Las comunidades de Asia meridional prefieren los pequeños diques a las grandes represas que desplazan a comunidades enteras y provocan problemas sociales y ambientales.
Grupos de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka sacaron esta conclusión en Colombo ante la Comisión Mundial de Represas (CMR), cuya sesión concluyó el viernes, en una audiencia convocada para analizar el impacto de las represas en el mundo.
La CMR es un grupo independiente, constituido por 12 organizaciones, radicado en Sudáfrica, autodefinida como "comisión internacional e independiente, de naturaleza consultiva".
La Comisión deberá elevar un informe cuando concluya su mandato de dos años, a mediados del 2000. Dicho informe recomendará criterios aceptables a nivel internacional para la planificación, diseño, construcción, operación, monitoreo y demolición de represas.
El viernes, último día de la primera audiencia regional de la CMR, portavoces de India y Nepal subrayaron que los pequeños embalses de agua permiten que la gente se quede en sus pueblos.
"Uno de los casos que tratamos es la instalación de 2.500 diques pequeños en el estado indio de Rajasthan", declaró H. Thakkur, investigador del Centro para una Política del Agua.
La mayoría de la gente pobre de esta región emigró hacia grandes ciudades como Nueva Delhi, en busca de trabajo y de mejor calidad de vida, explicó Thakkur. Pero después del comienzo de la construcción de los diques, las actividades de desarrollo se dispararon y se detuvo la inmigración.
"Una zona gris (pobre) se convirtió en zona blanca (rica). Hoy, los pueblos exportan sus productos", explicó Thakkur.
Los opositores a las represas argumentaron que los grandes ingenios provocan desplazamientos forzados, pérdida del derechos de acceso al agua, corrupción y problemas ambientales. Además, con frecuencia no se cumplen las promesas de entrega de tierras adecuadas a cambio.
La respuesta de los gobiernos, en muchos casos, es que las grandes represas son necesarias y no pueden ser remplazadas por pequeños embalses de agua, pero admiten también que las soluciones implementadas en cuanto a desplazamientos y ambiente deben ser revisadas.
Pandey Bikash, director de la Oficina de Apoyo al Programa de Energía Renovable de Nepal, sostuvo que "lo pequeño es hermoso" y exhortó a su país a proyectar pequeños embalses que cumplan con las necesidades internas de energía e irrigación.
Nepal tiene sólo pequeños embalses para producir energía hidroeléctrica e irrigación, pero, afirmó Pandey, el gobierno no fue capaz de ocuparse eficazmente de los reasentamientos una vez cumplidos los proyectos.
Pandey explicó que las represas grandes, construidas con fondos extranjeros resultan muy costosas y su financiamiento está condicionado por las agencias financiadoras como el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, mientras que los pequeños embalses reducen la dependencia de asistencia externa.
Nepal, a diferencia de otros países del sur asiático, tiene una amplia base de recursos hídricos, y pretende convertirla en energía hidroeléctrica para exportar a India y a Bangladesh.
El gobierno nepalés firmó un acuerdo con India en 1996, para desarrollar la cuenca del río Mahakali y realizar el proyecto Pancheswor, una represa que generaría 6.800 megabatios.
El gobierno también emprendió negociaciones con compañías de Estados Unidos y de Australia para realizar otras dos represas gigantes a fin de exportar electricidad a India.
India y Bangladesh quieren que Nepal construya grandes represas para aumentar el caudal del Ganges durante la estación de sequía y contener las inundaciones durante los monzones.
El director de Proyectos del Ministerio de Aguas, Chand, explicó que los corrimientos de tierras y las riadas son un problema recurrente, pero que la sedimentación en las represas también se está convirtiendo en un problema.
"Si hubiera un referéndum, la construcción de grandes represas ganará y los activistas contra las represas dirán que la democracia es un fraude", opinó el Dr M.S. Reddy, vice presidente de la Comisión Internacional de Irrigación y Drenado (CIID), criticando a los organismos no gubernamentales.
Reddy sostuvo que los activistas creen que las minorías siempre tienen razón, y rechazó muchos casos presentados por los opositores a las represas.
"Los políticos son corruptos, los ingenierons son corruptos y los burócratas también. Solo las organizaciones no gubernamentales son ángeles honestos", replicó.
Las represas figuran en todas las acusaciones por corrupción, pero "¿acaso no hay corrupción en la construcción de calles, puentes, carreteras y edificios públicos?", preguntó Reddy.
"La corrupción en la construcción de represas no es ni mayor ni menor que en otro trabajo del sector público, o en cualquier discurso público".
Reddy admitió que el desplazamiento de personas es un problema sociológico. Pero "no crear depósitos de agua para evitar los desplazamientos de comunidades tribales es peor", sostuvo.
Anwar Khan, del Comité Nacional de Bangladesh del CIID, manifestó que su país defiende la implementación de grandes represas como única vía para llenar la necesidad de electricidad e irrigación de millones de personas.
Khan indicó que la reducción de desplazamientos de personas y de problemas ambientales constituyen argumentos válidos a favor de pequeños embalses o minidiques, pero que éstos últimos no son una verdadera alternativa a las grandes represas y que son "adicionales más que sustitutos".
El primer caso de refugiados ambientales de la región se dio en la década del 60 cuando 60.000 aborígenes debieron emigrar a India y Birmania, desplazados por la represa de múltiples propósitos de Bangladesh, relató Saleem Samad, coordinador del Grupo de Activistas por el Medio Ambiente de Bangladesh.
Samad señaló que, para crear un enorme depósito de agua, la represa de Kaptai inundó 655 kilómetros cuadrados de tierra entre los que había 26 kilómetros cuadrados de reservas forestales, sumergió 22.500 hectáreas de tierras aradas, y desplazó a 100.000 aborígenes.
Samad declaró que la represa desplazó a un sexto de la población indígena en la Región de la Colina de Chittagong, y que miles de montañeses emigraron a las regiones escasamente pobladas de Mizoram, Tripura, Assam y Arunachal.
Las organizaciones no gubernamentales insistieron que las grandes represas fueron en detrimento de, más que constituir un beneficio para, la gente del lugar.
Pero los funcionarios gubernamentales argumentaron que es esencial incrementar la superficie de tierras irrigables, a fin de obtener seguridad alimentaria para la región.
"Tenemos que irrigar 50 por ciento de las tierras no cultivadas para aumentar la producción nacional de alimentos, y la única manera de conseguirlo es construir grandes represas", explicó Sardar M. Tariq, director gerente de la Autoridad de Aguas y Desarrollo de Energía de Pakistán. (FIN/IPS/fs/an/ceb/mj/en dv/98