El fenómeno meteorológico de El Niño podría llevar a las selvas de la Amazonia a emitir dióxido de carbono en lugar de absorberlo, lo que agravaría el recalentamiento de la Tierra, alertaron científicos hoy.
La mayor selva tropical del mundo actúa habitualmente como una "esponja" o "resumidero" natural, pues absorbe el dióxido de carbono, uno de los "gases invernadero" que causan el recalentamiento planetario.
En cambio, durante los años de influencia de El Niño, como éste, una corriente cálida tropical que surge en el Pacífico, el clima más cálido y seco de la selva amazónica ha provocado el efecto contrario.
La selva emitió en 1998 grandes cantidades de carbono en lugar de absorberlo, según un estudio publicado este miércoles en la revista científica Nature.
"Cuando el suelo se seca por el fenómeno de El Niño, parece que las plantas respiran menos y por lo tanto absorben menos carbono. Por lo tanto, el suelo almacena menos carbono cuando está seco", explicó Hanqin Tian, un investigador del Laboratorio Marino Biológico de Woods Hole, Massachusetts.
Científicos de todo el mundo observan de cerca estos nuevos hallazgos acerca de la circulación del carbono.
Mientras, los gobiernos discuten la manera de preservar sus bosques para que actúen como "resumideros naturales" de gases invernadero, como parte de una estrategia internacional dirigido a reducir el peligro del recalentamiento planetario.
La mayoría de los científicos creen que esos gases, producidos en general por la quema de combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas, son responsables del recalentamiento de la Tierra.
El promedio de temperatura planetaria podría aumentar entre 1,0 y 3,5 grados centígrados hacia el 2050, si se mantiene la tendencia actual.
El aumento de temperatura podría tener graves consecuencias climáticas y ambientales, desde el aumento de intensidad de las tormentas hasta inundaciones y desertización, indicaron los científicos.
Los países industrializados acordaron el año pasado en Kyoto, Japón, que reducirán seis por ciento la emisión de seis gases invernadero por debajo de los niveles de 1990, y que completarán las reducciones entre el 2008 y el 2012.
El Protocolo de Kyoto ofrece a los países industrializados la posibilidad de compensar sus reducciones de emisiones de gas invernadero teniendo en cuenta para el cálculo final el carbono que absorben sus bosques y otros ecosistemas llamados "resumideros de carbono".
Ante esas negociaciones, los científicos explicaron que aún no entienden la totalidad del ciclo del carbono para prever la cantidad de carbono que pueden absorber los bosques, o incluso si el que absorben permanece allí o no, dijo Ashley Mattoon, investigadora del Instituto Worldwatch de Washington.
"Los científicos sostienen que los resumideros de carbono no deberían haber sido incluidos en el tratado mientras ellos no tengan datos más sólidos", según Matoon.
Amazonia fue un resumidero de carbono sobre todo entre 1980 y 1994, según el último informe de la revista Nature.
La cantidad de carbono que absorbe la vegetación tropical cada año varía mucho según lo seco y caluroso de la región durante las apariciones periódicas de El Niño.
El estudio, elaborado sobre la base de datos sobre vegetación, suelo, temperatura y precipitaciones, revela que las tres incursiones más violentas de El Niño (en 1982-1983, 1986-1987, y 1991-1992) corresponden a los momentos en que la región actuó como un resumidero débil o incluso como fuente de carbono.
En 1987 y 1992, cuando Amazonia se puso más cálida y seca como consecuencia de El Niño, la región agregó 200 toneladas de carbono a la atmósfera.
En los años 1981 y 1993, cuando El Niño no se presentó, la región "almacenó" 700 toneladas de carbono. Los investigadores afirmaron que la desforestación de la Amazonia al principio de 1990 agregó 300 toneladas de carbono por año a la atmósfera.
La humedad del suelo, afectada tanto por las precipitaciones como por la temperatura, y que por su parte afecta a las plantas y a los procesos del suelo, es un factor importante respecto del almacenamiento de carbono, sostiene el estudio.
"Las altas temperaturas de El Niño no son tan importantes como el impacto de la sequía. El verdadero problema es la falta de humedad", indicó Hanqin Tian, diseñador del modelo científico en el que se basó la investigación.
Los científicos suponen que la sequedad del suelo disminuye la respiración y absorción de carbono de las plantas. La falta de humedad del suelo también aumenta la emisión de carbono de ese suelo, dijo Tian.
El aumento de concentración de carbono en la atmósfera también parece causar impacto, ya sea que se absorba o que se emita, explicó Tian. Tales concentraciones afectan la capacidad de fotosíntesis de las plantas, pero "el impacto causado por la concentración de dióxido de carbono debe ser más estudiado".
Estas áreas absorben carbono de la atmósfera por sobre todas las cosas, a pesar de las fluctuaciones anuales causadas por los cambios climáticos, por lo que es necesario protegerlas.
"Es muy importante proteger a las selvas tropicales porque si las derribamos ya no podrán funcionar como resumideros", afirmó Tian. (FIN/IPS/dk/ceb/mj/en/98