El director de Unicef para América Latina y el Caribe, Cecilio Adorna, propuso hoy un aumento sustancial del gasto público en la región para garantizar una educación de calidad y el acceso equitativo de niños y niñas a la escuela.
Adorna dijo al comentar el informe anual "Estado Mundial de la Infancia", que los esfuerzos de la región en materia educativa deben orientarse a "fortalecer el gasto social, en beneficio de la calidad".
En opinión del director de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), reforzar la inversión en educación, en especial la de niñas y mujeres, significaría reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud y la nutrición y fomentar la democracia y el desarrollo sustentable.
El informe de Unicef señala que pese a que la región, con una matrícula superior a 90 por ciento, esta cerca de alcanzar la meta de acceso universal a la educación básica, el reto está en alcanzar la calidad y el acceso equitativo a este derecho.
El informe anual de Unicef indicó que la matriculación en la enseñanza primaria regional se amplió a un ritmo anual de 4,4 por ciento entre 1960 y 1980, pese a la austeridad financiera de esa última década. Guatemala y Haití tienen los niveles de asistencia más bajos, de 58 y 69 por ciento.
De nueve millones de niños y niñas que ingresan a la educación primaria cada año, cuatro millones repiten el primer grado. Es decir que mientras cerca de 90 por ciento de ninas y niños ingresan a la escuela en la región, 42 por ciento repite el primer grado y 30 por ciento repite el segundo los siguientes.
No obstante, la región experimentó un conjunto de "experiencias exitosas que muestran que es factible cumplir con la tarea de dar educación con igualdad y calidad" para todos, dijo Adorna.
Al examinar las razones por las que solo 38 de cada 100 alumnos en en estado brasileño de Minas Gerais completaban su primer año a comienzos de la década del 90, se detectó la necesidad de establecer un sistema descentralizado y con participación de las comunidades.
"Los parámetros educacionales mejoraron notablemente y las tasas de retención de los alumnos en las escuelas se incrementaron", señala el Informe de Unicef al destacar los resultados obtenidos en el estado brasileño.
En El Salvador, reforzar el control de las escuelas con la ayuda de asociaciones comunitarias en zonas rurales ha demostrado ser otra experiencia exitosa.
En Colombia se ha desarrollado el programa de Escuela Nueva, una experiencia que ha sido "reconocido mundialmente", afirmó el representante de Unicef para Colombia y Venezuela, Carel de Rooy.
En opinión de De Rooy, este modelo educacional demostró de qué manera "los planes bien diseñados de lecciones y material didáctico pueden asegurar una positiva experiencia".
Escuela Nueva surgió a comienzos de los años 80, cuando las escuelas rurales en Colombia eras escasas y de mala calidad.
El programa creó escuelas multigrados (varios grados atendidos con un mismo maestro) ubicadas cerca a las viviendas de los niños que en la zona rural son dispersas, con guías y planes de estudios para ser orientados por el docente, al que se le capacita como facilitador y no como símbolo de autoridad.
Unicef destacó también la experiencia de los programas de educación bilingüe en Bolivia, los de educación formal y no formal en Jamaica y "Educa tu hijo", en Cuba, que tienen una importante participación popular.
Carol Bellamy, directora ejecutiva de Unicef, señaló que aunque la educación enfrenta grandes desafíos las experiencias demuestran que existen razones para el optimismo.
Los gobiernos globalmente se han comprometido a invertir 7.000 millones de dólares anuales en educación en los próximos 10 años.
Y en América Latina, 35 delegados ministeriales firmaron en la IV Reunión Ministerial sobre Infancia y Política Social, celebrada en noviembre, el Acuerdo de Lima, que contiene recomendaciones sobre cómo acelerar el proceso de las metas trazadas para la infancia hacia el 2000.
En materia de educación el Acuerdo de Lima otorga prioridad al incremento del gasto público para mejorar la educación de las mujeres en el área rural, acceso equitativo a la educación básica primaria desde una perspectiva de género y el involucramiento de la comunidad en procesos de descentralización educativa.
Se estima que los países de la región destinan una proporción de entre nueve y 13 por ciento de su producto Interno bruto (PIB) para educación.
Así mismo, se plantea en el acuerdo el compromiso para delinear modelos de educación para la paz, la democracia y la convivencia en la región.
En materia de género, el documento de Lima señala que pese a que la discriminación de ninas y mujeres constituye un problema en la región
El Acuerdo de Lima destaca también la importancia de introducir programas orientados a promover la participación de ninas, niños y adolescentes en el proceso educativo, respetar y promover su derecho a expresarse y a recibir y compartir información. (FIN/IPS/yf/mj/ed/98