Un barco de la organización ecologista Greenpeace inició en Buenos Aires una gira mundial para denunciar la contaminación provocada por la descarga de residuos industriales y químicos en los cursos de agua y los océanos.
En el marco de la campaña "Agua limpia para la vida", el "MV Greenpeace" navegará durante tres semanas el mar y los ríos argentinos, al tiempo que reclamará a las autoridades nacionales la eliminación total de todas las descargas tóxicas en un plazo de 10 años.
La etapa que comenzó en Buenos Aires será la primera de la gira mundial de la embarcación que concluirá a comienzos del 2000, luego de recorrer Brasil, el mar Mediterráneo y Asia, informó Greenpeace Argentina.
Tras 28 días de navegación, el "MV Greenpeace" llegó a Buenos Aires procedente de Rotterdam, Holanda, país donde se encuentra la sede central de la organización ambientalista.
El "MV Greenpeace" fue protagonista de muchas de las campañas de propaganda de la organización. En 1985 y 1995, por ejemplo, fue trasladado al atolón de Mururoa, en el Pacífico sur, donde Francia realizaba ensayos nucleares.
El capitán del "MV Greenpeace", Peter Wilcox, tuvo también a su cargo el primer barco de la organización, el "Rainbow Warrior", hundido por la marina francesa en 1985, frente al atolón de Mururoa.
Además, fue asignado a la persecución de buques balleneros japoneses en la Antártida y registró las pruebas misilísticas de Estados Unidos en el Atlántico norte.
En 1991 inspeccionó el daño que ocasionó al ambiente la guerra del Golfo, y tres años más tarde navegó por el Amazonas para promocionar la defensa de las selvas y bosques de Brasil.
El eje de la campaña mundial es la denuncia de los daños que ocasionan los contaminantes vertidos en los cursos de agua y sus consecuencias a mediano y largo plazo.
"Greenpeace está reclamando a las industrias responsables de la contaminación que se comprometan inmediatamente a frenar los vertidos de tóxicos", dijo a IPS un representante de Greenpeace International.
Por su parte, la responsable en Argentina de la campaña contra los tóxicos de Greenpeace, Verónica Odriozola, aseguró a IPS que "las industrias siguen empleando los cursos de agua como depósitos de sus contaminantes".
Durante su estadía en Argentina, el "MV Greenpeace" se dedicará a difundir información actualizada sobre los vertidos contaminantes al agua en distintos regiones de ese país.
"Lamentablemente los tóxicos allí vertidos no desaparecen sino que pueden recorrer miles de kilómetros y contaminar el agua o los alimentos que consumimos ", explicó Odriozola.
El "MV Greenpeace" recorrerá distintos puntos de Argentina, recabará datos y, posteriormente, dará a conocer los resultados de las investigaciones realizadas.
El barco cuenta con un sistema de comunicaciones que le permite enviar al instante, vía satélite, fotografías y filmaciones obtenidas en el curso de sus investigaciones.
Aún cuando fuera capturado y su tripulación detenida, como ha ocurrido en algunas oportunidades, nada podría impedir que el material registrado llegara a los medios de comunicación.
Greenpeace quiere empezar a "poner nombre y apellido a la contaminación" y conseguir de las industrias y del gobierno un compromiso claro para llevar a cero en un plazo máximo de diez años las descargas tóxicas que hoy se vierten a los ríos arroyos y el mar de todo el país", indicó Odriozola
Greenpeace Argentina dio a conocer la semana pasada los resultados de un estudio realizado en la cuenca de los ríos Matanza y Riachuelo, que recorren importantes centros urbanos de la provincia de Buenos Aires y de la capital.
"El informe refleja la urgencia y gravedad del problema", destacó Odriozola, quien sostuvo que "gran parte de los contaminantes que hoy envenenan nuestros cursos de agua no pueden degradarse, y por lo tanto persisten en el ambiente manteniendo su amenaza presente durante varias décadas". "
La representante de Greenpeace aseguró que "aún si cesaran las descargas contaminantes de manera inmediata, los tóxicos permanecerán allí".
De acuerdo con el informe de Greenpeace, 80 por ciento de la contaminación del Riachuelo se debe a los efluentes cloacales. También es importante la presencia de residuos tóxicos procedentes de la industria petroquímica, detergentes, fumigantes, repelentes y alcoholes.
Hace seis años, la secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de Argentina, María Julia Alsogaray, anunció un plan de limpieza y recuperación del Riachuelo que concluiría en un plazo de 1.000 días.
Pero nada se hizo y sólo hace dos años se creó un comité que comenzó a trabajar en la limpieza superficial del Riachuelo. (FIN/IPS/va/mj/en/98