallo, y representantes de Estados Unidos, Portugal y Rusia, advirtieron este martes sobre los nuevos combates, luego de saberse de victorias de Unita en las provincias de Huambo y Bie, y el intento de los rebeldes de cortar los accesos a la ciudad de Kuito.
"Hombres, mujeres y niños nuevamente están obligados a huir hacia lo desconocido, a arriesgarse con las minas terrestres y posibles ataques, en busca de alimentos y abrigo, o a perder sus vidas si se quedan en sus aldeas y ciudades", declararon Diallo y los representantes de los tres países.
La declaración instó a Unita y al gobierno que permitan la evaluación independiente de la situación humanitaria en las zonas en guerra. Pero agregó que la Misión Observadora de las Naciones Unidas (Monua), "fue obligada a retirarse de Kuito y las zonas circundantes".
La ONU advirtió que esta podría ser la etapa inicial de una gran crisis humanitaria, ya que los combates expulsaron a más de 400.000 angoleños de sus hogares.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, también se mostró pesimista sobre las gestiones internacionales en curso para mantener el cada vez más simbólico cese del fuego del país.
"Hay una guerra", reconoció Annan el lunes, al referirse a la situación angoleña y al reagrupamiento de las fuerzas de Unita. Annan explicó que la actividad de la ONU se veía dificultada porque él no pudo comunicarse directamente con Unita ni con su líder, Jonas Savimbi.
Annan dijo que ahora el Consejo de Seguridad tendrá que decidir "si la ONU tiene una función que cumplir o no" en Angola. Varios miembros del Consejo, incluso Estados Unidos, consideran replegar del país africano a más de 7.000 efectivos de las fuerzas de mantenimiento de paz del foro mundial.
Savimbi se negó a comunicarse, incluso por teléfono satelital, bajo el argumento de que el gobierno angoleño podría intentar ubicarlo y matarlo.
Según fuentes de la ONU, el líder de Unita, que operaría desde la ciudad central de Bailundo, una vez más se aisló a sí mismo y a sus seguidores del contacto exterior, en preparación para la guerra total.
Si nuevamente se desata la guerra a gran escala, sería la segunda vez que el proceso de paz se derrumba mientras fuerzas de la ONU se encuentran en el país para impedir esa posibilidad.
Luego de que Unita perdió las elecciones generales en 1992 frente al izquierdista Movimiento Popular para la Liberación de Angola, Savimbi condujo a sus fuerzas nuevamnte a la guerra. Unos 500.000 angoleños murieron antes de que ambos bandos se comprometieran nuevamente a acatar la paz en 1994.
El segundo proceso de paz siempre fue frágil, ya que el gobierno acusa a Unita de negarse a entregar sus mejores armas y a replegar sus fuerzas.
La ONU calculó que Unita tiene unos 30.000 efectivos, mientras los 90.000 soldados del gobierno se encuentran diseminados por todo el país y participan en conflictos externos en las vecinas República Democrática de Congo y Congo.
Las fisuras del proceso de paz se hicieron evidentes en junio, cuando el enviado de la ONU Alioune Blondin Beye, negociador del acuerdo de paz de 1994, murió en un accidente aéreo en Costa de Marfil mientras intentaba advertir a los gobiernos africanos sobre la amenaza de una nueva guerra angoleña.
Tras la muerte de Beye, Unita procedió a recuperar ciudades controladas por el gobierno, y cortó el contacto con Estados Unidos, Portugal y Rusia y con políticos más moderados de Unita, que se escindieron en una organización con sede en Luanda.
Organizaciones de derechos humanos criticaron a la ONU por no hacer lo suficiente para impedir el rearme de ambos bandos.
El gobierno pudo adquirir más armas porque controla las ricas zonas petrolíferas del este, mientras Unita depende de las zonas diamantíferas bajo su control para evitar el embargo de armas impuesto por la ONU.
El lunes, Unita, que habría adquirido misiles Stinger de origen estadounidense, derribó un avión de transporte Antonov-12, con soldados y provisiones del gobierno.
Funcionarios de la ONU advirtieron que ambos bandos están concentrando sus fuerzas en el centro del país, aunque ninguno pudo lograr una ventaja militar decisiva sobre el otro desde la independencia en 1975. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/98